MIERCOLES Ť 6 Ť JUNIO Ť 2001

Ť La música de Prokofiev es el punto de partida para el montaje del coreógrafo Maillot

El Romeo y Julieta de Les Ballets de Monte-Carlo, una relectura fílmica

Ť El reto consiste en que el espectador capte la intensidad de la relación amorosa, señala

Ť Del 23 al 26, breve temporada de la trouppe europea en el Teatro de Bellas Artes

CESAR GÜEMES

Más allá de su trayectoria que incluye haber obtenido a los 17 años el codiciado Prix de Lausanne, de haber sido el primer bailarín del Ballet de Hamburgo a lo largo de un lustro o de recibir la orden, en 1993, como Caballero de las Artes y las Letras, lo que Jean-Christophe Maillot representa es a un intelectual de la danza, un ensayista, un teórico que se permite serlo luego de pasarse más de media vida en escena.

A propósito del montaje Romeo y Julieta, que con su compañía Les Ballets de Monte-Carlo ofrecerá en Bellas Artes del 23 al 26 de este mes, Maillot dice vía telefónica desde Francia: ''La razón principal para crear esta pieza fue darle una nueva lectura a la historia de amor que conocemos. Esa es la motivación".

Trascender la mera anécdota

-ƑQué implica esta relectura?, Ƒmeramente una forma de interpretar la obra o a cambios concretos sobre la historia original?

-Concretamente equivale a alejarme de las lecturas anteriores de Romeo y Julieta, sobre todo porque el concepto de amor carnal no está presente en ellas sino que se soslaya. Quise, por otra parte, alejarme de las convenciones que usualmente se manejan al representar esta obra, como el uso de espadas o la representación del veneno. Tuve la voluntad, además, y creo que esto es de particular relevancia en cuanto al tratamiento, de que esta visión que ofrezco de la obra es muy cinematográfica debido abalmonte4-jpg que la música de Prokofiev, una especie de banda sonora, muy ilustrativa, tanto que casi se bastaría a sí misma.

-Diga cuáles son las particularidades escénicas que colaboran en esta relectura suya.

-Concibo la obra como una especie de flashback en el cual uno de los personajes que originalmente era secundario, adquiere mayor fuerza porque es él quien la narra y de ese modo la vuelve a vivir. Y es por eso que de repente el espectador verá una serie de imágenes congeladas o que la acción se acelera o se alenta de manera física, tal como sucede en el cine. Lo que más me interesó, entonces, fue no quedarme con la anécdota de la obra, sino a través de recursos escénicos acercarme a las interesantes relaciones que se dan entre los personajes. Decidí, por ejemplo, no concentrarme en la fuerza del padre de Julieta, sino que la atención recayera en la figura materna que para el caso cumple con la doble función de padre y madre.

''Otro de los personajes que me atrajo fue la nana que está al lado de Julieta. De tal suerte que hay un corte paralelo entre esta última, su madre y la nana. Físicamente los tres personajes tienen la misma edad y lo que define el papel y la edad que representan es su modo de bailar.''

Empatía con los espectadores

-Por estas afirmaciones podríamos decir que se ocupa más de la trama que de la forma.

-Es porque quise hacer un cambio de concepto. Por ejemplo, en una de las escenas importantes de la obra, cuando los dos personajes centrales se declaran su amor en el balcón, lo que busco no es que el espectador se quede en la memoria con la ejecución dancística sino con la intensidad de la relación entre Romeo y Julieta. Por cierto, alguna vez una persona que vio la obra me dijo que seguramente no le gustaría bailar como lo hacen los personajes, sino vivir como ellos. Para mí ese fue un gran cumplido y veo que es posible conseguir el efecto buscado.

-Usted conoce ya al público mexicano, Ƒespera una reacción similar a la que ha encontrado en otros países?

-Tengo una enorme curiosidad por conocer la respuesta del público mexicano. Por lo general ofrecemos en nuestras salidas primero Romeo y Julieta, y en un segundo viaje, La Cenicienta. En México cambiamos el orden y por eso me interesa lo que va a decir el espectador ante una propuesta que no tiene gran relación con la anterior. Luego, Romeo y Julieta es un trabajo al cual le tengo un especial cariño y me parece que provoca una rápida empatía con los espectadores.

La coreografía es lo de menos

-ƑQué papel le deja a la técnica, que en principio distingue el trabajo de Les Ballets de Monte-Carlo?

-Voy a decir algo que puede oírse extraño, pero es verdad: la coreografía es lo de menos, hagamos de cuenta que casi no existe. La obra no apela a la razón sino a la calidad humana de quien la contempla, a sus sentimientos más básicos. Y me remito a un dato: hemos representado al menos 120 ocasiones este montaje. Es sabido que el público aplaude luego de una demostración técnica que le impacta o le gusta. Pues bien, en este caso me he topado con una enorme sorpresa: las personas aplauden sólo al final de los actos. Eso quiere decir que no traté de impresionar con la técnica, sino que me involucré con la responsabilidad de narrar una historia.

-ƑBusca dejar un aporte artístico en el público o conmoverlo?

-Respondo con un hecho: al final del espectáculo muchas personas del público lloran, y eso se lo atribuyo no necesariamente al trabajo de mi compañía, sino a la historia y a la música de Prokofiev, que es magnífica.