Casinos: una apuesta en problemas
Para algunos son la salvación para un gobierno ávido de ingresos fiscales. Para otros, la puerta franca a la delincuencia organizada. Son los casinos, centro de polémica desde hace cinco años, cuando se abrió el debate sobre su autorización. Legales o no, lo único claro es que los centros de apuestas serían lo que son en todas partes: un negocio de unos cuantos
Alberto NAJAR * Fotos: Miguel SALGUERO
Cinco años de debate. Dos legislaturas, decenas de foros, un par de subcomisiones especiales, un anteproyecto de ley.
Y la legalización de casinos en México sigue en veremos.
La Cámara de Diputados determinó posponer, esta vez de forma indefinida, la discusión en el pleno del anteproyecto de ley federal de juegos y sorteos elaborado por la 57 Legislatura y en la que se autorizaría la instalación de casinos en el país.
Y es que, dice el diputado perredista David Sotelo Rosas, secretario de la Comisión de Justicia, el documento está mal hecho.
"Adolece de fallas de carácter jurídico y de técnica legislativa. Es un proyecto con dedicatoria y eso no puede ser. Tiene muchas aristas que deben verse todavía".
De
acuerdo con el legislador el anteproyecto no establece con claridad los
elementos para mantener alejado al crimen organizado de los centros de
apuestas, ni tampoco se ha analizado por completo el impacto económico,
político y social que habría en las zonas donde se instalen
los casinos.
"Tiene muchas aristas, es muy casuístico y una ley no puede ser así", explica.
-¿Eso qué significa?
-Por ejemplo dice que se pueden instalar casinos en unas ciudades pero en otras no, y una ley no puede discriminar. En todo caso que diga, en términos generales, las características de los sitios donde sí se puedan establecer.
La decisión de posponer la discusión en el pleno se adoptó el mes pasado por las subcomisiones especiales de Turismo y Gobernación encargadas del asunto. Se trata, explica Sotelo Rosas, "de allegarnos de toda la información técnica, jurídica y política posible, para analizar el anteproyecto artículo por artículo".
Una vez concluido el proceso "enviaremos el resultado a la Comisión de Gobernación, para discutir de nuevo y elaborar el dictamen. Luego se presenta al pleno y allí se debate otra vez".
Esta es la parte medular de todo el proceso, pues aunque el dictamen contara con el apoyo mayoritario en la Comisión de Gobernación, no existe ninguna garantía de que el pleno lo apruebe.
Y es que hasta ahora, explica la senadora priísta Addy Joaquín Coldwell, "no hay consenso, ni siquiera dentro de los grupos parlamentarios".
Es por ello que, afirma el perredista Sotelo Rosas, al menos por este año no habrá casinos legales en México.
-Es como hacer todo de nuevo.
-Sí, va a ser un nuevo dictamen.
-¿Y terminan este periodo?
-Lo dudo mucho.
As de oros
La decisión de la Cámara de Diputados de analizar más a fondo el asunto no es gratuita.
Durante
los cinco años que lleva el debate numerosos empresarios y dueños
de centros de apuestas se han acercado a los diputados de tres legislaturas,
para tratar de influir en la redacción de la iniciativa de ley y,
sobre todo, de conseguir un voto favorable a la instalación de casinos.
En este proceso, reconoce Carlos Díaz de León, director de enlace legislativo de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio (Concanaco), se han utilizado tácticas distintas.
"Tratamos de influir en ellos (los diputados) con planteamientos muy claros; que conozcan el proyecto a fondo, para que tengan una posición favorable -explica-. Lo que buscamos son mayorías calificadas, porque unanimidad ni en la casa la tenemos".
Parte del trabajo de cabildeo, explica el empresario, es atender personalmente las necesidades de los diputados.
-¿Atenderlos? ¿Cómo?
-Vamos a su propia casa, si requieren más información se las damos.
-Hay versiones de que se ha tratado de comprar el voto de legisladores con viajes y regalos. ¿Esto se vale?
-Que yo sepa no se ha dado dinero, y si se dio no sé quién. ¿Qué significa cabildear? Influir en sentido ético con información. Eso es lo que hago.
-¿Reuniones privadas?
-Se puede, yo lo he hecho, invitar a un diputado, que tiene la obligación de atender este tipo de temas, y platicamos con ellos en privado, en desayunos, comidas...
Díaz de León es uno de los cabilderos más activos en el tema de los casinos, pero no es el único. En esta tarea participan representantes de la Asociación Mexicana de Hoteles, de la Asociación de Industria del Entretenimiento, así como de las empresas de apuestas que pretenden instalar casinos en México.
-¿Entre ellos la familia Hank?
-No lo sé, porque han sido muchos los grupos. Pero de todos modos estas personas son mexicanos con experiencia en el juego, han hecho inversiones y creo que sería muy importante que también tengan participación ?dice Díaz de León.
Como quiera, lo cierto es que según el representante de Con-canaco los acercamientos han tenido éxito. Y una muestra es que "en las dos subcomisiones especiales hay un buen ánimo para los casinos, yo creo que tenemos más del 50%".
En esta favorable intención de voto tal vez tenga que ver el hecho que los legisladores se esmeran en cumplir con su tarea.
En enero pasado, por ejemplo, un grupo de diputados realizó una visita de cinco días por Gran Bretaña e Irlanda del Norte en la cual, se informó oficialmente, se efectuaron "encuentros con integrantes del Parlamento británico".
Como parte de la delegación mexicana acudieron algunos de los legisladores que integran las subcomisiones de casinos, entre ellos Armando Salinas Torre, del PAN, José Antonio Hernández Fragua, del PRI, y Francisco Patiño Cardona, del PRD, quienes no desaprovecharon la oportunidad de desahogar otros puntos de su agenda.
Patiño Cardona cuenta que, además de la visita al Parlamento, aprovechó para darse una vuelta por los centros de apuesta. "Iba comisionado a tratar asuntos parlamentarios y pude observar los casinos -presume-. He estado visitando varios en algunas partes del mundo, porque como a mí me interesa tengo que estar al tanto de eso".
Sota, caballo y rey
¿Qué
tanto influye en los legisladores el cabildeo de empresarios y propietarios
de casinos?
Sabe. Lo único claro es que, curiosamente, varias de las ciudades elegidas en el anteproyecto de ley para la instalación de centros de apuestas son áreas de influencia de algunas empresas interesadas en el asunto.
Es el caso de Tijuana, donde el Grupo Caliente, de Jorge Hank Rhon controla el hipódromo, así como Cancún, Guadalajara y Acapulco, donde la empresa instaló -con autorización del ex presidente Carlos Salinas- varios books ("libros foráneos"), donde se apuesta sobre carreras y encuentros deportivos transmitidos por vía electrónica.
El Grupo Caliente fue acusado, durante el gobierno de Ernesto Ruffo en Baja California, de fraude y despojo por vender sin autorización 20 hectáreas de los terrenos del hipódromo -considerados bienes nacionales- para construir el fraccionamiento residencial Puerta de Hierro.
Hank Rhon fue involucrado en una investigación de lavado de dinero de la Drug Enforcement Administration (DEA). Por señalamientos como estos Autotote Corporation, considerada la empresa más importante del mundo en el manejo de hipódromos, suspendió su relación con Grupo Caliente.
Otra coincidencia se presenta en la zona metropolitana del Distrito Federal, asiento de Corporación Interamericana de Entretenimiento (CIE), concesionaria del Hipódromo de las Américas, el Auditorio Nacional, el Palacio de los Deportes, el Foro Sol, el Auditorio Fundidora de Monterrey, la Ciudad de los Niños y Planeta Azul, entre otros. También es representante de Ticket Master en América Latina.
Entre los socios principales de CIE se encuentra Carlos Slim, propietario del Grupo Carso, una de cuyas empresas ?Inbursa? posee 25% de las acciones del Hipódromo de las Américas.
Una más es Ciudad Juárez, donde el Club 21 de José María Guardia opera el hipódromo y algunos centros de apuesta con máquinas tragamonedas.
Estas empresas, sin embargo, no son las únicas interesadas en instalar casinos.
De hecho, según Patiño Cardona, algunos inversionistas de Las Vegas y Atlantic City "están nomás esperando que se apruebe la ley para traer su dinero. Hasta a una compañía de las reservaciones indias de Estados Unidos (de la tribu oneida) le llama la atención el asunto".
Hasta ahora el interés se concentra en las principales ciudades, reconoce el empresario Díaz de León, "pero en cualquier parte sería buen negocio".
Las otras ciudades propuestas para instalar casinos son Reynosa, Nuevo Laredo, Loreto, Los Cabos, Mazatlán, Puerto Vallarta, el puerto de Veracruz y Monterrey.
Flor imperial
Desde
1995, cuando el entonces presidente de la Comisión de Turismo de
la Cámara de Diputados, Rodolfo Elizondo Torres -actual coordinador
presidencial para la Alianza Ciudadana- abrió el debate para modificar
la Ley de Juegos y Sorteos, los argumentos a favor y en contra de los casinos
son casi los mismos.
Según la Concanaco la instalación de sólo 10 de estos negocios-como se considera en el anteproyecto de la 57 Legislatura- generaría 3 mil millones de dólares en inversión directa para el próximo año, así como 50 mil fuentes de trabajo.
La recaudación fiscal también sería considerable: entre 500 y 800 millones de dólares anuales, casi el doble -explica el diputado priísta Jaime Mantecón- de lo que se obtendría al gravar con el IVA alimentos y medicinas.
"Se propone un impuesto de 18%" -explica el empresario Díaz de León-, que se repartiría de la siguiente forma: ocho puntos para los municipios, seis para los estados y los cuatro restantes para el gobierno federal".
Por si fuera poco, añade el perredista Patiño Cardona, el dinero que se recaude se invertirá en obras de beneficio social. "Los recursos estarán etiquetados para construir hospitales, escuelas, mejorar las calles, dotar servicios". Además de las razones económicas, los promotores de los casinos esgrimen un argumento adicional: legalizar las apuestas terminaría con la delincuencia que se genera alrededor de esta actividad cuando se practica de manera clandestina.
Datos de la Comisión de Turismo del Senado revelan que en el país operan mil 500 centros de juegos de barajas y loterías, conocidos como brincos, además de 150 casinos equipados al estilo Las Vegas. También se realizan 4 millones de peleas de gallos y cientos de carreras de caballos, todas clandestinas.
Estas actividades generan un promedio de 500 millones de dólares anuales, de los que el fisco no recibe un solo centavo.
Por estas razones, concluye Díaz de León, la autorización de casinos es la apuesta más segura para sacar adelante la reforma fiscal que propone el presidente Vicente Fox, sobre todo ahora que el gobierno "tiene urgencia de atraer dinero y promover inversiones".
¿De veras los casinos son la clave para sacar al país del atorón económico?
La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) dice que no es así.
"No podemos pensar ?en el marco de una propuesta como la que hizo el Ejecutivo a través de la nueva hacienda pública? que los impuestos que paguen las empresas que instalen y administren casinos sea significativo a los requerimientos públicos, ni siquiera en lo que a fuentes de empleo se refiere", afirma en su Agenda de cabildeo para el presente año.
Se trata de una posición que la Coparmex sostiene desde los primeros foros organizados en la 56 Legislatura. "Regresan muy poco a cambio, sin fomentar ninguna cadena productiva. Su interés está en estimular la pérdida generalizada de sumas variables al mayor número posible de clientes, por lo que, estadísticamente, acaban arruinando a grupos de individuos".
Sentencia: los casinos "son una forma organizada de despojo a la sociedad".
Tampoco la Iglesia católica está de acuerdo con la legalización del juego.
En el artículo "Razones morales para decir no a los casinos", publicado en la revista Nueva Síntesis, el presbítero Roberto Ramos, profesor del Instituto de Ciencias Teológicas, advierte que en el tema existe un falso debate.
"¿Qué
es preferible, prohibir absolutamente el juego o admitirlo, pero con reglas?
Lo primero que hay que decir es que no se moraliza un mal reglamentándolo",
señala.
Tampoco es válido el argumento de que legalizar las apuestas promoverá el turismo de altos ingresos. "Yo pregunto: ¿a ellos sí se les puede explotar y dejar que se lleven por la pasión del juego?".
Y es que en este tema la discusión no debe concentrarse en las ganancias económicas. "No es lícito jugar con la tonta ilusión, sea de nacionales como de extranjeros, para hacerse de recursos y de empleos; el fin no justifica los medios".
En este punto coincide la senadora Addy Joaquín Coldwell, cuya familia tiene fuertes intereses en el Caribe mexicano, una de las principales zonas en la mira de las empresas de apuestas.
"Se habla de inversiones, de desarrollo, pero ¿y las familias mexicanas- No se piensa en más cultura, en más educación o en otros niveles para enriquecerlas -advierte-. ¿Nos daría mucho más turismo tener casinos en México- ¿La gente dejaría de ir a Las Vegas por venir a jugar aquí?".
En el fondo la discusión es la falta de apoyo hacia el sector turístico del país, que no desarrolla por completo su potencial.
"Si hacemos del turismo una prioridad nacional podemos generar empleos en todas las clases sociales". De cualquier modo, concluye la senadora, en la agenda legislativa hay muchos pendientes, "y lo de los casinos no sé cuándo vaya a tocar".*
Los
clientes del centro comercial Interlomas no salían de su asombro.
Cincuenta bien armados agentes de la Policía Federal Preventiva
tomaron por asalto, el pasado 12 de julio, uno de los locales del lugar.
Una veintena de clientes se llevaron un buen susto. La Secretaría
de Gobernación informó entonces que en el lugar se realizaban
apuestas ilegales en máquinas tragamonedas, a razón de dos
dólares ?en billetes? el intento.
El dueño del lugar se tardó en reaccionar, pero lo hizo en grande en cuanto se decidió: publicó un desplegado de plana entera en los principales diarios de circulación nacional. El operativo, decía el texto, se hizo "con metralletas del tamaño de un cañón, parecía que estaban en la guerra de Vietnam o que perseguían extraterrestres".
No paraba ahí: "Con todo el amplio respeto suplicamos una investigación exhaustiva y rápida del atropello que sufrimos, fue igual que en los tiempos del loco Hitler esto que hicieron (...) en el establecimiento Club 21 Interlomas no tiene m... ¿Esto llamamos democracia? ¿Esto llamamos leyes? ¿Esto llamamos justicia? Etc., etc., etc."
El firmante del desplegado se llama José María Guardia y es dueño del Club 21 y del Hipódromo de Ciudad Juárez, Chihuahua. En los últimos tiempos se ha convertido en uno de los empresarios más confiados en que el Congreso aprobará la ley que autorizará los casinos en México.
Guardia es, sin duda, un personaje singular. Además de activo promotor de los casinos, presume su amistad con algunos jerarcas de la Iglesia católica (como Juan Sandoval Iñiguez, arzobispo de Guadalajara, y Luis Morales Reyes, presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano) y con importantes funcionarios de Cuba (ha sido enlace entre ambos, dice). Incluso se ufana de haber acompañado a obispos mexicanos al Vaticano y de ser conocido del papa Juan Pablo II.
También es poseedor de un lugar sin igual, la Quinta Paraíso, ubicada al sur de la capital del país. Fue ahí donde recibió a Fidel Castro el 3 de diciembre de 2000, cuando éste vino a la toma de posesión de Vicente Fox. Estuvieron presentes Morales Reyes y el obispo Abelardo Alvarado.
El empresario de las apuestas dice que ahí fue anfitrión una vez del presidente Ernesto Zedillo quien, maravillado por el sitio, le dijo: "Le cambio Los Pinos por su Quinta Paraíso". Raudo, Guardia respondió: "No, porque Los Pinos nada más duran seis años y esto lo tengo para toda la vida".
Los negocios
José
María Guardia, de padres españoles, nació hace 63
años en las Islas Filipinas. La familia emigró a Estados
Unidos después de la Segunda Guerra Mundial y más tarde a
México. Ahora vive en El Paso, Texas, y tiene nacionalidad mexicana.
En 1990 el empresario solicitó la concesión del hipódromo de Ciudad Juárez, la cual le fue otorgada a la empresa Cesta Punta Deportes ?que él administra?. Al año siguiente, el establecimiento abrió sus puertas.
Es dueño de cuatro casinos -uno en Monterrey, otro clausurado en el estado de México y dos en Ciudad Juárez-. Pero asegura que lo que él tiene no son casinos: "Mis máquinas son de video, son juegos de habilidad y destreza".
A las 500 maquinitas que tiene en total se les ponen dólares en billetes (no son tragamonedas, prohibidas en el país). Este es uno de los argumentos de Guardia para probar la legalidad de su negocio. Además, alega, se juega en billetes verdes (así están programadas las máquinas) y en México el dólar no es moneda sino mercancía.
Cada fin de semana acuden al hipódromo unas dos mil personas por día, ya sea a jugar en alguna de las 300 maquinitas, o en la sala de bingo, o a apostar en los partidos de beisbol, basquetbol, futbol americano, o en las carreras de caballos y de galgos que son transmitidas vía satélite.
"La aprobación de los casinos produciría sólo en Juárez 10 o 20 mil empleos directos", asegura el empresario. Y remata: "Hay falta de empleos, ¿no? Pues como dice Fox: ¡Hoy! ¡Hoy! ¡Hoy! ¡Ya! ¡Ya! ¡Ya! Vamos a aprobar la ley de casinos".
(Con información de Miguel Salguero)