DOMINGO 2 DE DICIEMBRE DE 2001


El consumo de cocaína creció 400% en siete años

Adiós a la paz queretana

La advertencia llegó en octubre. Hay, señaló la Procuraduría General de la República (PGR), un crecimiento inusual en el consumo de cocaína en estados tradicionalmente ajenos al fenómeno derivado del cierre de fronteras en Estados Unidos. La droga no puede cruzar y por eso rebota en el país. Querétaro, incluido en esta lista, enfrenta una situación más grave que el aumento de la adicción: la apatía de un gobierno empeñado en negar el problema... Y la preferencia de grandes narcos que eligieron ese territorio como centro de negocios y descanso

Alberto NAJAR

Querétaro, Qro. Aquí todavía se recuerda el amanecer del 8 de enero de 2000.

Ese sábado en distintos botes de basura del Centro Histórico aparecieron los restos de Blanca Erika Zamora Puga, de 14 años, descuartizada durante una extraña celebración de su cumpleaños.

El hallazgo impactó menos que la forma como se cometió el crimen: a la mitad de una ceremonia dark (en la que se rinde culto al vampirismo y a la muerte) la adolescente murió asfixiada, y a sus compañeros lo único que se les ocurrió para ocultar el cadáver fue desmembrarlo.

Durante varias semanas en los medios locales se publicó que el homicidio fue un acto satánico, versión que se mantuvo hasta septiembre de este año cuando los homicidas, Francisco Olvera Escobedo y Teotle Denith García Trejo, fueron sentenciados a 47 años de prisión.

mas-tepitoSin embargo, pocos repararon en un dato que explicaría su conducta: los responsables eran consumidores habituales de cocaína, una droga que parece estar de moda en esta ciudad.

Y es que desde hace dos años, explica el pastor Oscar Javier Martínez, del grupo Alcance Victoria, conseguir una grapa (una décima de gramo) del alcaloide es tan fácil "como ir a la tienda y pedirla".

Hoy, reconoce Elton García, de la asociación cultural Casa Babylon, la cocaína es habitual en bailes gruperos, discotecas exclusivas, entre choferes de transporte urbano o estudiantes de universidades privadas. "Es una práctica común entre los jóvenes, la confunden con la diversión", dice.

Las tiendas donde se vende se encuentran en casi toda la ciudad, e incluso los fines de semana se puede conseguir con algunos vendedores de flores que se ubican en las esquinas cercanas a los bares de moda, como en la zona de los Arcos o la avenida Bernardo Quintana.

Y según el pastor Oscar Martínez, en colonias como Nuevo San Pedrito existen "hasta dos adictos por casa".

Tanto consumo se traduce en números.

Una encuesta efectuada en agosto pasado por el Consejo Estatal para el Control de las Drogas (CECD) demostró que 2.75% de los queretanos entre 18 y 65 años (20 mil 353 personas) consumieron cocaína al menos una vez en su vida, cuatro veces más de las personas que declararon lo mismo hace siete años.

En 1997 el 10.5% de las personas atendidas en los Centros de Integración Juvenil (CIJ) del estado reconoció ser adicto a la cocaí-na; dos años después la cifra aumentó casi cinco veces: fue de 58.8%.

El consumo promedio en Querétaro es superior incluso al de los estados vecinos, que según la Encuesta Nacional contra las Adicciones es de 1.62%.

Por si fuera poco, además de la cocaína empiezan a aparecer otras drogas. En 1997 apenas 1% de los pacientes de los CIJ declaró consumir heroína; para 1999 el porcentaje se duplicó a 3.3 puntos.

A tal grado llega la presencia de drogas duras que, para evitar la venta de drogas en sus negocios, los dueños de bares y restaurantes aplican regularmente exámenes antidoping a sus empleados.

Curiosamente, detrás de estos saltos en el consumo existen razones de política internacional. Según el director de Prevención del Delito de la PGR, Pedro Peñaloza, el cierre de fronteras decretado tras los atentados de septiembre en Nueva York provocó una mayor oferta de droga en México. "Está rebotando en nuestro país", dijo el mes pasado.

En este punto coincide el coordinador del Consejo Nacional Contra las Adicciones (Conadic), Guido Belsasso. Durante la cuarta Conferencia Binacional México Estados Unidos para Reducir la demanda de Drogas el funcionario reconoció que se detectó un aumento en el consumo de cocaína "incluso en lugares donde no debería haberlo", como las zonas rurales o en poblaciones donde existe poco contacto con turismo extranjero.

Es el caso, completa Peñaloza, de "San Luis Potosí, Querétaro y Guanajuato, donde tradicionalmente no había este problema".

Pese a estas evidencias, el gobierno de Querétaro resta importancia a la drogadicción. De acuerdo con el coordinador del CECD, Jaime Ponce Alcocer, la prioridad en el estado es combatir el alcoholismo y la adicción al tabaco.

 "El 50% de la población bebe alcohol, y tres de cada 10 personas fuman -explica-. Eso es lo más grave que tenemos".

Así, desde junio se aprobó una ley estatal que prohíbe fumar en lugares públicos, además de que se proyecta construir este año una clínica para atender el tabaquismo.

También se pretende iniciar un programa piloto para combatir el alcoholismo en zonas indígenas y se promoverá la instalación de más centros de autoapoyo como Alcohólicos Anónimos.

Es todo. Para atender la adicción creciente de cocaína no se conocen programas específicos.

Viejos conocidos

¿Es grave el problema del narcotráfico en Querétaro?

El procurador general de Justicia, Apolinar Ledezma Arreola, afirma que no. "Yo le daría un nivel bajo  - dice- (porque) no podemos compararnos con los habitantes de Sinaloa. Hay un mar de diferencia".

Sin embargo, los informes oficiales sobre los decomisos -que según la PGR constituyen 10% de la droga que cruza el territorio queretano- dan cuenta de otra realidad.

Entre julio y noviembre de este año la Base de Operaciones Mixtas (BOM) que opera en Queréta-ro decomisó cinco toneladas de mariguana, 30 kilos de cocaína y otros seis de heroína; en este último mes, el día 12, militares y policías federales desmantelaron 12 tiendas donde se vendía cocaína y capturaron a 25 presuntos narcotraficantes.

La semana pasada, en menos de 10 horas dos burreros que transportaban heroína fueron aprehendidos en autobuses, algo común en la entidad. De hecho, son tantos las personas capturadas en estas condiciones que el delegado de la PGR, Armando del Río Leal, ordenó el reforzamiento de todos los operativos e investigar a fondo a todos los detenidos.

Hoy, advierte el funcionario, Querétaro es una de las principales rutas de la droga que se transporta a los estados del norte, sobre todo a Tamaulipas.

"Tenemos una situación muy especial ?añade el procurador Ledezma Arreola?. Por aquí pasan todos, los que llevan droga y los indocumentados".

Y sí. De hecho, hay tantos cargamentos de droga que pasan diariamente por las carreteras del estado que incluso en el municipio de Pedro Escobedo vive una bruja que se dedica a hacer limpias a los burreros para evitar que sean detenidos en el camino.

La mujer, una sinaloense conocida como doña Silvia, cobra un porcentaje del valor de la droga que transportan sus clientes, y según cuentan en Querétaro "le va muy bien", tanto que en un par de años ganó lo suficiente para comprarse una camioneta Grand Cherokee, un Mercedes Benz, un Stratus y un Corvette.

Cosas de narcos. Y no son las primeras.

En 1996, por ejemplo, un representante de Amado Carrillo Fuentes, El Señor de los Cielos, ofreció al gobierno del estado 45 millones de dólares por el estadio de fútbol La Corregidora, que en ese entonces se encontraba a la venta.

La operación nunca se concretó, señalan informes de la PGR, porque el gobierno estadunidense confiscó varios millones de dólares al cártel de Juárez. Un año después El Señor de los Cielos murió durante una cirugía plástica, y entonces se supo que el narcotraficante había elegido Querétaro no sólo como un centro de negocios, sino como lugar de descanso.

Y es que el narcotraficante tenía en el estado al menos cinco casas de seguridad: cuatro en Colinas del Cimatario (una de las colonias más lujosas de la capital queretana) y otra en Plaza del Sol.

Pero Amado Carrillo no fue el único narco avecindado en Querétaro.

Tomás Colsa Mc Gregor, el principal testigo del llamado maxiproceso contra el cártel de Juárez (antes de ser ejecutado, su testimonio permitió la captura de Mario Villanueva), tenía una residencia en la ciudad capital, al igual que los colombianos Rubén Darío Nieto, Gustavo Londoño y Elkin F. Cano, detenidos el año pasado durante la operación Impunidad II de la DEA.

Los detenidos eran el principal enlace del cártel del Golfo con los productores de cocaína de su país.

Estos narcos se fueron del estado, pero llegaron otros. En abril pasado, por ejemplo, los hermanos José y Manuel Valenzuela se enfrentaron a tiros con policías judiciales y militares que pretendían catear una de sus casas de seguridad.

De acuerdo con la procuraduría estatal, los hermanos Valenzuela distribuían droga en Querétaro, Guanajuato y Michoacán.

En los círculos policiacos y entre periodistas locales el enfrentamiento es síntoma de que el narcotráfico llegó para quedarse.

"De poco o nada ayuda que las autoridades y la ciudadanía nieguen que, al menos, las luces amarillas están encendidas", advirtió el columnista Sergio Arturo Venegas Ramírez, durante la presentación del libro El otro poder, de Jorge Fernández Menéndez.

Nunca jamás

De afuera.

Ese es, dice el investigador Marco Antonio Carrillo, de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Querétaro, el origen de la creciente adicción a las drogas que existe en la entidad.

"Hay una creencia de que el aumento de la migración provoca que se amplíen los problemas -explica-. La gente ve la drogadicción como algo ajeno, no lo considera un asunto serio. Y como no lo sentimos como un problema, piensan ¿para qué le movemos?"

Peor aún, reconoce el pastor Oscar Martínez, tampoco existe la conciencia de que las drogas provoquen el aumento de la violencia. "El adicto queretano es noble, no tiene la visión de destruir o de maldad -afirma-. Tenemos nuestros problemas pero no nos comparamos con otros estados conflictivos como los fronterizos; allá sí están pesados".

Como quiera que sea, lo cierto es que esta percepción se traduce en acciones... O en la falta de ellas.

"No hay programas preventivos ni tampoco de rehabilitación", dice el investigador de la UAQ. "Ese es un grave riesgo, un descuido social que no puede dejar de atenderse".

Hasta ahora, sin embargo, el horizonte no se ve muy claro.

 "No me alarma (el problema del narcotráfico) pero me preocupa -confiesa el procurador Ledezma Arreola-. Yo sigo en lo mismo: hay que atender la conciencia social; ni el mejor equipo de SWAT puede acabar con el narcotráfico".*