DOMINGO 18 DE NOVIEMBRE DE 2001


El suicidio de la ONU

Slobodan Milosevic tendrá que responder ante el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (TPIY) por los actos ilícitos efectuados en Kosovo durante 1999 y por la "limpieza étnica" llevada a cabo por los soldados yugoslavos en Croacia y Bosnia. La comunidad internacional permitió tales genocidios y se hizo cómplice. A ambos los debe alcanzar por igual la justicia. Este es el gran reto que enfrenta el TPIY

Alberto CRAVIOTO

"La administración estadunidense ha declarado la guerra al terrorismo, pero la anterior sabía que Osama Bin Laden estuvo en Albania dos años después de los atentados contra las embajadas estadunidenses (en Kenia y Tanzania, en 1998) y lo hablaron conmigo", aseguró el ex presidente yugoslavo Slobodan Milosevic en su tercera presentación preliminar ante el tribunal de la Organización de las Naciones Unidas que lo juzgará por crímenes de guerra y contra la humanidad.

mas-milo.jpgLo sabía y no hizo nada, es uno de los señalamientos implícitos. El otro es que sabía que Bin Laden influía en musulmanes albanokosovares para desestabilizar Serbia y lograr la independencia por medio del terrorismo. En suma, Milosevic intentó presentarse como un pionero de la actual lucha antiterrorista.

Hasta el momento, la administración de Bush no ha desmentido la declaración del ex mandatario, realizada el 30 de octubre pasado, pese a su gran importancia. ¿Realmente Bin Laden estuvo en Albania en el 2000? ¿En qué fecha ingresó, cuánto tiempo estuvo, qué hizo? ¿Qué actitud asumió el gobierno de Clinton ante su similar albanés para intentar capturarlo? ¿Por qué no fue posible hacerlo?

Hasta el momento, tampoco se ha sabido que el gobierno albanés haya abierto la boca. En cambio ha trascendido que el presunto responsable de los atentados terroristas del 11 de septiembre se entrevistó con un agente de la CIA en Dubai.

Amén de que en los próximos días los periodistas provoquen declaraciones sobre el tema, lo cierto es que el juicio a Milosevic plantea la necesidad de afrontar el reto de la autocrítica a fin de verdaderamente erradicar el genocidio y el terrorismo.

La autocrítica es fundamental toda vez que los cargos contra Milosevic han sido ampliados por la fiscal Carla del Ponte. Ya no sólo tendrá que responder por el asesinato de más de 900 albanokosovares, por la deportación de 800 mil de ellos, por agresiones sexuales cometidas por las tropas yugoslavas, entre otros actos ilícitos efectuados en Kosovo durante 1999, sino también por la "limpieza étnica" efectuada por los soldados yugoslavos en Croacia y Bosnia a fin de eliminar a las poblaciones no serbias y crear así un Estado étnicamente puro: la Gran Serbia. Así, en los próximos días la fiscal presentará oficialmente evidencias que permiten hacerlo responsable del genocidio perpetrado en Bosnia-Herzegovina.

Empero la comunidad internacional permitió frecuentemente tales genocidios y se hizo cómplice y a ambos los debe alcanzar por igual la justicia. Es este el gran reto que enfrenta el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (TPIY).

Srebrenica

mas-milo1.jpgEl genocidio perpetrado en el poblado bosnio de Srebrenica a mediados de 1995 por tropas serbiobosnias (auspiciadas por Milosevic) dejó un saldo -según la Cruz Roja Internacional- de más de 7 mil desaparecidos, entre 8 mil y 12 mil civiles ejecutados de manera sumaria, de los cuales han sido encontrados más de 4 mil restos humanos en fosas comunes. Y en el poblado de Zepa las mismas milicias asesinaron a más de 3 mil civiles.

La responsabilidad del Consejo de Seguridad de la ONU en ambos genocidios es fundamental, pues dicho organismo declaró en mayo de 1993 "zonas de seguridad" a los poblados musulmanes de Tuzla, Gorazde, Bihac, Sarajevo, Zepa y Srebrenica, comprometiéndose a salvaguardar su seguridad. Empero cuando las milicias serbiobosnias iniciaron la conquista de Srebrenica, el 11 de julio de 1995, las tropas de Naciones Unidas no cumplieron con ese compromiso de defender dicho poblado, ni el de Zepa, que también fue ocupado.

La responsabilidad de la ONU es todavía mayor, pues sus tropas habían desarmado meses atrás a los habitantes de Srebrenica, bajo el argumento de que ahora estaban bajo su protección.

Además, los cascos azules holandeses entregaron a las milicias serbiobosnias a más de 5 mil personas que, huyendo de la guerra, se habían refugiado en el campamento Potocari, con la convicción de que estarían bajo la protección de la ONU. Ellos fueron entregados a cambio de 14 soldados holandeses que habían sido tomados en rehenes.

Por si fuera poco, los soldados holandeses abastecieron de combustible a los serbiobosnios que se llevaron a la muerte a esos indefensos refugiados. Todos estos actos permitieron el genocidio e hicieron a la ONU cómplice.

El castigo

yugoslavia-kosovo-gitanos cLa Convención para la Preven-ción y el Castigo del Delito de Genocidio (CPCDG), en su artículo 3, afirma que "serán castigados los actos siguientes: a) el genocidio; b) la asociación para cometer genocidio; c) la instigación directa y pública para cometer genocidio; d) la tentativa de genocidio; e) la complicidad en el genocidio".

Y en el artículo 4 se dice: "Las personas que hayan cometido genocidio o cualquiera de los actos enumerados en el artículo 3 serán castigados, ya se trate de gobernantes, funcionarios o particulares". Consecuentemente son estos los fundamentos para juzgar y castigar no sólo los genocidios perpetrados por Milosevic y sus seguidores sino también la complicidad de la comunidad internacional.

La base específica se encuentra en la CPCDG, que establece en su artículo 1: "Las partes contratantes confirman que el genocidio, ya sea cometido en tiempo de paz o en tiempo de guerra, es un delito de derecho internacional que ellas se comprometen a intervenir y sancionar".

Pese a tal obligación, la realidad es que desde el fin de la Segunda Guerra Mundial dichas naciones y su organismo denominado ONU han sido incapaces de establecer las medidas, mecanismos y cultura mundial necesarios y obligatorios para verdaderamente castigar, prevenir y evitar el genocidio. A este fenómeno le llamo cogenocidio.

El cogenocidio es un tipo específico de complicidad con el genocidio, caracterizado porque los Estados miembros de la ONU no cumplen con su obligación de castigar, evitar ni prevenir el genocidio, con lo cual crean, en los hechos, las condiciones que lo permiten, y por tanto se hacen cómplices, coautores y corresponsables.

El cogenocidio implica una doble responsabilidad. Primera: la de ser una complicidad con el genocidio. Segunda: la de ser una complicidad más grave que cualquier complicidad ordinaria, pues la comete un organismo, la ONU, que en teoría es garante de la defensa de los derechos humanos y de la paz y seguridad internacionales, y del compromiso de detener, prevenir y castigar el mismo genocidio, por lo cual su responsabilidad penal y política ante los ciudadanos del mundo que la sostienen con sus impuestos y apoyo político es mayor.

La CPCDG define el genocidio, en su artículo 2, como: "cualquiera de los actos mencionados a continuación, perpetrados con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial, religioso, como tal: a) matanza de miembros del grupo; b) lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo; c) sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial; d) medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo; e) traslado por fuerza de niños del grupo a otro grupo".

Todos los actos anteriores, conocidos como "limpieza étnica", fueron perpetrados durante 1992-1995 en Bosnia-Herzegovina por las milicias serbiobosnias. Como resultado conquistaron 70% de esa república, proclamando en dichos territorios ocupados la República Serbia de Bosnia.

No obstante, la comunidad internacional propuso un plan de paz para Bosnia (conocido como paz de Dayton) que en los hechos aceptó, legitimó y premió esa "limpieza étnica". Así, se permitió que Srebrenica permaneciera bajo el poder de sus conquistadores, pasando a formar parte de la actual República de los Serbios de Bosnia, pese a que fue ocupada con base en la violación de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario en general. Esa paz la impulsó originalmente el grupo de contacto (Estados Unidos, Rusia, Gran Bretaña, Alemania, Francia e Italia), pero fue la administración de Bill Clinton la que finalmente impuso su aceptación y firma, incluso por dos de los principales genocidas: Milosevic y Tudjman, respectivamente presidentes de Serbia y Croacia en ese tiempo.

La paz de Dayton es cogenocida, pues entregó 49% de Bosnia no a los serbiobosnios, sino a sus dirigentes políticos genocidas. Dicha paz consistió en esto: no te quedes con el 70% de Bosnia, acepta formar tu República de los Serbios de Bosnia en el 49% de esas tierras que has conquistado a través de la barbarie, y permite que la federación croata-musulmana opere en el 51% de Bosnia. Es esta complicidad con el genocidio, este permitirlo y legitimarlo en los hechos, lo que no debe evadir juzgar el TPIY, junto con el cogenocidio inherente a él.

tribunalCuando Carla del Ponte amplía los cargos contra Milosevic y se propone juzgar los genocidios que él instigó, planeó, ejecutó y ayudó a ejecutar, entra en un terreno que conduce a que en los próximos meses y años se exija también esclarecer imparcialmente la complicidad de la comunidad internacional. Una tormenta y una necesidad de autocrítica se avecinan sobre las instituciones y los gobiernos del mundo. Empero el tribunal de la ONU está para actuar en estricto apego al derecho internacional humanitario, no para defender los intereses de quienes detentan el poder económico y político en el mundo. Si bien depende financiera y administrativamente de la ONU, ello no incapacita al tribunal para hacer cargos contra los organismos de la ONU o gobiernos del mundo implicados.

Pero el juicio a los dirigentes de la ONU, a los funcionarios de su Consejo de Seguridad y a los gobiernos que forman parte de él, a los dirigentes de las tropas de Naciones Unidas y a los gobiernos impulsores de la paz de Dayton no puede circunscribirse a un juicio penal a los responsables de tal complicidad, sino que también se requiere una crítica y juicio de los ciudadanos del mundo a la ONU por no cumplir con su obligación de ser garante de los derechos humanos y de la paz internacional, y de prevenir, detener y castigar el genocidio. El juicio no puede ser meramente penal, también y principalmente ha de ser un juicio ciudadano a todas las culturas e instituciones del mundo que permitieron las atrocidades.

El verdadero juicio a Milosevic implica, por tanto, la creación de nuevas instituciones y culturas, verdaderamente capaces de erradicar el genocidio.

Crítica y enjuiciamiento ciudadano que implica una tarea teórico-práctica de pensar y realizar la sustitución de la ONU por una forma superior de organización planetaria verdaderamente capaz de cumplir las tareas que ella no sólo no ha podido realizar sino a las cuales renunció en la ex Yugoslavia.

Resumida y simbólicamente, puede decirse que en Srebrenica se suicidó la ONU.

El siglo XXI nacerá verdaderamente cuando se juzgue y castigue el genocidio y cogenocidio en la ex Yugoslavia.*