Ť Exigen en Lázaro Cárdenas reconocimiento al comité ejecutivo seccional

Masiva marcha de apoyo a obreros de Sicartsa

Ť Anuncian los trabajadores un paro nacional el próximo 31 de enero

JUAN ANTONIO ZUÑIGA Y ERNESTO M. ELORRIAGA CORRESPONSAL

Más de 10 mil personas se manifestaron ayer en Lázaro Cárdenas-Las Truchas, Michoacán, en apoyo de los casi 2 mil obreros de Sicartsa, quienes desde el 20 de diciembre pasado mantienen en su poder cuatro plantas en este complejo siderúrgico, en demanda del reconocimiento del comité ejecutivo de la sección 271 del Sindicato Nacional de Trabajadores Minero Metalúrgicos de la República Mexicana (SNTMMRM).

En tanto, la directiva del SNTMMRM confirmó la realización de un paro nacional el próximo 31 de enero, con lo cual quedarían prácticamente paralizadas las actividades productivas en todas las empresas del país en el ramo minero-metalúrgico, donde se ubican todas las secciones del sindicato en el ámbito nacional, que agrupa a 250 mil trabajadores.

En respaldo a los mineros de Sicartsa acudieron las esposas e hijos de los obreros en paro constitucional, habitantes de las zonas populares de esta ciudad y trabajadores de NKS, Fertinal e IMSS.

La movilización fue calificada de "histórica" entre quienes participaron en ella, y considerada por el comité ejecutivo de la sección 271 como muestra del apoyo a la legitimidad "que los empresarios Julio César y Sergio Villarreal Guajardo (socios mayoritarios de Sicartsa) han desconocido, a pesar de que la mayoría de la base trabajadora nos eligió".

La elección de nuevo comité ejecutivo se realizó después de que la anterior directiva realizó acciones de connivencia con las empresas Sicartsa, Atbsa, Asssa e Imexssa -las que están en paro- para crear un sindicato blanco, por lo cual fueron expulsados la directiva nacional.

Sin embargo, a las 12 horas del 31 de julio de 2001 la Junta Especial de Conciliación y Arbitraje "archivó" el expediente para reconocer a la nueva directiva sindical, "alegando que no contaba con representación jurídica", según la cronología de este movimiento elaborada por los obreros.

Ese mismo día los trabajadores anunciaron la realización de una asamblea para determinar si estallaban o no la huelga, como medida para evitar la formación de un sindicato afín a sus intereses.

El gobierno de Víctor Manuel Tinoco Rubí envió un contingente de 500 granaderos para intimidar a los mineros. En la votación ganó la posición por estallar la huelga, pero los partidarios de la directiva pro empresarial decidió no llevarla a cabo.

Así, el 14 de octubre se realiza otra asamblea, en la cual la directiva sindical plantea la formación de un "sindicato independiente", con el argumento de que "mientras los trabajadores pertenezcan al sindicato nacional, nunca lograrán un aumento salarial".

El resultado fue que tres días después, el 17 de octubre, los obreros se organizan, desalojan de las instalaciones sindicales al "comité charro" y crean una "comisión extraordinaria" con el mandato único de convocar a elecciones internas para el 23 de octubre, y renovar así a todo el comité ejecutivo de la sección 271.

El 23 de octubre se realizan las votaciones. De 2 mil 600 trabajadores, mil 823 -70.1 por ciento- sufragan a favor de un nuevo comité ejecutivo, el cual fue desconocido por las cuatro empresas del complejo Sicartsa, las cuales entorpecen sus funciones y "siguen en pláticas y negociaciones con el comité charro, para impulsar un sindicato proclive a ellos".

Los obreros recuerdan: "La empresa hostiga a los trabajadores del nuevo comité, levanta actas penales en contra de 12 trabajadores y despide injustificadamente a 70 más".

La situación se vuelve tirante. Los obreros resisten. Y, en diciembre, "los trabajadores que están contra el comité charro y por el reconocimiento del que eligieron por mayoría, deciden instalar un plantón-bloqueo en todas las puertas de acceso a las plantas. Con esa acción se impidió la entrada de materia prima y la salida de productos acabados".

La madrugada del 19 de diciembre, unos 300 granaderos arremeten contra los trabajadores en plantón y los dispersan. Varios mineros son heridos y uno, Iván Valdovinos, cae herido de dos balazos, uno en el costado y otro en una pierna. En un hospital le salvan la vida.

El enfrentamiento con la fuerza pública estatal no arredró a los trabajadores, y el 20 de diciembre obreros y habitantes de Lázaro Cárdenas se reagrupan y realizan una gran asamblea, en la que deciden estallar un paro constitucional de labores y toman las instalaciones, en las cuales 190 obreros mantienen encendidos los hornos para cuando se reanuden las actividades.

Al día siguiente realizaron una marcha, en la que participaron unas 3 mil personas. Exigieron solución al conflicto y respuesta a un pliego seis demandas: "que se reconozca al nuevo comité ejecutivo sindical; diálogo formal ante la Secretaría del Trabajo; retiro de las demandas penales y reinstalación de despedidos; aumento salarial que no han tenido en año y medio, y que no haya represión hacia ningún trabajador".

El 2 de enero de este año efectúan otra marcha, en la que participan maestros, organizaciones populares y otros sindicatos. Pero el 6 de enero las autoridades del trabajo desconocen la legalidad del comité ejecutivo electo el 23 de octubre. Ese mismo día disciernen en asamblea los mecanismos legales para que su paro no sólo sea constitucional.

El 8 de enero se realiza otra votación en presencia de funcionarios de la Secretasría del Trabajo, en la cual mil 956 trabajadores, 75.2 por ciento del total de la sección 271 del SNTMMRM, ratificaron al nuevo comité ejecutivo