LETRA S
Septiembre 6 de 2001

El bienestar que procura la pareja

Manuel Zozaya

Braulio y Amílcar son una pareja contrastante en muchos sentidos. Uno es muy bullanguero y el otro introvertido. Aquél con VIH y éste no. Platicamos con ellos después de un taller para personas con VIH, sus parejas y amigos, en la Clínica Especializada Condesa. Estas son sus palabras:

Braulio: Nos conocimos en un bar, nos caímos bien y pronto empezamos una buena relación. Nos hubiera gustado firmar una sociedad de convivencia en el evento que hubo en la explanada de Bellas Artes, pero aún no nos conocíamos. Nos encanta esta propuesta, pues permite un nivel de compromiso semejante al de un matrimonio. Esperamos su aprobación por la Asamblea Legislativa del DF para dar ese paso.

Amílcar: Cuando supe que él vivía con el VIH tuve muchas dudas, pero en parte gracias a talleres como éste, mis dudas y miedos se van disipando. Con cuidado y usando condón, no hay peligro. Duermo tranquilo. Claro, me preocupa que Braulio pueda enfermar, pero habiendo amor y comprensión, lo de la infección es secundario. Hay que apoyar a la pareja.

Braulio: Al enterarme que tenía el VIH me alteré muchísimo, no sabía qué hacer, porque una noticia así cambia todas tus expectativas. Cuando iniciamos la relación, le comenté a Amílcar acerca de mi seropositividad, porque él tenía derecho a decidir si quería estar conmigo, a pesar del VIH, y debía saberlo para limitar los riesgos de transmisión del virus. Afortunadamente mi organismo ha reaccionado muy bien con el tratamiento. Me cuido mucho y tener pareja proporciona bienestar, cosa que fortalece mi salud. Disfrutamos nuestra relación porque pensamos que estás con alguien por su manera de ser, no por su diabetes o su anemia o el VIH. Lo que un ser humano te da va mucho más allá de su estado de salud.

Amílcar: Nunca me plantee tener una pareja con VIH, pero cuando lo conocí, a pesar del shock, supe que eso no me iba a detener para estar con él. Pretendo que construyamos un futuro juntos, en las buenas y las malas, afrontando los problemas.

Braulio: Por eso tengo que cuidarme y esforzarme para que el tratamiento funcione y nuestra relación se afiance. La ley de convivencia nos puede servir para reafirmar nuestro compromiso, además de los beneficios materiales, como el derecho a la seguridad social, a legalizar propiedades en común o una sucesión. Es muy padre, porque cuando empiezas a construir tu vida con alguien, y a lograr cosas materiales juntos, lo más sensato es que si ambos trabajaron por algo y alguno fallece, el que debe disfrutar los bienes es el sobreviviente de la pareja, así como evitar la rebatinga con los parientes.