ojarasca 54  octubre de 2001


 

Ojos

Milpa Alta


884 años
 
 

Carlos González García



 

"...aquí os empezamos a dar razón nosotros los viejos, que ganamos la tierra para vosotros nuestros hijos..."
Título Primordial de la Asunción Milpa Alta, Años de 1555 y 1565.


La comunidad de Santa María de la Asunción Milpa Alta se localiza al sureste del Valle de Anáhuac, en los actuales linderos del Distrito Federal. La integran nueve poblados confederados de origen nahua-momoxca que conservan la propiedad y posesión comunal de una superficie de tierras y montes casi equivalente al 15 por ciento del territorio capitalino. Tierras y montes que, ante la cruzada neoliberal contra los pueblos indios del país y frente al desbordado crecimiento de la gran ciudad, Milpa Alta defiende de acuerdo a su tradición.

Antaño conocida como el Señorío de Malacachtepec Momoxco, la comunidad de Milpa Alta hunde sus raíces muchos siglos atrás. De acuerdo al escaso testimonio histórico existente, en 1117 llegan a la región los primeros pobladores chichimecas: nueve familias que imponen su predominio militar a la población oriunda, de origen tolteca, y se hacen del control de sus territorios.

Según rezan el testimonio oral, guardado celosamente, y un antiguo plano del año de 1529, en 1409 siete grupos aztecas, conducidos por el cacique Hueyitlahuilanque (el Gran Jalador), derrotan a los chichimecas y establecen el señorío momoxca1, sujeto al imperio mexica. Los aztecas establecen un nuevo ordenamiento territorial y, asentados en el centro de las tierras conquistadas (lo que hoy es Villa Milpa Alta y sus barrios), prescriben a los chichimecas la fundación de nueve poblados que, colocados estratégicamente, protegen el territorio momoxca a lo largo de sus vastas fronteras.2
 
 
 
 

"...sabeos vosotros nuestros hijos y nietos que nosotros los antiguos os dejamos escrito en estos papeles, ...os dejamos dada esta razón para que sepáis quienes somos nosotros ...para que veáis como se ganó la tierra hijos míos..."
Título Primordial de la Asunción Milpa Alta, Años de 1555 y 1565.


La compleja organización tradicional de Milpa Alta y la gran cantidad de festividades y ceremonias religiosas que le dan identidad y cohesión social giran en torno a la tierra comunal y su cultivo, en torno al bosque comunal y su cuidado. Por ello afirmamos: una de las comunidades indígenas más importantes del país pervive junto a la megalópolis más poblada de la Tierra.

La conquista española representó un desafío importante para el altépetl de Malacachtepec Momoxco, pero en 1535 logró negociar con el enviado del Virrey Antonio de Mendoza la preservación de sus territorios y su reconocimiento por parte del incipiente gobierno colonial.3 Entre 1555 y 1565 Milpa Alta, todavía como Señorío, obtuvo reconocimientos legales de su propiedad territorial comunal, descritos con detalle en los Títulos Primordiales de la Comunidad correspondientes a 1555 y 1565.

La ulterior transformación del Señorío en república de indios no alteró sus derechos reconocidos; sin embargo, la fundación del poblado xochimilca de San Salvador Cuauhtenco en el siglo XVII, en tierras pertenecientes a Milpa Alta, con anuencia de los españoles, generó y sigue generando serios conflictos agrarios que no permiten, hasta el día de hoy, la titulación de las tierras comunales propiedad de los momoxca. Durante los siglos posteriores y hasta los albores de la revolución mexicana los nueve pueblos milpaltenses sostuvieron una permanente lucha por la integridad de sus territorios con españoles, hacendados, religiosos, gobernantes y comunidades vecinas.

Merced a la histórica relación entre las comunidades nahuas de Morelos y Milpa Alta, y a la reivindicación indígena-campesina propia del zapatismo, la revolución de 1910 sumó a la mayoría de la comunidad en las filas zapatistas. El monte comunal se convirtió en pieza estratégica, dentro del Distrito Federal, para el Ejército Libertador del Sur. En 1914 Zapata y su Estado Mayor ratificaron el Plan de Ayala en el poblado milpaltense de San Pablo Oxtotepec.
 
 

Rejas

 

"...aquí ponemos y señalamos todos los linderos de las tierras que nos pertenecen, para que lo guarden y entiendan nuestros hijos y nietos, que al presente se hallen y en adelante nacieren
...para que en cualquier tiempo sepan y conozcan hasta donde llega
lo que le toca al dicho pueblo..."
Título Primordial de la Asunción Milpa Alta, Años de 1555 y 1565.


Durante el siglo XX Milpa Alta presionó y gestionó legalmente ante las autoridades agrarias el reconocimiento y titulación de sus bienes comunales. Pero el conflicto por límites con Cuauhtenco y la intención gubernamental de no dar solución adecuada a dicho conflicto, no han permitido concluir el expediente agrario de la comunidad, instaurado en 1939.

En octubre de 1952 el presidente de la República emitió una resolución que titula a Milpa Alta únicamente 17 944 hectáreas (siendo que su Título Primordial marca una superficie superior a las 25 mil) y declaró inexistente el conflicto por límites con San Salvador Cuauhtenco; algunos meses después el Presidente reconoció a Cuauhtenco el total de las tierras en litigio, una superficie de 6 913 hectáreas.

San Pablo Oxtotepec y San Pedro Atocpan (copropietarios de los bienes comunales de Milpa Alta) interpusieron juicios de amparo contra dichas resoluciones por lo que, en 1954, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ordenó dejarlas sin efectos legales y reponer el procedimiento sobre reconocimiento y titulación de bienes comunales de Milpa Alta en la vía de conflicto por límites con Cuauhtenco. ¡Hasta el diez de agosto del año 2001 no se emitió nueva resolución agraria!

En 1975, mediante la acción directa, logró frenar el megaproyecto inmobiliario que, impulsado desde la Presidencia, pretendía despojarla de una superficie importante de bosques de ocote y encino para incorporarlos a un nuevo desarrollo urbano en el límite con el estado de Morelos.

En 1979 se fundó, en tierras de Milpa Alta, la Coordinadora Nacional Plan de Ayala (CNPA), esfuerzo significativo del movimiento campesino independiente por lograr su unificación apoyado en un programa radical de izquierda.

Milpa Alta no sólo fue pilar de la lucha campesina independiente, sino que supo plantear sus reivindicaciones agrarias desde su concepción indígena. Milpa Alta fue pionera del movimiento indígena en un momento en que políticos y académicos únicamente hablaban de campesinos.

La comprensión de su propio proceso histórico le llevó a entender y a reconocerse en la lucha de las comunidades neozapatistas. La representación comunal de los pueblos de Milpa Alta participó en los diálogos de San Andrés y sigue exigiendo el cumplimiento de los acuerdos emanados de aquellos diálogos. También participó en la fundación del Congreso Nacional Indígena y en cada una de sus sesiones posteriores. Milpa Alta es también parte de la Alianza de Pueblos Indígenas, Ejidos y Comunidades del Anáhuac, que en 1998 formaron 21 comunidades de la región para la defensa común de sus tierras, territorios, cultura e identidad.

La comunidad apoyó en forma decidida la Marcha por la Dignidad Indígena, albergó a la delegación zapatista y, junto con las comunidades indígenas del Anáhuac, promovió, en San Pablo Oxtotepec, la ratificación de los acuerdos del Tercer Congreso Nacional Indígena de Nurío, Michoacán.

A principios de agosto y ante la burla que representa la llamada Ley Barttlet-Cevallos-Ortega, la representación comunal de Milpa Alta, junto con otras representaciones agrarias de la Alianza de Pueblos Indígenas de Anáhuac, signó una Declaratoria que reivindica "la autonomía de cada una de las comunidades firmantes para establecer su gobierno propio..." desconociendo "la aplicación...del Decreto de Reformas Constitucionales en Materia Indígena, emitido por el Congreso de la Unión el 28 de abril de 2001..." 4.

Por su decidida lucha de resistencia zapatista Milpa Alta nunca ha sido bien vista por el poder, que ha desatado en su contra diversos mecanismos de etnocidio, como el arrasamiento de los cascos urbanos comunales por parte de los carrancistas en la época de la Revolución.

El último de dichos actos es la resolución que dictó el Tribunal Unitario Agrario del Distrito núm. 24 el pasado 10 de agosto. Tal resolución, al igual que la de 1952, declara inexistente el conflicto con Cuauhtenco y resuelve que cerca de 8 mil hectáreas de tierras de cultivo y zonas urbanas de los Nueve Pueblos pertenecen a propiedades privadas. Además, y en contra de la organización tradicional de Milpa Alta, este tribunal decide hacer una subcomunidad de cada uno de los poblados que integran la comunidad.

Esto representa un serio atentado a la existencia misma del antiguo territorio momoxco y parece obedecer las políticas que el poder ha desatado en los últimos años para destruir el tejido indígena y comunal que pervive en nuestro país y que, en términos objetivos, es un obstáculo para la globalización capitalista.

Sería un error que Milpa Alta quisiera librar esta batalla por sí sola, apoyada únicamente en los recursos legales que oportunamente interpuso impugnando la citada resolución. La batalla es global y sólo la unidad de los pueblos y comunidades indígenas logrará asegurar su futuro.
 
 
 

1 Gibson no distingue las particularidades propias del pueblo momoxca y al hacer referencias a la Milpa Alta, explícita o implícitamente, la considera como parte integrante del pueblo azteca xochimilca. Gibson, Charles. Los Aztecas bajo el dominio español. México, Siglo XXI.
2 Nuestra fuente primordial es la tradición oral de la comunidad. Otra fuente utilizada es el voluminoso expediente agrario de Milpa Alta, Exp. No. 276.I/II, Secretaría de la Reforma Agraria.
3 Relación de Milpa Alta, Exp. No. 276. I/II, Secretaría de la Reforma Agraria.
4 Declaratoria de Bienes Comunales y Autonomía Indígena.

 
 

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