LUNES Ť 4 Ť JUNIO Ť 2001

Ť En menos de tres meses de averiguación, se juzgó al militar con 30 años de servicio

La consignación del general Martínez Perea por narcotráfico se basó en una delación anónima

Ť Las relaciones sentimentales con unas gemelas, prueba para involucrar a dos oficiales

JESUS ARANDA

La investigación que culminó con la detención y consignación, en abril pasado, del general Ricardo Martínez Perea -entonces comandante del 21 regimiento de caballería con sede en Nuevo Laredo, Tamaulipas- y de dos oficiales más por presuntos vínculos con el narcotráfico y favorecer a Gilberto García Mena, El June, se basó en un anónimo recibido vía fax por la Secretaría de la Defensa Nacional, el pasado 14 de enero del presente.

Con faltas de ortografía, el escrito de 34 líneas -que consta en el expediente de la causa y cuya copia tiene La Jornada- hacía referencia únicamente al "teniente Javier Antonio Quevedo Guerrero y a Pedro Mayo -aunque su apellido correcto es Maya-", a quienes se les acusaba de tener tratos con un tal "Jony García -se presume que en realidad se refería a El June-", quien "es muy conocido en el pueblo (Miguel Alemán, Tamaulipas), ya que durante años se ha dedicado al negocio del narcotráfico".

Aun cuando en la averiguación previa no se establecieron vínculos directos entre Martínez Perea y los dos oficiales -sólo Quevedo pertenecía al 21 regimiento de caballería, mientras que Maya era miembro del regimiento 24-, la justicia militar consignó a aquel con el argumento de que "no es excluyente de su responsabilidad, ya que por ser general y miembro de alta jerarquía debe ser severamente castigado por atentar contra la buena imagen del Ejército".

Los nexos que encontró la procuraduría militar entre los dos oficiales y el narcotráfico, para fundamentar su consignación penal, señalan que ambos tuvieron relaciones sentimentales con "las cuatas" Adriana y Aydé García García, a quienes se les vinculó con Osiel Cárdenas Jiménez, jefe del cártel del Golfo.

En este caso, la culpa del general Martínez Perea -quien está preso en el Campo Militar Número Uno desde el pasado 3 de abril? fue que no realizó ninguna acción contra Cárdenas Jiménez.

De acuerdo con la versión de la procuraduría castrense, se ubicó que tanto el teniente Quevedo como el capitán Maya viajaban con frecuencia al poblado de Miguel Alemán -ubicado en la zona del poblado de Guardados de Abajo, en donde fue detenido El June a mediados de abril pasado-, y que su labor consistía en desviar la atención de cuerpos de seguridad para permitir el paso de la droga por esa zona.

Y el nexo de los oficiales -aun cuando Maya era de otro regimiento- con el general Martínez consistía, según la procuraduría militar, en dejarlos que actuaran impunemente en el área referida y permitir así el tráfico de drogas.

La procuraduría castrense afirma que el general no avisó ni denunció a los subalternos, a quienes se les descubrió que con sofistacados medios avisaban a los narcotraficantes para que pasaran mariguana y cocaína sin ser interceptada, "lo que puso en peligro la seguridad pública".

Sin embargo, según trascendió en fuentes castrenses, en el expediente judicial obra también la versión de Martínez Perea, quien ha rechazado los cargos que se le imputan.

También consta en autos una amenaza que recibió Martínez Perea, de parte del general retirado Hermilo Garza Chapa, quien le dijo que estaba saliendo mucho en la televisión, por los decomisos de droga, y le recomendaba que se cuidaran él y su familia.

En descargo, Martínez Perea ha señalado que nunca tuvo conocimiento de que el teniente Quevedo actuara de forma ilegal, o que se trasladara frecuentemente al poblado de Miguel Alemán.

Asimismo, ha declarado ante el Ministerio Público militar que los movimientos de los puestos de mando, patrullajes de reconocimiento y puestos de vigilancia, son facultad exclusiva del comandante de la zona. Es decir, se trata del general Jorge Pérez Toledo, quien ya fue destituido de su cargo como comandante de la 8a. Zona Militar, con sede en Reynosa, Tamaulipas, como consecuencia de las investigaciones que realiza la procuraduría castrense por la presunta vinculación de soldados con el cártel del Golfo.

Sin embargo, hasta la fecha, la procuraduría militar no ha informado sobre alguna acción penal en contra del general Pérez Toledo.

Además, según documentos oficiales de la Secretaría de la Defensa Nacional, el 21 regimiento de caballería, con sede en Nuevo Laredo, se había convertido en los últimos tres años en uno de los que más droga confiscaban a nivel nacional.

En 1999, los soldados al mando de Martínez Perea decomisaron 32 toneladas de droga; un año después, la suma ascendió a 30 toneladas de mariguana; y, hasta el 3 de abril -fecha en que fue "retenido" y enviado a la prisión del campo militar número uno-, había interceptado nueve toneladas de mariguana.

De acuerdo con declaraciones del general ante la procuraduría castrense, su patrimonio, al momento de ser detenido, consta de 100 mil pesos en el banco, una camioneta Durango 1998, un Jetta 1991 y una casa en San Luis Potosí, producto de un crédito del ISSFAM.

También ha negado conocer a Osiel Cárdenas Jiménez y a García Mena.

El anónimo contra el general

El escrito está dirigido a la Secretaría de la Defensa Nacional y foliado en el expediente en contra de Martínez Perea, con el número 003.

Como única identificación está, en el registro del fax, la fecha 14 de enero de 2001 y "Papelería Ges".

Con errores ortográficos y en letras mayúsculas, el comunicado dice:

"Envío esta información por este medio por seguridad, ya que la información que voy a dar es muy delicada, pero es verdadera, ya que las personas que menciono en ésta carga (sic) existen en la ciudad de Miguel Alemán, Tamaulipas.

"Un teniente de nombre Javier Antonio Quevedo Guerrero y otro soldado de nombre Pedro Mayo (Maya), tienen tratos con un hombre llamado Jony García, es muy conocido en el pueblo ya que durante años se ha dedicado al negocio del narcotráfico, siempre ha comprado a diferentes autoridades, pero con el Ejército no tenía oportunidad, (h)asta ahora que tiene tratos con el teniente, recientemente metió cinco toneladas de cocaína. También trae de Michoacán, (G) Iuadalajara, mariguana por grandes cantidades, tiene varias órdenes de aprehensión en diferentes estados y un proceso que ha estado arreglando con la Secretaría de Gobernación..., ya que ha estado detenido en varias ocasiones, pero (h) a logrado salir.

"Para él es muy fácil estar enterado de todo lo que sucede en el pueblo, porque tiene mucha (g) jente trabajando con él y tiene muchos negocios en el pueblo..., nos interesa que este hombre no se sienta protegido con (por) autoridades superiores. Ya que para el pueblo es mejor que existan retenes militares y también vigilancia..., sabemos que el teniente le ha proporcionado información confidencial a las familias de los jefes militares que están en Reynosa -aunque Martínez Perea estaba en Nuevo Laredo-, porque él piensa usar eso como punto de presión asia (hacia) los jefes... Le enviaré un video que tenemos en nuestro poder donde el teniente está con el sr. Jony García alías El General, para que la prensa lo publique y tal vez así ya no aya (haya) tanta corrupción en estos ámbitos..."

Según fuentes consultadas, la información fue suficiente para que en menos de tres meses se contara con los elementos suficientes para consignar a un general con más de 30 años de servicio, a un teniente bajo su cargo en el 21 regimiento de caballería, y al capitán que pertenecía a otro regimiento (el 24), aunque se desconoce si alguno de sus superiores esté también bajo sospecha. Curiosamente, en el medio castrense es público el reconocimiento que hizo el actual secretario de la Defensa, general Ricardo Clemente Vega García, a la labor del general Martínez Perea antes de ser detenido, el 3 de abril pasado.