Jornada Semanal,  20 de mayo del 2001 
De la higiene cordial

Guillermo Landa

La pendule qui bat dans la maison
/est comme un cœur
Pierre Reverdy

Pongamos nuestros relojes a tiempo
biológico
para que el tic
de la péndola
se acompase con el tac
del corazón
lejos del balanzario
con su hora menguada
en los mercados,
pues genuina existencia
no pende
ni del bandeo bursátil
ni del resbalamiento monetario;
la vida auténtica
no medra suspendida
del pandeo económico,
menos se cuelga
de opinión oscilante.
El hombre verdadero
no ignora tales oblicuos negocios,
pero vive su dicha
en la cavilación
(pulsada del cerebro),
en la memoria y el olvido
(palpitación de arterias bifurcadas),
padece su ventura
en el duermevela
y en el pálpito aun:
perplejidades todas
sometidas al ritmo
de latidos vitales.