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Ť Para el mandatario "no son claros" los motivos
que llevaron a la protesta general
Se cumplió en Argentina el séptimo paro
contra las medidas económicas de Fernando de la Rúa
Ť Incidentes en las provincias de Chaco, Córdoba
y Mendoza; 12 heridos en Neuquén
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 13 de diciembre. Con una fuerte adhesión
en todo el país y serios incidentes en diversos lugares, se cumplió
hoy el séptimo paro contra las políticas económicas
del gobierno del presidente Fernando de la Rúa, especialmente contra
la bancarización que limitó los retiros de dinero
en efectivo.
Pero
el mandatario pareció no escuchar el reclamo popular, al considerar
que los motivos de la protesta, convocada por las dos Confederaciones Generales
del Trabajo (CGT) oficialista y disidente, y a la que se adhirió
la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) no eran claros, pues no tenían
que ver con reivindicaciones laborales.
Y esta noche se anunció que el viceministro de
Economía, Daniel Marx, a cargo del proceso de canje de la deuda
pública, presentó su renuncia, según fuentes citadas
por Afp. Aunque no se informó del motivo de la misma, se especula
que Marx mantenía discrepancias co el titular de la cartera, Domingo
Cavallo.
En las provincias de Chaco, Córdoba y Mendoza hubo
serios incidentes con manifestantes, pero en la sureña Neuquén
ocurrió una verdadera batalla entre policías y manifestantes,
y más de una docena de personas resultaron heridas por balas de
goma. Hasta esta noche, unos 500 trabajadores estaban refugiados en un
hospital del lugar, rodeados por policías.
Una vez más actuó un grupo de provocadores,
desprendidos de la columna de más de 5 mil manifestantes que se
dedicaron tranquilamente a destruir un bar del centro neuquino.
También hubo enfrentamientos en la provincia del
Chaco, mientras que en Buenos Aires manifestantes bloquearon algunos puntos
de acceso a la capital, se montó una olla popular frente
al Ministerio de Economía, durante la cual no faltaron los insultos
a su titular, Cavallo.
Panorama desolador
Calles vacías, oficinas cerradas, basura amontonándose
en las calles, era la imagen de esta capital y las de las provincias, ya
que el transporte fue totalmente paralizado, sin que funcionaran los autobuses,
mientras que trenes y el metro sólo tenían recorridos de
emergencia. Ningún docente (primaria, secundaria o universidad)
asistió a su trabajo, y los hospitales públicos sólo
atendían urgencias. Tampoco los bancos estatales abrieron.
El paro coincidió con el anuncio de cifras oficiales
de la desocupación que trepó a 18.4 por ciento, aunque todos
coinciden en que esto es un "dibujo del gobierno", ya que sólo en
un año se destruyeron 700 mil puestos de trabajo. Así, se
reconoce que casi 2 millones 500 mil personas están sin trabajo,
pero una cifra similar está subocupada. Además, si bien este
índice se igual al de 1995, en términos de cantidades, los
desocupados suman ahora más.
Pero si el paro fue la expresión del rechazo a
la política económica y su último golpe, que todos
temen sea el paso previo a la confiscación de los ahorros y cuentas
donde se depositan los salarios, para financiar los gastos de un Estado
cuyas arcas están vacías, la reuión entre De la Rúa
y su antecesor Carlos Menem como parte de la llamada concertación
política provocó fuerte rechazo.
Menem, quien salió de prisión domiciliaria
el pasado 20 de noviembre gracias a una maniobra de jueces que el ex presidente
había designado en su anterior gestión, dejó el país
con un déficit de 11 mil millones de dólares y arcas vacías.
"Fue una imagen que nadie hubiera querido ver", dijo una
ex militante de la Alianza gobernante, que ganó las elecciones en
octubre del 99 ante el cansancio de la gente frente a la corrupción
menemista y a una recesión que ya llevaba entonces casi dos años.
El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Carlos
Ruckauf, criticó también el encuentro así como otros
mandatarios provinciales justicalistas. Menem, aunque pertenece al justicialismo
(peronismo) aplicó en sus diez años de gobierno la más
pura ortodoxia neoliberal, con el propio Cavallo en Economía, y
realizó una privatización salvaje en la que se malvendieron
todos los bienes del Estado.
Para agitar más las aguas, al encuentro entre el
presidente y su antecesor se presentó el ministro Cavallo. Menem
llevó a la reunión su propuesta de dolarización, que
para él ?en camino a las presidenciales en el 2003? significa un
importante incremento en la su relación con Estados Unidos, que
su administración llegó a definir incluso de "carnales".
Para muchos analistas el encuentro confirmó el
pacto entre seguidores de De la Rúa, minoritarios en su propio partido
Unión Cívica Radical, y los menemistas, a los que hoy se
les regaló una plataforma para hacer política desde la propia
Casa Rosada (de gobierno), a pesar de no tener ni siquiera el control mayoritario
de los legisladores justicialistas en el Congreso, además de un
dudoso mandato al interior del partido.
Otros consideraron que fue un paso "errático" del
gobierno comenzar la concertación con un personaje tan cuestionado,
cuando De la Rúa habría podido hacerlo con todos los gobernadores
justicialistas. Cientos de personas llamaron a varias radios para condenar
el encuentro, y una mujer dijo que "es lamentable en medio de la crisis
terible que vivimos ver reunidos a los dos responsables de nuestra situación,
buscando supuestamente solucionar nuestros problemas".
Una imagen de la Argentina de hoy fue la de las desesperadas
familias de cartoneros ?que juntan papeles en carritos para venderlos
a las papeleras, y que "gracias" a la bancarización quedaron
sin ninguna posibilidad de sobrevivencia pues no hay efectivo para pagarles?
hurgando en las montañas de la basura que se amontonaba en las calles.
La virtual confiscación de depósitos afecta
a los ahorradores, a quienes tienen su salario depositado, tanto como a
quienes no tienen cuentas bancarias o dependen de pequeños negocios
o puestos callejeros en los que se maneja efectivo, incluso a embajadas
y organismos internacionales.
Parte de los comercios cerró hoy sus puertas, siguiendo
a la masiva protesta que realizó anoche el sector, con apagones,
bocinazos y caravanas de automóviles, mientras que los bancos privados
abrieron en soledad y en medio de fuertes medidas de seguridad, y los vuelos
internacionales de Aerolíneas Argentinas fueron reprogramados.
En esta capital tres taxis fueron incendiados y también
un autobús La paralización de los medios de transporte volvió
a ser la clave para lograr la efectividad de la protesta, que no será
la última, pues siguen anunciandose otras para los próximos
días en todo el país, en momentos en que el consumo sigue
descendiendo (hasta 80 por ciento en algunos rubros), y la recesión
va en acelerada pendiente.
A esta situación podría sumarse el próximo
ajuste, que ya prepara Cavallo, pues el ministro ya anunció haber
dejado de lado el plan de competitividad que beneficaba a pequeñas
empresas al estimular la producción.
"Imposible, una devaluación"
De la Rúa y Menem, por su lado, coincidieron hoy
en que "es imposible una devaluación", y el ex presidente se mostró
conciliado, insistiendo en que el gobierno debe llegar a 2003, en lo que
los analistas consideraron un intento para reasegurarse una mejor posibilidad
de regreso a una arena política que no le es tan propicia, ya que
más de 70 por ciento de los argentinos lo responsabilzan de la situación
crítica actual.
Menem dijo que insistió en su idea de la "dolarización,
la regionalización, el presupuesto de 2002 y otra serie de medidas
que harán posible que podamos salir de la difícil situación".
Fue esta la segunda aparición del ex mandatario
en la Casa de Gobierno desde que abandonó el poder y la primera
desde su salida de prisión.
Aunque en los últimos días había
dicho que estaba agotada la etapa de la dolarización, porque no
había reservas suficientes para respaldarla, el propio Domingo Cavallo
se encargó de hacerle saber que sí la había.
Mientras Menem lucía una inmensa sonrisa en su
reunión con De la Rúa, que lo convertía en interlocutor
privilegiado, se conocía una decisión judicial mediante la
cual se arrebata al juez Jorge Urso la investigación sobre la explosión
en la fábrica de armas en Río Tercero a fines de 1995, que
habría sido provocada para encubrir la faltante de explosivos y
armamentos vendidos por el gobierno ilegalmente a Croacia y Ecuador.
Con esta causa abierta el magistrado podía continuar
siguiendo las pistas de la venta ilegal de armas que comprometen a Menem.
Pero lo más grave es que se determina que la explosión fue
un accidente, lo que podría obligar a algunos familiares de las
víctimas a presentar una demanda internacional.
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