Migración y política
Los migrantes regresan a votar... y ser votados
Los ausentes tienen una influencia política creciente en sus regiones de origen, sobre todo una vez que consolidan sus finanzas del otro lado de la frontera. Los candidatos de entidades expulsoras han hecho campaña en los principales puntos de concentración de mexicanos en Estados Unidos. Hoy aparece un nuevo fenómeno: el de los migrantes que deciden regresar al país para buscar el gobierno de sus lugares de origen. Son, diría el gobierno foxista, los "padrinos". Y vienen por todo
ARTURO Cano * Fotos: ARTURO Fuentes
Jerez, Zac. Al volante en su gran camioneta negra con placas de California, de camino a su siguiente acto de campaña en la sierra zacatecana, Andrés Bermúdez escucha la pregunta y no contiene ni un segundo la respuesta:
-Entonces, Andrés, ¿usted se siente más estadunidense que mexicano?
-Oh, sí.
El
candidato del PRD a la presidencia municipal de Jerez regresó a
México millonario en dólares y con una idea metida bajo su
sombrero negro: "Hacer un gobierno con ideas de Estados Unidos, no con
ideas mexicanas".
¿Alguien se alarma con la propuesta? No en este municipio, no en Zacatecas. Tampoco en el gobierno federal: "No hay ningún riesgo", dice Juan Hernández, coordinador de la oficina presidencial para la atención de migrantes. "En la campaña, cuando alguien le decía al presidente Fox 'esta idea es muy gringa', él contestaba: 'Dime que no funciona porque es ineficiente, dime sus defectos, no me digas que no porque es una idea gringa'".
Con ese panorama, poco importa que Andrés Bermúdez no atine a explicar qué significa exactamente un gobierno con ideas de Estados Unidos. En realidad sólo dice que admira de Estados Unidos "su sistema" para atender asuntos de seguridad, del ambiente y los servicios. Y cuando se le habla de que se trata de realidades muy distintas se empeña: "Sí se pueden traer cosas para acá".
En la práctica, Bermúdez ya es uno de esos "padrinos" que el gobierno foxista quisiera para las regiones más pobres y de alta migración. De esos padrinos que sin necesidad de que el gobierno foxista les tire línea o invitación alguna ya están transfiriendo su "éxito" a sus comunidades de origen. Y como Bermúdez, en su natal Jerez, hay muchos: no en vano es uno de los municipios donde más recursos se han invertido con el Programa 3x1 (los migrantes ponen una parte y los gobiernos las tres restantes, para obras sociales).
El "padrino" Bermúdez se viste todo de negro, con cinto piteado y sombrero, además de cargar un anillote y un gran crucifijo al pecho. Y, claro, usa botas.
En su campaña, Bermúdez ha sido pródigo en regalos y por donde pasa también lo hace la maquinaria que alquiló para arreglar los caminos. Además, ya anunció que no cobrará sueldo alguno y que todos los funcionarios del ayuntamiento donarán 10 % de sus ingresos para un fondo de becas escolares. Y más, creará invernaderos y para el próximo año ya ofreció que Jerez exportará 10 mil toneladas de chile morrón que le compraran sus empresarios amigos de California.
*¿Quién se quiere ir?
Tiempo
de elecciones en Zacatecas. Todos los pueblos, incluyendo Casa Blanca,
en el municipio de Guadalupe, están llenos de propaganda electoral.
Aquí se la pierden la mitad de los nacidos en esta tierra, la mitad
que se ha ido a Tulsa, Oklahoma.
A sus ocho años, Diego ya vivió la experiencia de la migración. Sus padres se lo llevaron a Tulsa, de donde regresó "porque mis abuelitos estaban enfermos", aunque su padre se quedó.
-¿Y cómo pasaste, Diego?
-De mojado -responde el niño, y muestra su dentadura incompleta.
"¡Se mojó la espalda!", grita uno de sus compañeros del segundo grado de primaria, y los restantes festejan con risas. Lo que no es de broma es la respuesta de los alumnos de la escuela Emiliano Zapata:
"Levanten la mano los que se quieren ir a Estados Unidos".
Todos lo hacen.
Lo que sigue es una cascada de razones: "Mi papi está allá", "El mío también", "Todos mis hermanos"... Una de las niñas no recuerda a su padre, porque se fue cuando ella tenía tres años. Lo conoce por las fotos.
Gonzalo Llamas, académico de la Universidad de Zacatecas, migrante él mismo por un año, recuerda que cuando él estudió iban entre 85 y 90 jóvenes a la capital del estado. "Hicimos un censo para conseguir un servicio de transporte, por eso supimos la cifra".
Actualmente, sólo cinco jóvenes de Casa Blanca van a la universidad local.
*De mojado a padrino
Bermúdez disfruta su imagen de hombre bronco y se arrepiente a destiempo de haberse metido a candidato: "La política es muy sucia, porque para ganar, un político tiene que vestirse de mentiroso; además, extraño mis tractores y mis sembradíos".
Allá, en Sacramento, California, Bermúdez dejó un negocio que le da unos 400 mil dólares anuales libres de polvo y paja, y a sus tres hijos estadunidenses. Aunque lo acompaña en sus giras, su esposa, Irma García, añora su vida en Sacramento y lamenta que su marido se haya metido en este berenjenal de la política jerezana. Se duele, sobre todo, de haber dejado a sus hijos: "Una, la mayor, es enfermera y tiene 24 años; Junior tiene 23 y administra el rancho; y una menor, de 13 años", dice la señora García. Todos se quedaron allá, mientras la pareja Bermúdez hacen campaña en Jerez y viven en un hotel.
Aquí, la cabecera municipal de Jerez está repleta de propaganda electoral de todos los partidos. Pero Bermúdez, con mucho, lleva la delantera. Anuncios espectaculares y pasacalles pintan de amarillo la orgullosa tierra de Ramón López Velarde. El lema de campaña de Bermúdez no deja dudas sobre cuál ha sido el eje de su campaña: "Si allá lo logré, aquí, con tu voto, lo confirmaré".
Andrés
Bermúdez, El Rey del Tomate, como gusta que le digan, es
uno de los dos candidatos que se fueron de mojados y regresaron
llenos de billetes verdes para conquistar el poder.
Regreso con gloria, porque Andrés Bermúdez cruzó la frontera, por Tijuana, en 1974, con la ayuda de un compadre que los metió a él y su esposa en la cajuela de un auto. En California trabajó como peón y luego como tractorista. Cuando empezó a masticar el inglés se convirtió en intermediario entre los patrones estadunidenses y sus paisanos jerezanos, y ahí comenzó sus negocios.
"Me fui porque aquí no había nada... y sigue sin haber nada", recuerda, y pasa a contar la historia de su larga relación con políticos que lo visitaban en California. Siempre, dice, le pedían invertir en México, pero no le daban ninguna garantía de que su dinero estaría seguro. Entonces decidió venir a la política y buscar la presidencia municipal de su municipio natal.
Aunque lo presumía como migrante exitoso, el gobernador Ricardo Monreal no estaba interesado en que Bermúdez le entrara directamente a la política local. Tampoco lo querían los líderes del PRD estatal. "Pensábamos que sería un candidato ganador en la interna y un perdedor en la contienda con los otros partidos", dice Luis Medina, presidente del PRD zacatecano.
Con un empujoncito de Pedro Goitia, alcalde de la capital zacatecana, Bermúdez derrotó en la elección interna a dos candidatos letrados y monrealistas. Luego, según Medina, mostró una gran "viveza" al hacer alianza con uno de los duros del perredismo jerezano, Leoncio Miramontes, quien contiende por la diputación local. Esa alianza convirtió a Bermúdez, dicen los perredistas, en un candidato triunfador, que se impondrá sin problemas en los comicios del próximo domingo.
*La rival y los dólares
-¿Cuál es la principal diferencia entre su campaña y la de Bermúdez?
-El dinero -dice sin pensarlo Alma Avila, aspirante del PRI a la alcaldía.
Hija de un ex presidente municipal, Avila se cuida mucho de hacer declaraciones contra la participación político-electoral de los migrantes. Finalmente, entre sus electores no debe haber uno solo que no tenga familia en Estados Unidos y muchos de los que están aquí han vivido en carne propia la experiencia migratoria.
Las razones son de peso o, mejor, de dólar.
Rodolfo García Zamora, uno de los especialistas zacatecanos más reconocidos en el tema migratorio, la pone sencilla: en temporadas altas, en Jerez circulan 200 mil dólares diarios producto del trabajo de los paisanos allende la frontera. Sólo por debajo del movimiento de dinero en la capital del estado.
Una candidatura como la de Andrés Bermúdez, sostiene García Zamora, pone en entredicho el lugar común de que "el que triunfa no regresa". Pero también, como se ha visto a lo largo de la campaña, hace que los dólares de los migrantes jueguen en la política local.
"No me opongo a que los emigrados vengan a participar, lo que no me parece es la forma en que están haciendo campaña", dice Alma Avila.
La candidata priísta se refiere a sus adversarios Andrés Bermúdez y Salvador Espinosa, éste candidato de Convergencia por la Democracia, quienes han sido pródigos con sus potenciales electores. Bermúdez ha organizado charreadas y conciertos con bandas y cantantes populares y entregado regalos a granel. Y Espinosa, para no quedarse atrás, contrató una avioneta y desde el aire lanzó billetes de cien dólares. Espinosa regresó hace unos años a su lugar de origen y lo primero que hizo fue construir un hotel de tres millones de dólares.
"Han despertado falsas ilusiones en la gente -de queja la candidata priísta que, con todo, apuesta por la continuidad- En este municipio el PRI siempre ha sido gobierno. Si se tiene agua potable, escuelas, caminos, puentes, es gracias a los gobiernos priístas y hay un reconocimiento de la población".
*De gira con El Rey
"¿Ready?", grita el candidato al volante. Ora pues, vámonos de gira electoral con Andrés Bermúdez. La caravana de vehículos, la mayoría camionetas con placas estadunidenses, agarra camino a la sierra.
La primera parada es en la población de Guadalupe Victoria. Bermúdez es recibido por varios jinetes y le ofrecen un caballo. Tras el recorrido se apea del caballo, un bonito animal, trabajosamente. Es la segunda vez que monta en su vida. No se arredra. Aquí, presume, se siente entre su gente.
Es día de fiesta, comida incluida, para el pequeño pueblo. Los más entusiastas promotores locales son el matrimonio formado por Cruz Esquivel y Angélica Carrillo. Los hermanos de ambos, todos, viven del otro lado.
Entre los asistentes al mitin hay muchos jóvenes que pronto cruzarán de nuevo la línea fronteriza. Mientras, viven de sus ahorros y escuchan las quejas de los que se quedaron: un poco de maíz, un poco de frijol, "y el durazno a veces". Es todo lo que queda.
Un grupo de señoras y niños lanza la consigna: "Pantalón vaquero, botas y sombrero, voten por Bermúdez que es el mero mero". Y completan: "¡Arriba el Rey del Tomate!"
Bermúdez reparte saludos. Cortés con las mujeres, duro con los hombres y los muchachos.
Un joven orador agradece la visita del candidato del "Partido Revolucionario Institucional Democrático". Luego, hablan los representantes de los campesinos, las mujeres, los maestros. Curiosamente, ninguno de los oradores alude a la migración, que es el eje de la vida en este lugar.
Tal vez ni falta que hace. Está ahí, en las historias de todos los presentes. Por ejemplo, entre los hombres que escuchan al candidato hay varios que lo conocieron en los campos de California. "Muchos de ustedes han trabajado para mí", dice el orgulloso candidato.
Raúl Campos, por ejemplo, trabajó con él a principios de los setenta: "Era peón como nosotros y luego se hizo tractorista".
-¿Y ahora por quién van a votar?
-Lo que sea, menos el PRI ?dice Campos.
El candidato Bermúdez tarda en decidirse a hablar en público. Le cuesta trabajo. Prefiere el diálogo directo, en pequeños grupos: "Soy campesino igual que ustedes, no sé hablar y aquí ando queriendo hacerle al político, por querer ayudar a mi gente", dice cuando al fin se decide a hablar.
"Si fallo, llévense piedras, para que de una vez me den en la torre", encara a sus electores.
Luego, terminado el mitin, se acerca a un grupo que hombres. Una voz le sorraja: "Nomás no nos cumple y vaya escogiendo su ataúd del color que lo quiera".
En la comunidad siguiente le señalan una obra inconclusa, cimientos y paredes a la mitad, y le hablan de un proyecto de una enlatadora de durazno que tronó por falta de apoyos: "Cuenten con eso -promete-, pero primero tenemos que arreglar el camino". Aunque, en realidad, las comunidades aisladas de Jerez no han tenido que esperar que Bermúdez llegue al poder. Desde que arrancó su campaña, a principios de mayo, el candidato alquiló maquinaria que va arreglando los caminos por donde él pasa en campaña. Las promesas cumplidas por adelantado. Y en especie.
"¿En dónde triunfó Andrés Bermúdez: en Centroamérica, en Sudamérica o en Norteamérica?", pregunta el maestro de ceremonias.
"En Norteamérica", responde una mujer. El premio a la respuesta correcta es una camiseta. Una niña se gana un balón amarillo con el logotipo del PRD.
El candidato se despide: "Las despensas les van a durar tres días y la madriza tres años".
*El Cargadero
A la entrada del pequeño poblado El Cargadero, Antonio Pérez limpia de yerbamala sus arbolitos de durazno. Le ayudan una mujer joven y dos niños pequeños que no son sus parientes. Los seis hijos de Antonio viven en Estados Unidos. Sus 14 nietos nacieron allá. A algunos ni los conoce. "¿Qué hacen allá?" A don Antonio la pregunta le suena a necedad: "Pues buscando la tortilla, ¿qué más?"
Aquí en El Cargadero nació Andrés Bermúdez hace 51 años. En ese entonces, la gente de la zona vivía del cultivo del aguacate. Pero una helada, en 1951, acabó con el negocio. Hoy, pese a todo, los habitantes de El Cargadero la pasan mejor que otros de sus vecinos gracias a su experiencia en el cultivo de árboles de durazno.
El Cargadero no es un pueblo pobre. Todas sus calles, menos dos, tienen pavimento y banquetas. Hay riego. Y los viveros de duraznos le dan un tono verde que contrasta con la sequedad de los pueblos vecinos. También hay casas de dos o más plantas, bien hechecitas, aunque muchas de ellas están solas. Cada tanto, un letrero en un servicio público informa: "Donado por el Club Social El Cargadero".
El delegado municipal, Mario García, dice que en El Cargadero quedan actualmente unos 700 habitantes y que en Estados Unidos debe haber unos mil 400 originarios de la población. Con todo, el delegado insiste en que la mayor parte de las obras no se han realizado con aportaciones de migrantes, sino con el trabajo de quienes se quedaron y gracias a la presión ejercida sobre las autoridades municipales, estatales y federales. "El dinero que ellos mandan no es ni el 10%. Nomás pushan un poquito".
La falta de reconocimiento del delegado a las aportaciones de los migrantes está ligada a su rechazo a Andrés Bermúdez: "Para mí no es de aquí. Se fue y viene 40 años después... Es una barbaridad que mate vacas y puercos, que dé cervezas y tenga la desfachatez de aprovechar la necesidad de la gente de aquí".
*Los migrantes y la fiesta
Los Haro es un pueblo muerto pero tiene dos lienzos charros. Cada año, los migrantes regresan a buscar la fiesta.
"Nosotros los motivamos para que inviertan en proyectos productivos, pero la verdad es que muchas veces ellos prefieren el lienzo charro", dice el economista Irineo Saldívar, director de desarrollo económico del municipio de Jerez. Pone el ejemplo de la comunidad de Tetillas, cuyos migrantes decidieron entrarle a dos proyectos: el lienzo charro y la carretera. Aprobados, el club en California comenzó a juntar los fondos: "Para el lienzo ya juntaron todo, y para la carretera van como en 70%".
Las aportaciones de los migrantes para obras sociales, especialmente agua potable, no son una cosa menor: equivalen, según el funcionario, a la totalidad de los recursos que les llegan del ramo 33 de la Secretaría de Desarrollo Social federal.
En Los Haro, además de dos lienzos, hay una empresa maquiladora. Las muchachas del poblado van a trabajar ahí, aunque muchas de ellas lo hacían sólo hasta reunir el dinero necesario para cruzar la frontera. Y casi todas lo consiguen, si nos atenemos a los datos que da el director de la escuela primaria, Alfredo Bonilla Ramírez, quien dice: "El año pasado tenía 25 niños en primer grado y entre enero y junio se fueron 10".
El profesor Bonilla es originario del poblado y lleva más de 10 años trabajando aquí. Recuerda que cuando él cursó la primaria había por lo menos 300 alumnos. "Hoy tenemos nada más 114".
-¿Cuántos de sus primeros alumnos se han ido al otro lado?
-Mary, Oralbita, Chole... pues casi todos, parece que nada más queda Enriquito. El día menos pensado nos vamos todos para allá.
* * *
Hace mucho que los migrantes influyen en la política local, naturalmente más en las entidades con mayor migración. A su salida del PRI, luego de que no lo hicieron candidato a gobernador, Ricardo Monreal hizo campaña en California, igual que su contrincante priísta José Olvera. La Federación de Clubes zacatecanos, con sus 220 clubes, le cerró las puertas. Monreal halló la manera de colarse a través de Manuel de la Cruz, quien había sido líder de la federación y hoy es representante del gobierno zacatecano en California. "Los ha perdonado aunque no olvida", dice Rodolfo García Zamora, experto en el tema migratorio de la Universidad de Zacatecas.
Para García Zamora y otros estudiosos, los migrantes se constituyen en un elemento que promueve la democratización y el desarrollo local: "Se ganaron el derecho de entrar directamente a la política porque llevan 15 años participando en el desarrollo económico", dice.
La participación directa de los migrantes va a cambiar muchas cosas en la política local de las entidades de alta migración, aunque aún no sea claro cuáles serán las consecuencias en la geografía electoral.
*El Día del Jerezano Ausente
A
Andrés Bermúdez le cuesta trabajo elegir. Primero dice que
se queda con el gobernador Monreal por encima de Vicente Fox: "El Presidente
es una figura extraordinaria, pero cometió el error de querer sacar
dinero de donde el PRI ya había sacado todo". ¿Y Monreal?
"Tampoco me gusta. Porque hace un gobierno de calles, pavimento y arreglos,
y olvida el campo".
En un punto de su gira entrega un documento que resume
sus propuestas, el texto que presentó durante el debate con los
otros candidatos celebrado en ¿Jerez? No, en Los Angeles, el 18
de mayo anterior. Es un listado cajonero, con algo de populismo
y unos agregados de lo que Bermúdez entiende como "el sistema americano":
transporte gratuito para estudiantes, construcción de una central
camionera, maquinaria para arreglar los caminos rurales, apoyos a las mujeres,
seguir con el Programa 3x1, agroindustrias, asociación binacional
de empresarios, perforación de pozos, Internet en las comunidades
rurales, creación de agroindustrias y un sistema de reciclaje de
basura. Pero de todas sus propuestas, a Bermúdez le interesa destacar
una. Toma el documento en sus manos y pregunta: "¿Vieron ésta?"
De llegar al gobierno, El Rey del Tomate proclamaría el Día
del Jerezano Ausente y cada año, en una fecha aún por definir,
se haría una ceremonia solemne en un monumento construido ex
profeso a la entrada de la cabecera municipal, al pie de una placa
con la siguiente leyenda: "Este pueblo reconoce plenos derechos a sus hijos
que se encuentran en Estados Unidos".*