LUNES Ť 11 Ť JUNIO Ť 2001

CIUDAD PERDIDA

Miguel Angel Velázquez

Ť Ley sobre giros mercantiles
Ť Las buenas conciencias

En la semana que inicia, el pleno de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal tendrá que discutir la ley que regula la vida de los giros mercantiles en la ciudad de México y esto entraña, como principalísima razón, el futuro de los antros y los salones de baile erótico, como se les llama en el proyecto de ley.

EN SU artículo octavo la ley diría, de ser aprobada, más o menos: que los establecimientos mercantiles que a la fecha de entrada en vigor se encuentran operando alguna de las actividades señaladas en los incisos a) y c) del artículo 25 de esta ley, es decir los referidos a los salones de baile erótico, contarán con un plazo de un año para resolver su situación.

"PARA ESTE efecto el jefe de Gobierno, dentro del ámbito de sus atribuciones, deberá emitir las disposiciones administrativas necesarias para que las delegaciones lleven a cabo este proceso.

"DENTRO DE los 30 días posteriores a la entrada en vigor del presente decreto, las delegaciones deberán entregar los padrones actualizados de los establecimientos mercantiles a que se refiere este artículo de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal".

APARENTEMENTE ESTA parte de la ley no acarrea ningún problema porque da el tiempo suficiente a los dueños de estos sitios para regularizar su actividad, pero en realidad lo que expresa es el desacuerdo entre el gobierno y los legisladores para establecer las reglas de la existencia de esos lugares.

LO QUE dice el artículo octavo es que el jefe de Gobierno, y no la Asamblea, será, a su arbitrio, el que regule esa actividad comercial y le deja, entonces, algunos asuntos de importancia vital, como el horario de cierre a su buena conciencia.

EL PROYECTO de ley, que ya fue aprobado en comisiones, fue motivo de muy largas y difíciles discusiones entre los legisladores. El PAN, por ejemplo, para que no se le siga tachando de mocho hizo una propuesta en la cual se omitían señalamientos de suma importancia.

POR EJEMPLO, para los panistas no había objeción en la ubicación de los antros y estos podían estar los mismo en un barrio residencial que junto a una escuela. En bien de la libre empresa, para los panistas, a quienes encabezaba para este asunto el divertidísimo diputado Francisco Solís, las causales de revocación de licencia no señalaban el lenocinio, el narcotráfico o la pornografía infantil. Eso sí es libre empresa.

PERO ESTOS fueron asuntos que al final de cuentas no permearon la voluntad legislativa por poner orden en los antros; sin embargo, desde el gobierno central hubo voces, incluyendo la de Andrés Manuel López Obrador, que acusaron al legislativo de ser proclive a los dueños de estos giros nocturnos.

DURANTE LOS primeros días de abril, el jefe de Gobierno aseguró que podría vetar la ley y no hace mucho alguno de los miembros de su gabinete lo repitió a tontas y locas y tuvo que ser desmentido por el propio López Obrador, quien ya habría cambiado de parecer.

NO OBSTANTE, para los legisladores había ciertas sospechas. En una reunión en la que estuvo presente Alejandro Encinas, el gobierno y la Asamblea parecía que llegaban a un acuerdo, pero René Bejarano, el secretario particular del jefe de Gobierno, dijo que se quería poner al gobierno al servicio de los antros y se creó la incertidumbre.

HOY DIA en la ciudad de México existen al menos 7 mil antros y table dance irregulares, es decir la vida nocturna en el Distrito Federal es innegable. Suponer que las medidas represivas serán la solución y lanzarse a clausurar en bien del voto y no de la seguridad de los usuarios será tanto como invitar a la creación de lugares clandestinos, como en épocas pasadas, en donde la mojigatería de las autoridades trató de negar un hecho incontrovertible y donde la seguridad de quienes allí asisten era inexistente.

LO MAS probable, entonces, es que la reglamentación de los antros que existen hasta hoy quede, como decíamos, en la buena conciencia de las autoridades del gobierno central y tal vez sea como poner la iglesia en manos de Lutero.

Los premios


Todo parece indicar que el gobierno federal tiene la intención, malsana desde luego, de poner al gremio periodístico en la discusión absurda de cómo y quiénes deberán entregar el próximo o los próximos premios nacionales, cuando hoy más que nunca la atención del periodista deberá estar bien fija en los asuntos que pretenden poner a nuestro país en manos extrajeras.

SERIA PRUDENTE no caer en esta trampa, perfectamente diseñada para crear el dilema entre las robustas vanidades del periodismo y aprovechar la oportunidad para desechar esta premiación para siempre. El Premio Nacional de Periodismo no debe existir.

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