LUNES Ť 11 Ť JUNIO Ť 2001

MEXICO S.A.

Ť Carlos Fernández-Vega

QUÉ TERQUEDAD, PERO la decisión tiene fundamento: por ser el actual un gobierno de y para empresarios, está en puerta un nuevo rescate de consorcios privados con recursos públicos, en una reedición del Fobaproa, pero ahora con un toque dulce, muy dulce.

PROCESO DE ''ESTATIZACION transitoria'' de por medio, y en un plazo no mayor a seis meses, el gobierno del cambio intervendrá y rescatará financieramente a los ingenios azucareros (la mayor parte de ellos reprivatizados en el sexenio de Carlos Salinas y ''rescatados'' por primera ocasión en el zedillato) que estarían por declararse en quiebra. La ''operación quirúrgica'' se practicaría en 11 (con la posibilidad de que el número se eleve a 22 o más) centrales azucareras -de 60 en total-, con el objetivo, de acuerdo con información de la Secretaría de Agricultura, de ''recuperarlos, sanearlos y, en un plazo perentorio, volverlos a licitar'' (léase regresarlos a manos privadas).

PARA SUSTENTAR ESTE NUEVO uso de recursos públicos para fines privados, los funcionarios de la Sagarpa argumentan de manera impecable: ''dado que el gobierno es el principal acreedor de los industriales (azucareros), también es el más indicado para intervenir, recuperar y reprivatizar las factorías que corren el riesgo de quebrar financieramente''. Los diferentes grupos empresariales que poseen los 60 ingenios existentes en el país, reportan pasivos superiores a 25 mil millones de pesos. De ese monto, 76 por ciento (19 mil millones) corresponde a los adeudos que mantienen con Financiera Nacional Azucarera, y el 24 por ciento restante es débito con la Comisión Nacional del Agua y el Instituto Mexicano del Seguro Social.

zafra51PERO TODO PARECE INDICAR que con los empresarios azucareros es el cuento de nunca acabar. Durante 15 años (1967-1982), el gobierno federal adquirió un número creciente de ingenios privados en quiebra, incrementando, de manera sostenida, su participación en la producción de azúcar: en 1967 llegó a representar el 14 por ciento del total nacional; en 1974, el 33.7 por ciento y en 1982, el 72 por ciento. Paralelamente, en el periodo la demanda interna se incrementó en casi 120 por ciento: de un millón y medio de toneladas en 1967, a 3.25 millones en 1982. Para 1988, en plena efervescencia privatizadora, el Estado poseía 48 centrales azucareras y controlaba otras seis, con problemas de rentabilidad y obsolescencia.

SIN EMBARGO, LOS EMPRESARIOS del ramo tienen su visión de las cosas y consideran que ''pasada la lucha armada de la Revolución, se reconocen cuatro periodos en el sector: recuperación y estabilización (1922-1950), crecimiento acelerado (1950-1967), estancamiento y crisis (1967-1982) y reordenamiento y auto suficiencia (a partir de 1982). En el primero de ellos se crearon Azúcar S. A. (1931) y UNPASA (1938), registrándose una tasa de incremento anual promedio de 4.7 por ciento; en el segundo, 8.2 por ciento, aunque en ese lapso se crearon las condiciones para que el proceso de auge finalizara en forma brusca; en el tercero se reportó una fuerte caída en la tasa anual promedio de crecimiento (a 1.2 por ciento) y reflejó un profundo estancamiento, con la consecuente crisis; por último, el cuarto, cuando la industria reprivatizada redujo sus enormes costos fijos y a partir de 1995 reinició sus exportaciones''.

ESTA NARRACION DE CUENTO de hadas (neoliberales) con final feliz, choca con la realidad del nuevo rescate financiero -con recursos públicos-, que se anuncia tres años después del ''salvamento'' inmediato anterior y con las declaraciones del entonces presidente de la Cámara Nacional de la Industria Azucarera y Alcoholera (CNIAA), Alberto Santos de Hoyos: en abril de 1998 la Secretaría de Hacienda daba el generoso a la reestructuración del débito de los ingenios azucareros reprivatizados con Financiera Nacional Azucarera (2 mil millones de dólares), mientras el dirigente de los empresarios del ramo afirmaba que ''el sector ha vivido en crisis durante los últimos años a raíz de la privatización de los ingenios, sobre todo porque no tenemos un programa nacional como otros sectores y se puso en peligro la subsistencia de 20 o más ingenios''.

HACE UNOS CUANTOS DIAS, el actual presidente de la CNIAA, Carlos Seaone Castro, dijo que los apoyos crediticios al sector empresarial que representa, obtenidos por intervención gubernamental, no tienen nada que ver con ''subsidios o rescates; simplemente son préstamos que tienen como prenda la producción de azúcar para pagar los adeudos con los productores cañeros, pero que en tiempo y forma deberán liquidarse''.

PERO EN LOS HECHOS, el gobierno ha hecho del rescate azucarero un clon del ''salvamento'' bancario: un barril sin fondo. Ha cometido (y por lo que se observa, seguirá haciéndolo) los mismos errores y excesos, con idénticos resultados (tan idénticos que algunos de los empresarios del azúcar aparecen cómodamente inscritos en las listas del Fobaproa, con créditos relacionados). En una primera etapa reestructuró un adeudo de 2 mil millones de dólares, para que tres años después los ingenios sigan quebrados y descapitalizados. Ahora, estructura un programa de financiamiento por aproximadamente 400 millones de dólares que, lo más probable, tenga que renegociar poco tiempo después.

EL ERARIO PUBLICO RECIBIO alrededor de 12 mil 500 millones de dólares por la venta de las 18 instituciones bancarias resultantes de la expropiación de 1982 y su ''rescate'' le ha costado al país aproximadamente 100 mil millones de dólares. En el caso de los ingenios azucareros reprivatizados, los recursos públicos en juego se acercan ya a los 2 mil 400 millones de dólares, cuando el Estado mexicano recibió por esas ''desincorporaciones'' poco menos de 400 millones de dólares. En el caso de la banca, por cada dólar que el gobierno recibió ha tenido que gastar 8.3; por lo que toca a las centrales azucareras, la relación ha sido de uno a seis.

PERO, FINALMENTE, ESTOS grandes negocios no son etéreos, sino que tienen nombre y apellido. Así, pues, ¿quiénes han sido los empresarios y grupos azucareros beneficiados por el eterno círculo estatización-reprivatización-rescate? Lo platicamos mañana.

Las rebanadas del pastel:



CON MOTIVO DEL DIA INTERNACIONAL del Changarro, mañana el presidente Fox develará, fideicomiso y 200 millones de pesos de por medio, el misterio que encierra su tan esperado programa de apoyo a la microempresa. Tardó casi seis meses en llevar a la práctica su promesa de campaña, pero no hay que olvidar que crear la infraestructura que requiere el evento tiene su chiste. Pero de que hay un generoso volumen de dinero para los ''changarreros'', lo hay, aunque se recomienda rapidez, ante el riesgo de que otra empresa privada quiebre y sea necesario ''inyectarle'' recursos públicos... De la nostalgia primer mundista: ''la desincorporación bancaria es uno de los ejemplos que muestra con más claridad que el proceso de privatización en México, lejos de ser un mecanismo que propició la concentración del capital, dio lugar a que se diversificara la tenencia accionaria de las empresas y a que éstas quedaran depositadas en manos de ciudadanos mexicanos'' (cartomántico Jacques Rogozinski, jefe de la Unidad de Desincorporación de la Secretaría de Hacienda, 1993).

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