MARTES Ť 21 Ť AGOSTO Ť 2001

Ť Involucra a ejércitos de AL en su estrategia de Guerra de Baja Intensidad, denuncian

En su intervencionismo, EU remplaza el "peligro comunista" por el "peligro del narcotráfico"

Ť Eligen la provincia de Salta, una "zona caliente", para la operación militar Cabañas 2001

STELLA CALLONI/II Y ULTIMA CORRESPONSAL

Buenos Aires, 20 de agosto. Al analizar el documento del Estado Mayor Conjunto sobre estas eventuales "Amenazas hacia la República Argentina", el periodista Horacio Verbitsky destaca que "para que no queden dudas sobre el grado de autonomía intelectual de los autores (oficiales del ejército argentino) tanto el mapa de Bolivia como el de Paraguay tienen sus referencias en inglés. La frontera internacional se identifica como international boundary, las vías férreas como railroad, las carreteras como road. Brasil está escrito con Z".

Verbitsky advierte que "con la misma concepción de la seguridad nacional que en la década del 70 condujo a las fuerzas armadas argentinas a su peor catástrofe histórica, el informe analiza las 'ocupaciones de propiedades privadas en zonas urbanas y rurales'" por parte del movimiento paraguayo de los Sin Techo, a quienes atribuye presunto apoyo logístico de las FARC colombianas, las cuales, siempre según el documento, también apoyarían a "los grupos violentos, capitalizando la grave situación socioeconómica, para promover la denominada guerra social".

Precisamente, el lugar elegido para desarrollar la segunda edición de las maniobras Cabañas, la provincia de Salta, donde han surgido varios focos de conflictos ante la desocupación y la pobreza reinantes, es lo que puede denominarse una "zona caliente". Allí, Estados Unidos encuentra un escenario "propicio", ya que existen selva y fronteras "imprecisas" como suelen decir los documentos de la Guerra de Baja Intensidad, ideales para recrear episodios de "lucha contra el narcoterrorismo".

No es casual entonces que durante la represión de gendarmes a desocupados en junio pasado en Salta, el secretario de Seguridad, Enrique Matov, dejara en el aire la idea de que existía una virtual guerrilla en esa provincia. Los piqueteros (desocupados) de General Mosconi, que cortaban una ruta con sus familias, fueron desalojados a balazos, mientras el pueblo se sumía en la niebla de los gases lacrimógenos. Los gendarmes (policía de fronteras), que actuaban como una fuerza de élite, entraron a las casas derribando puertas, como si se tratara de sofocar un peligroso alzamiento armado. Y hay lugareños que mencionan "gente de afuera" entre los que acompañaban a los gendarmes. Un tiempo antes el gobernador del lugar, el justicialista (oposición peronista) Juan Carlos Romero, había pedido que se trazara un "Plan Colombia" para esa región.

Las maniobras de Cabañas, en las que participarán ocho países latinoamericanos bajo la supervisión de Estados Unidos, incluso "tocarían" la ciudad de Tartagal, la cual junto a General Mosconi, han sido el eje de un protesta social, y donde entre 60 y 70 por ciento de la población está desocupada.

Antes de la escandalosa privatización de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) ambas localidades eran zonas florecientes. Ahora, la frontera de Salta con Bolivia está señalada en rojo en algunos mapas por las llamadas "rutas del narcotráfico". Aunque combatir este delito es tarea de las fuerzas policiales y de seguridad, Estados Unidos ha insistido, dentro de su estrategia de la GBI, en involucrar a los ejércitos latinoamericanos. Así sostiene sus planes intervencionistas, remplazando el "peligro comunista" por el "peligro del narcotráfico".

Sin embargo, el general Jorge Alberto Olivera, comandante de la sexta Brigada Mecanizada de Salta, dijo al diario Clarín que "no hay que buscar fantasmas" y afirmó que la lucha contra el narcotráfico no está en la doctrina del ejército argentino "ni tampoco (la lucha contra) los piqueteros". Ha trascendido además que, en general, los militares locales se han negado a integrar las "fuerzas antinarcotráfico" que pretende formar Washington.

Pero lo cierto es que ya comenzaron las maniobras que hasta mediados de septiembre se escenificarán en las "zonas en conflicto", donde se simularán "incidentes" con la presencia de "civiles armados".

Olivera dijo también a Clarín que puede existir una misión de la ONU que se encomiende no ya a un solo ejército, "sino a un batallón de coalición. Por eso se busca entrenar a contingentes con identidad de idioma o doctrina".

Además de las críticas de legisladores a estas maniobras, que no fueron autorizadas por el Congreso, existe un fuerte rechazo a una presunta presión estadunidense para instalar bases militares aquí a cambio de ayuda económica. El gobernador de Chubut, José Luis Lizurume, adelantó que no le resulta "atractivo" que un plan como éste incluya a su provincia.

La versión sobre la posible instalación de una base estadunidense en la sureña Chubut fue recogida por el periódico Financial Times, que adjudicó como fuente a un informe reservado que circuló en el Pentágono. "La instalación militar formaría parte del proyecto de defensa conocido como escudo antimisiles o guerra de las galaxias, por el que Estados Unidos ofrecería el emplazamiento (de una base) en la Patagonia a cambio de una eventual asistencia financiera para superar la crisis económica que tiene el país", informó un periódico chubutense. "Primero vamos a opinar los que vivimos en Chubut y no los medios nacionales que operan para que se instale, o los intereses económicos que presionan", advirtió el gobernador.