MARTES Ť 21 Ť AGOSTO Ť 2001

Ť El sindicato se opone al traslado de empleados sin apoyo gubernamental

Trabajadores del Instituto Nacional de Pesca rechazan descentralización por parte de Sagarpa

Ť Acuerdan con autoridades diálogo tras la toma durante horas de la sede de ese centro

MATILDE PEREZ U.

No será con el traslado de las oficinas del Instituto Nacional de la Pesca a varias regiones costeras del país como habrá un cambio inmediato en el estancamiento de las capturas y reducción de poblaciones de las especies marinas explotadas más importantes de los mares, expusieron ayer los trabajadores de ese centro al cerrar -aseguraron- por "tiempo indefinido" las instalaciones del organismo dependiente de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).

Sin embargo, por la noche entregaron dichas instalaciones a las autoridades del INP, luego del compromiso de éstas y de la Sagarpa de sostener una mesa de negociaciones con los empleados para llegar a un acuerdo en torno a sus ocho demandas, que incluían creación de una comisión mixta dictaminadora para el proceso de promoción curricular y pago de los salarios homologados por dicho proceso efectuado el año pasado.

Por la mañana, Mauricio Hernández Flores, secretario general del Sindicato Democrático de Trabajadores de Pesca y Acuacultura de la Sagarpa, insistió en que antes de decidir unilateralmente el traslado de 150 trabajadores a provincia -sin ningún apoyo gubernamental- la Sagarpa debe dar información detallada de su proyecto y de la transferencia a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) de la dirección general de investigación en procesos de desarrollo sustentable.

Antes de las 8 de la mañana, un grupo de trabajadores prácticamente selló el acceso al INP con carteles y mantas de protesta por una determinación que altera la vida de 150 familias. "Las autoridades del INP se han negado a dar información detallada con respecto a las consecuencias laborales resultantes de los planes de restructuración. A unos se les dice que, de darse la reubicación, se otorgarían los apoyos correspondientes, según las condiciones generales de trabajo; a otros, se les advierte que tendrán que reubicarse de manera voluntaria", dijo Hernández.

Desde hace varias semanas -abundó- buscamos infructuosamente el diálogo con el oficial mayor de la Sagarpa, Javier Ponce de León, y con el responsable de pesca, Jerónimo Ramos. Las reuniones se llevaron a cabo con el presidente del INP, Guillermo Compeán, pero "con una actitud prepotente dijo a los trabajadores que si tenían casa en la ciudad de México que la vendieran y se compraran otra en el lugar que se les asignara para la reubicación. Si tienen hijos, déjenlos; yo dejé a los míos por comprometerme con este proyecto".

Los trabajadores mostraron su molestia por la actitud de las actuales autoridades quienes "han declarado que la ciencia no puede ser la base de la administración de los recursos pesqueros. Esto va en contraposición con la tendencia en la administración pesquera mundial de otorgar una mayor importancia a la ciencia en la administración de los recursos pesqueros y la adopción de un enfoque precautorio en la toma de decisiones sobre los mismos".