LUNES Ť 22 Ť OCTUBRE Ť 2001

REPORTAJE

Reconocimiento al dramaturgo y edición de sus obras en la celebración

Argüelles, 45 años de hacer escuela y estilo

Hugo Argüelles transformó su bisturí de cirujano en palabra filosa para disecar el tejido enfermo de la familia, de los hombres del poder, de las relaciones insanas y de la sociedad toda, siempre con una saludable dosis de humor negro. Para celebrar sus 45 años de creación artística, este lunes a las 20 horas Argüelles será motivo de un homenaje en la sala principal de Bellas Artes

CARLOS PAUL

Quienes lo conocen lo describen como escritor temperamental, provocador, egocéntrico, seductor, temible y sin embargo generoso con sus alumnos. Hugo Argüelles, dicen, con su teoría y estilo dramatúrgico fue más allá de donde se quedó otro gran maestro: Rodolfo Usigli.

"Su persona y su dramaturgia tienen un sello que lo hacen único", comenta su alumno Víctor Hugo Rascón Banda.

Ťarguelles-hugo-saramago-jp"Ha sabido construir a través de los años un mito de sí; tiene una personalidad diferente respecto de otros dramaturgos. Es temperamental, soberbio; reivindica el derecho del escritor en el teatro de una manera a veces provocadora. Construye su leyenda con su forma de ser y su manera de vivir. Su casa es un museo vivo de recuerdos, de fotografías, pinturas y objetos de arte, y una atmósfera en la que sólo puede vivir un escritor como él.

"No existen ahora en el mundo escritores de ese tipo -continúa Rascón-, que provocan a la sociedad con su persona, su inteligencia y su lengua. Tiene esos dardos verbales que tuvieron en su tiempo Oscar Wilde, Salvador Novo, Bernard Shaw, quienes con su inteligencia y con el uso de adjetivos y juicios demoledores eran capaces de construir o destruir a un ser humano.

"Con sus obras desde un principio dibujó una zoología humana para representar los vicios de la sociedad. Con cada una de ellas marcaba un raya en el escenario para decir: hasta aquí llegué, a ver quién va más allá.

"Sus textos disecan el tejido enfermo de la familia, de los hombres del poder; las relaciones insanas entre padres e hijos o de la sociedad toda. Siempre ha sido implacable a la hora de crear sus mundos.

"Es por eso que no existe otro dramaturgo que tenga un sello tan especial, que lo hace diferente de su generación y de las futuras.''

Es un hombre "que sabe de construcción dramática, domina géneros y estilos, por lo que maneja con destreza su teatro, pero lo que más llama la atención son los temas, la forma de abordarlos, la construcción de personajes y el estudio de caracteres, que no han podido ser superados.

"Su personalidad avasalladora, prepotente, vanidosa, egocéntrica lo lleva siempre también a tomar posiciones radicales, que contrastan con la enorme generosidad para con sus alumnos.''

En esos momentos "se convierte como en un paterfamilias, en un maestro de esos que quieren a sus discípulos hasta la ignominia, hasta morir.

"Siempre toma generaciones nuevas -de la Escuela de Escritores de la Sogem y de su taller-, las forma y las promueve para que conquisten los escenarios, y cuando tienen una 'mayoría de edad', toma otra generación.

"Su temperamento es tan fuerte que hay que saber retirarse a tiempo del taller, como lo hicieron Sabina Berman, Jesús González Dávila, Leonor Azcárate, y como lo hice yo, pues llega un momento en que uno tiene que tener vida propia y ser un adulto teatral, aunque -advierte Rascón Banda- para estar en el taller de Argüelles tiene uno que llegar con un criterio formado y con una personalidad también fuerte para poder resistir, porque si no, uno se convierte en un imitador de él, en un alumno que por agradar al maestro sólo llega a ser su caricatura. Lo más difícil es cómo sobrevivir a su influencia.

"Argüelles tiene un humor negro, un sarcasmo tan especial, que muchos han querido imitarlo, pero han perecido en el intento. Es un personaje muy seductor.

"Quienes han estado con él, en el salón de clases, quizá hayan experimentado el hechizo de sus palabras, su ironía, sus burlas, sus insultos, sus ataques a las instituciones, a los hombres del poder, a los personajes del ámbito cultural.

"Es un hombre temible y sin embargo muy generoso con sus alumnos -insiste- Existen personas en la comunidad teatral que lo idolatran.

"Sin embargo, siempre ha tenido una relación difícil con los directores escénicos, pues como Sergio Magaña o Emilio Carballido, es en extremo celoso de sus textos. Reivindica el valor de la dramaturgia escrita como primer disparador del hecho escénico.''

En ese sentido, añade Rascón Banda "¡qué director se va a atrever a enmendarle la plana al maestro Argüelles o eliminarle una escena o un párrafo o un personaje o hacer una interpretación a partir de su texto usado como pretexto!

"Son famosos los desacuerdos que tuvo con algunos directores que dejaron sus puestas en escena, porque Argüelles los rechazó al momento en que tendían a modificar sus textos. Igualmente son famosas las puestas de directores como Julio Castillo, quien dirigió El cocodrilo en el panteón rococó, o Martha Luna, con El ritual de la salamandra, que en su tiempo fueron provocadoras e hicieron historia y en las que hubo complicidad con los directores.''

A Hugo Argüelles no sólo lo podemos considerar un dramaturgo importante, dice por otra parte el editor Edgar Ceballos, "sino un maestro por excelencia, es el único dramaturgo vivo que ha dejado una escuela y un estilo, lo cual es fundamental en el contexto de la historia del teatro en México".

En nuestro país, añade, "de manera general las figuras relevantes del ámbito teatral desaparecen sin pena ni gloria, y cuando alguien como historiador intenta buscar elementos para escribir, se encuentra con que se habló mucho del creador, pero se escribió poco".

Es por eso que Escenología, encabezada por Ceballos, editó en tres tomos Hugo Argüelles. Estilo y dramaturgia, que suman más de mil 800 páginas, 50 colaboradores y casi 200 fotografías.

Ceballos explica que antes de Rodolfo Usigli, quien es considerado el padre de la dramaturgia moderna mexicana, "estaban Marcelino Dávalos, Antonio Bolio y los hermanos Lozano García, entre otros. Ellos escribían sus obras con patrones españoles o franceses, incluso sus tramas y léxico giraban en torno a las ciudades de Madrid o París.

arguelles5"Con la llegada a México en 1924 de la argentina Camila Quiroga, nuestros dramaturgos de aquella época descubrieron que se podían escribir obras con acento y temática local. Surge entonces una corriente llamada de la comedia o los pirandelos, integrada con autores que comienzan a escribir con temas mexicanos, pero sin desprenderse por completo de las estructuras españolas.

"Es hasta la llegada de Usigli y podríamos decir también de una mujer olvidada, Amalia González Caballero, que se comienza a escribir sobre temas políticos mexicanos. El gesticulador y Cubos de Noria son las dos obras que irrumpen en la nueva dramaturgia mexicana. González Caballero dedicó más su tiempo a la política y Usigli escribe su tratado de teoría teatral El itinerario de un autor dramático, antes de ser exiliado del país", apunta Ceballos.

"Esa teoría circuló casi de manera clandestina en 1936 debido al escaso tiraje que tuvo (500 ejemplares) y sólo algunos iniciados tuvieron acceso a ella.

''Con esa teoría se formó, en la segunda mitad del siglo, toda una generación de dramaturgos. Sin embargo, Hugo Argüelles rompió con esa escuela y conformó su propio estilo y teoría. Lo que hizo fue ir más allá de donde se quedo Usigli.''

En el primer volumen de la trilogía se da cuenta de ese estilo y teoría, que se caracteriza, señala Ceballos, por ser "un estilo más científico, menos empírico; tiene observaciones muy importantes, desde el inconsciente colectivo de (Carl Gustav) Jung, hasta observaciones contemporáneas de la sicología y conductas animales.

"Ese primer volumen (editado en 1994) es un buen tratado acerca de la conducta humana, lo que convierte a Hugo Argüelles en el único maestro en México con una teoría propia, característica que lo hace diferente de Emilio Carballido y Vicente Leñero.''

Con esa trilogía, cuyo segundo y tercer volúmenes han sido publicados en 1997 y 2001, "estamos dejando un legado para el futuro, para que las generaciones del próximo medio siglo puedan conocer vida y obra de este personaje, a quien podríamos considerar el maestro del nuevo milenio".



Congruencia, principio del escritor

"Lo único (que como escritor) se debe tratar de hacer bien es ser congruente con uno mismo y, por lo tanto, congruente con el trabajo que uno hace; todo lo demás pasa a segundo, tercero, cuarto planos", dice el dramaturgo Hugo Argüelles.

Respecto de ser un creador de estilo y teoría propias, comenta: "Yo no soy quién para poder determinar eso. En definitiva, los críticos, los historiadores y los ensayistas de la literatura mexicana, en especial de la literatura dramática, han establecido que si bien (Rodolfo) Usigli manejó, por decirlo así, su estilo durante el milenio pasado, mi obra personal y trabajo como maestro me determina como el autor del actual milenio. En tal caso, eso me satisface mucho".

Argüelles, quien ha estrenado más de 31 obras, de ellas, dice, "90 por ciento, si no es que más, con temporadas muy nobles que duraban a veces tres años, casi todas premiadas e interpretadas por los mejores actores y actrices de México", opina que las nuevas generaciones de dramaturgos lo están haciendo bastante bien. ''Ocurre, por coincidencia, que son mis alumnos. De modo que los trabajos de Sabina Berman, Víctor Hugo Rascón, Jesús González Dávila y un largo etcétera son la generación que está haciendo el nuevo teatro mexicano''.

Sobre su relación con los directores escénicos, señala: "Si es necesaria como batalla, pues como batalla, y a ver de qué cuero salen más correas; en mi caso, siempre han salido de mi cuero". CARLOS PAUL


Obsesivo del teatro mexicano

"Argüelles es el más iracundo obsesivo que ha dado el teatro mexicano", apunta Olga Harmony en el ensayo que se incluye en el tercer tomo de Hugo Argüelles. Estilo y dramaturgia (Escenología), en el que la crítica de teatro reflexiona sobre las constantes en la creación de este autor.

"Sus obsesiones -apunta-, sus más expresos intentos, son los de la denuncia de todo aquello que, para él, son los peores males sociales.''

El poder, tema que el autor "pone en el centro de su obra, no sólo como crítica a las instancias que lo detentan -familia, gobierno, religión-, sino como un ineludible resorte dramático", la doble moral, la crítica hacia la familia, "sea rural o urbana, y que se expresa en los diferentes modos de encarar la maternidad y el incesto casi en estado puro", la homosexualidad, su anticlericalismo y antiautoritarismo, su "faceta poco estudiada, la del amor sin mancilla", sobre su barroquismo y sus insólitos personajes miembros de extrañas mascaradas, sobre su ambigüedad "que permea toda la obra del autor", sobre las relaciones escatológicas, sobre sus personajes femeninos, sobre la presencia de la magia en las obras de Argüelles, cuyo teatro "ve la vida como un ritual", entre otros temas, reflexiona Harmony, y dice: ''la honestidad de Hugo consigo mismo y la congruencia de su escritura hacen de su dramaturgia algo unívoco, a pesar de las sucesivas -más de forma que de fondo- metamorfosis''. CARLOS PAUL



Pórtico

José Emilio Pacheco
Hugo Argüelles vive de noche,
escribe de noche,
habla toda la noche
con sus creaciones.

Sueña de día
su escritura nocturna
siempre bañada
por la luz de la inteligencia.
Imposible pensar en él sin el teatro,
en el teatro sin él.

El teatro es la vida.
Y la vida es melodrama, farsa, comedia,
pieza y tragedia.

Se dicen pronto cuarenta años de autor,
pero son una hazaña que en su caso
se duplican por su labor de maestro.

Hay pocos seres dignos de la palabra maestro.
Hugo Argüelles sí la merece.
Con qué crueldad doliente y con qué piadosa ironía nos retrata
en sus obras.

Todos somos comparsas en el Gran Teatro de México.
Hugo Argüelles nos sube a escena.

De nosotros depende
reconocernos o cerrar los ojos.

Espero que Hugo Argüelles siga escribiendo
para que nuestra noche se haga día algún día.

El INBA y la editorial independiente Escenología dieron a conocer en días recientes una novedad bibliográfica: el tercer tomo de la monumental antología Hugo Argüelles. Estilo y dramaturgia, que abre con el poema del maestro JEP, aquí adjunto, que ofrecemos a nuestros lectores.