LETRA S
Enero 3 de 2002

Sexo, la única norma sexual

ls-libroAntonio Contreras

Porque al leer sobre temas como el sexo la gente quiere que se le tranquilice, torrentes de tinta han preñado innumerables páginas. No hay personas adultas en este mundo que no hayan discutido alguna vez sobre el sexo, incluyendo a aquellas que no lo practican. Para bien o para mal, e independientemente de su voluntad, el sexo concierne a todo el mundo. Con esta premisa, Gore Vidal pasa revista a muchas de las ideas que sobre sexo y sexualidad se han expresado en los últimos 40 años. Sexualmente hablando, su libro más reciente, es una recopilación de ensayos y entrevistas publicados entre 1965 y 1999. En ellos cuestiona la intromisión de las leyes y de la religión en la vida privada; desmenuza las ideas y motivaciones sexuales de escritores como Henry Miller (cuyos libros se pueden adquirir en farmacias sin receta, y no harán daño), Tennessee Williams, Norman Mailer ("sus ideas sobre el sexo equivalen a tres días de ciclo menstrual"), Christopher Isherwood, W. Somerset Maugham, Oscar Wilde, etcétera; y combate ideas misóginas y absurdas, tan comunes en la hipócrita y conservadora sociedad estadunidense, como que la eyaculación precoz sucede porque se quiere castigar a las mujeres, o que la relación entre prostituta y cliente se reduce a una masturbación en una vagina.

Excesivamente liberal para el promedio estadunidense (manifestó su preocupación por la pérdida de libertades civiles a raíz de los atentados del 11 de septiembre en Nueva York), Gore Vidal publicó en 1948, cuando contaba con 23 años de edad, la que se considera la primera novela abiertamente gay: La ciudad y el pilar de la sal, y años más tarde Myra Breckinridge, sobre un transexual. En Sexualmente hablando no sólo expone sus ideas acerca de la sexualidad, sino también "balconea" a grandes próceres de su país, como George Washington y Abraham Lincoln que, afirma, eran homosexuales, e insinúa lo mismo de Richard Nixon y del anticomunista senador McCarthy, entre otros.

Gore Vidal (Eugene Luther Vidal) nació en 1925 en la Academia Militar de West Point. A pesar de pertenecer a la alta sociedad estadunidense (es primo del ex candidato presidencial Al Gore), la manifestación abierta de su homosexualidad no le ha supuesto ningún problema. Desde mediados del siglo pasado comparte su vida con Howard Austen, a quien dejará su dinero porque "soy mayor que él y seguramente moriré primero". Considerado por muchos como un gran defensor de la causa gay, Vidal es atinado en su defensa de la pornografía y de la orientación sexual. Afirma que en lo tocante al sexo, la única norma es la ausencia de toda norma; que en una sociedad civilizada la ley no debería operar en el ámbito del sexo salvo para impedir que se importune a la gente contra su voluntad; que la homosexualidad sólo es importante cuando la hacen importante los que se oponen a ella de una forma irracional, y se pregunta ¿qué hay de malo en la promiscuidad si, como dicen, nadie sale perjudicado? Pero también tiene ideas cuestionables, como la de que no existen personas sino actos homosexuales, lo que lo equipara con las posturas de la Iglesia, por ejemplo, que "acepta" a los homosexuales en tanto personas porque ellos no son culpables de su orientación, pero condena todo acto homosexual porque es antinatural y por ello "evitable". Aun así, siempre es refrescante atender las ideas de Gore Vidal quien, por cierto, ha descubierto que aquellos a los que no les gusta el tabaco y los muchachos son necios.
 
 

Gore Vidal
Sexualmente hablando
Mondadori, España, 2001.