LETRA S
Septiembre 6 de 2001

Plan estratégico 2001-2006

Salud reproductiva
continuidad retos y omisiones

La planificación familiar es uno de los temas donde se temía un retroceso luego del arribo del PAN al poder, sin embargo, gracias a los avances, al trabajo de las organizaciones sociales y al consenso logrado sobre la importancia transexenal de los programas de salud reproductiva, se impuso la continuidad de las políticas. Pero si bien se puede hablar de continuidad de las acciones, también podemos hablar de la continuidad de las omisiones y los rezagos. En el siguiente reportaje se da cuenta de ambas continuidades.



ls-tatiana1Texto Julieta Becerril / Fotos Tatiana Parcero
 

Disminuir los embarazos adolescentes, aumentar el uso de los anticonceptivos, reducir el número de hijos por mujer, bajar el número de defunciones maternas y por cáncer cérvico uterino, y en general hacer más accesibles los servicios a las mujeres son los principales propósitos del Plan Estratégico en Salud Reproductiva de la Secretaría de Salud para el periodo 2001-2006. En continuidad con las acciones del régimen anterior, dicho plan se propone dar prioridad a la atención de las poblaciones vulnerables: adolescentes, indígenas y población de áreas rurales.

Se trata de un programa planteado de manera muy general, donde se fijan metas precisas pero no se menciona la manera de alcanzarlas. Elaborado en marzo pasado, este plan tuvo un mal comienzo, en lo que va del año el presupuesto destinado a la salud reproductiva ha sufrido tres recortes que sin duda impactarán en las metas y acciones propuestas en el documento. Además, por la descentralización del sector Salud, la cobertura de la demanda de anticonceptivos es ahora una responsabilidad de los gobiernos estatales, es decir depende de la voluntad política, y en algunos lugares de la visión doctrinaria, de sus autoridades.

Por otro lado, y a pesar de que en el Plan se menciona a las organizaciones de la sociedad civil como interlocutoras clave en el trabajo comunitario, no se les tomó en cuenta a la hora de elaborarlo. Una de las preocupaciones es que la evaluación del programa de planificación familiar se seguirá haciendo a partir de metas que en aras de cumplirse ponen en riesgo los derechos de las mujeres.

La Secretaría de Salud (Ssa) reconoce, por su parte, que existen rezagos regionales --hay estados con atrasos de diez y quince años-- que es necesario corregir, para lo cual se propone equilibrar estas desigualdades, privilegiando "la atención en los estados y municipios de alto riesgo".
 
 

Ausencia de una presencia imprescindible

Muchos de los avances y cambios de enfoque en las políticas de planificación familiar se deben al trabajo de las organizaciones de mujeres. El mismo concepto de salud sexual y reproductiva fue introducido por ellas para subrayar la necesidad de brindar una atención integral a la salud de la mujer, más allá de su capacidad reproductora. Sin embargo, en esta ocasión manifiestan preocupación porque no están siendo tomadas en cuenta.

Entrevistadas por Letra S, las organizaciones Consorcio para la Equidad, Salud Integral para la Mujer y la Red por la Salud de las Mujeres, expresaron que no existe un canal formal de participación como el que existía en el anterior gobierno cuando operó el Comité Interinstitucional donde las organizaciones de la sociedad civil contaban con representación. Hay un camino recorrido y no se debe retroceder, señalan.

Para Pilar Muriedas, de Consorcio para la Equidad, el Plan Estratégico de Salud Reproductiva no presenta cambios fuertes respecto al anterior, por lo menos en términos políticos e ideológicos, pero externa su preocupación porque en el componente de planificación familiar permanecen las metas de reducción de la fecundidad, ya que provoca que en aras de cumplir con lo programado los médicos sólo se interesen por alcanzar esas metas sin importar si la mujer cuenta con información suficiente para elegir el método que más le conviene.

Por su parte, Blanca López Arellano de la Red por la Salud de las Mujeres considera que el Plan es muy general y no precisa los instrumentos o mecanismos para aterrizar las metas, algunas de ellas bastante ambiciosas como reducir 11 por ciento los nacimientos en mujeres adolescentes.

El Plan Estratégico contempla ampliar el número de usuarias de métodos anticonceptivos de 62 a casi 74 por ciento de las mujeres en edad fértil para el 2006. En la actualidad, son más de 11 millones las usuarias, la meta de la Ssa es aumentar esa cifra 15 por ciento al término del gobierno de Vicente Fox. Paralelamente, la intención es bajar la tasa de fecundidad de 2.4 a sólo dos hijos por mujer.

Otra de las preocupaciones, señala Muriedas, es que se siguen privilegiando sólo dos métodos anticonceptivos: el dispositivo intrauterino o DIU y la oclusión tubaria bilateral (ligadura de las trompas) donde el control directo lo tienen los médicos y no la mujer; "tal pareciera que siguen sin tenerle confianza a la mujer", comenta. Según el documento citado, la mayoría de las mujeres, 65 por ciento, recurre a esos dos métodos, y poco más de 12 por ciento prefiere los métodos tradicionales del ritmo o el retiro antes de la eyaculación.

De acuerdo con las estrategias incluidas en el componente de planificación familiar "se busca ampliar la constelación y oferta de métodos anticonceptivos, incorporando tecnología moderna y útil para los diferentes segmentos de la población usuaria", pero no se menciona nada, por ejemplo, sobre el condón femenino ni la anticoncepción de emergencia. Al respecto, Blanca López señala que es fundamental incorporar ambos métodos, pues a pesar de su mayor costo, amplían el espectro de opciones y permiten mayor control de la mujer, sobre todo en situaciones de mayor riesgo de embarazo o transmisión de infecciones. "Ambos responden al ejercicio de un derecho ciudadano", puntualiza. Por su parte, Isaura Bono, de Salud Integral para la Mujer (SIPAM), coincide con lo anterior y cuestiona que el Plan siga sin incluir al aborto como problema de salud reproductiva y por lo tanto tampoco incorpora estrategias y acciones para frenar el número de muertes debidas a esa causa. Si el objetivo es ofrecer las alternativas necesarias para que la mujer no tenga embarazos no deseados, es necesario entonces incluir todas las opciones que brinda la tecnología anticonceptiva, afirmó.

Muriedas y Bono coinciden en que además de ampliar la oferta de anticonceptivos es necesario incorporar el grado de satisfacción de las usuarias de acuerdo a sus necesidades como un indicador a evaluar del programa de planificación familiar.

En entrevista aparte, la ex diputada local del PAN Irma Islas y actual asesora de la fracción panista en la Asamblea Legislativa considera que el documento no debió plantear las diferencias entre métodos tradicionales y modernos, "pues eso da la impresión de que los primeros son métodos obsoletos, antiguos y que no funcionan". En ese sentido sugiere no proporcionar información dirigida, que privilegie nada más uno o varios de los métodos sino toda la gama de opciones para que las parejas y mujeres decidan libremente.

Considera que si bien al Plan de Salud Reproductiva no se le puede calificar de vanguardista, tampoco cae en posiciones extremas, "en ninguna parte promueve la abstinencia sexual, ni prohibe las relaciones sexuales a determinada edad" y eso es prueba de que se trata de un programa muy bien centrado, que permite a las personas tomar las decisiones que más les convengan.

Una de las mayores preocupaciones de las organizaciones es la reducción paulatina que desde 1983 se ha venido dando en el presupuesto destinado a la Salud, de más de 50 por ciento per cápita, por lo que el gasto público en Salud del gobierno mexicano es uno de los más bajos en el continente (2.6 por ciento del PIB), lo que contribuye al déficit de recursos humanos y materiales, así como al deterioro de los servicios. En lo que respecta a la Salud reproductiva, el gobierno federal gastó este año 48 millones, que fueron destinados fundamentalmente a la aplicación de políticas públicas sectoriales y a la capacitación y formación de servidores públicos.
 
 

ls-tatiana2Lograr los equilibrios poblacionales

El programa de planificación familiar es una pieza clave para lograr los equilibrios poblacionales necesarios en el país. Y de acuerdo con Vicente Díaz, director de Normatividad y Asistencia Técnica en Planificación Familiar de la Ssa, las metas incluidas en el Plan de Salud Reproductiva tienen ese objetivo, pero su cumplimiento, aclara, de ninguna manera se hará violando los derechos de la mujer, por lo que se proporcionará la información necesaria para que sea ella quien decida el método anticonceptivo a usar.

En cuanto a la demanda de anticonceptivos, Díaz afirma que es necesario ampliar la cobertura, aunque, señala, "esa es responsabilidad de los gobiernos estatales debido a que el sector salud ya está descentralizado".

Aclaró que si no se promociona el uso del condón femenino y la anticoncepción de emergencia se debe a que ninguno de esos métodos están aún autorizados en la Norma Oficial Mexicana de Planficación Familiar y hacerlo sería violentar la normatividad. Por lo que nada tienen que ver con supuestos temores o falta de interés. Al respecto, informó que ya comenzaron las primeras reuniones con las organizaciones civiles para modificar dicha Norma y en el mediano plazo incorporar esos dos métodos. Adelantó que Conasida adquirirá un paquete de condones femeninos para poner en marcha un programa piloto con el propósito de conocer las reacciones y el grado de aceptación de las mujeres.

Sobre las organizaciones civiles, el funcionario las calificó de "aliadas" y reiteró que la Ssa está abierta a su participación, ya que al compartir sus experiencias los programas resultan más apegados a los problemas reales. Comentó que desde su punto de vista quienes se han alejado y no han respondido a la convocatoria de las autoridades son las propias organizaciones, como fue el caso del diseño del Plan Estratégico 2001-2006 del Programa de Salud Reproductiva.
 


Plan de un sexenio en salud sexual

Información y servicios de calidad son las claves para lograr que la población mexicana disfrute de una vida sexual y reproductiva satisfactoria, saludable y sin riesgos. Tal es la misión que se ha propuesto el Programa de Salud Reproductiva de la Secretaría de Salud. Y para ello formuló su Plan Estratégico 2001-2006, donde a partir de un análisis de la situación actual, fija las metas a conseguir en el presente sexenio. Dividido en siete componentes, el Plan se propone, entre otras cosas, disminuir la tasa global de fecundidad, de embarazos adolescentes, de mortalidad materna y neonatal, de prevalencia de cánceres cérvico uterino y mamario, así como ampliar la oferta y cobertura de métodos anticonceptivos y la participación de los varones en la planificación familiar, sobre todo en los estados que presentan los mayores rezagos y en las zonas rurales y urbanas más marginadas. Todo ello con absoluto respeto a los derechos humanos y a la libre decisión de las personas. Se trata de un plan ambicioso en sus objetivos pero de corto alcance en su impacto social. A continuación, algunas cifras.
 
 
Situación año 2000


Número de hijos por mujer: 2.4

Usuarias de anticonceptivos: 62.1%

Usuarias adolescentes: 48.8%

Demanda insatisfecha de anticonceptivos: 12%

Nacimientos de madres adolescentes: 366 mil

Tasa de fecundidad adolescente: 70 nacimientos por cada mil adolescentes

Mortalidad materna:
 
 

Meta 2006
 

2.06

73.9%

54%

Reducirla una tercera parte

Reducción de 11%

61 por cada mil
 

Disminuir las defunciones en 30%

Críticas

En aras de alcanzar esas cifras, se ponen en riesgo los derechos de la mujer

Se hace énfasis en los métodos que no controla la mujer como el DIU y la OTB

No incluye al condón femenino ni la anticoncepción de emergencia

No precisa los mecanismos para aterrizar las metas

No se consultó a las organizaciones civiles

No se habla de las muertes por aborto