MARTES Ť 24 ŤABRIL Ť 2001

Ť Explica en extensa misiva su decisión al jefe de Gobierno del Distrito Federal

Aura deja la dirección del Instituto de Cultura de la Ciudad de México

Ť En 2000 se gastaron 20 pesos por persona y este año sólo son 3.77 pesos, asevera

Ť El poeta reprocha a López Obrador su ''desinterés'' por la política cultural

RENATO RAVELO

El poeta Alejandro Aura presentó su renuncia a la Dirección General del Instituto de Cultura de la Ciudad de México (ICCM), a causa de la reducción presupuestal, que hizo que de 20 pesos destinados en el 2000, por habitante al año, se pasará para el ejercicio del 2001 a tres pesos con 77 centavos.

Atraso y carencias

En una extensa carta dirigida al jefe del Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, fechada el 16 de abril, Aura explica:

aura-alejandro-2''De 330 millones que se gastaron en 2000 se recortó a 184, aproximadamente el 45 por ciento, aunque, en términos de recursos para la operación de programas, sólo quedó el 17 por ciento de lo ejercido el año anterior.''

Esta circunstancia, señala Aura, se debió a ''que el gasto en salarios y mantenimiento del aparato burocrático representa, aproximadamente, 150 millones de pesos; mal negocio: ciento cincuenta para burocracia y treinta y cuatro para programas de la ciudad: tres pesos 77 centavos, en un ejercicio aproximativo, por habitante, para todo el año, cuando en el 2000 gastamos 20 pesos por persona, lo que ni en broma es suficiente ante el atraso y las carencias, pero la desproporción vuelve ridícula la actual atención cultural''.

Cabe señalar, de acuerdo con lo que han explicado los responsables del presupuesto, que la disminución se debió a una asignación diferente, según la cual parte de los recursos que debían canalizarse al Instituto se destinaron de manera directa a las delegaciones políticas.

Lo cierto es que el ICCM cuenta con menos dinero y Alejandro Aura, en un oficio, fechado el día de ayer, dirigido a Raquel Sosa, secretaria de Desarrollo Social, le comunica que ''a partir del 30 de abril del año en curso quedarán totalmente terminados los efectos del nombramiento que como director general del Instituto de Cultura de la Ciudad de México, me otorgara el C. Jefe de Gobierno del Distrito Federal''.

Aura se desempeñó durante poco menos de tres años al frente del Instituto de Cultura de la Ciudad de México y de acuerdo con su documento influyó asimismo, de manera determinante, que no hubiera planes de crear la secretaría de cultura, aunque fundamentalmente, como señala en entrevista telefónica: ''No quiero seguir cobrando sin hacer nada, y con el presupuesto que tengo no puedo hacer nada''.

Abastecedor de tarimas...

En la misiva que dirigió a López Obrador argumenta:

''El ICCM se ha visto, una y otra vez, durante los últimos cuatro meses, reducido al triste papel de la antigua Socicultur: abastecedor de tarimas, micrófonos y conjuntos musicales para amenizar actos de gobierno.''

La carta es una argumentación en la que Aura por momentos reconoce que, en pláticas sostenidas con López Obrador le manifestó a éste: ''Comentaste que aunque las recaudaciones eran mayores a lo esperado, las prioridades de tu gobierno eran, en ese momento (hace un mes), acciones en el terreno de las obras públicas y de la atención a problemas sociales y que cuando estuvieran cubiertas esas necesidades atenderías los asuntos de cultura que, por supuesto, también son prioritarios, dijiste''.

El Instituto de Cultura de la Ciudad de México se creó en 1998. Su primer director por unos meses de transición fue Marco Buenrostro, y durante la administración de Aura una de las principales características de su gestión fueron los conciertos masivos en el Zócalo, los libroclubes. En el contexto de la auditoría que actualmente se practica al ICCM, se espera que la renuncia genere reacciones.

En el documento de Alejandro Aura dirigido al jefe de Gobierno del DF, se señala:

''Esta es la página que no mereció ningún comentario de tu parte sino que, más bien, antecedió a la negativa de ampliación presupuestal.''

Y señala tres puntos a tratar con el jefe de Gobierno:

''Presencia central de la cultura en la política del gobierno. Jerarquía para aportar puntos de vista sobre los aspectos culturales de las políticas generales...

''Proyección nacional de la política cultural del DF. Capacidad de negociación con (el) CNCA para discutir políticas culturales. Aplicación de recursos. Puesta en práctica de programas que definan los conceptos de cultura en la capital del país.''

Finalmente: ''Creación de la Secretaría de Cultura. Definición de apreciación de la cultura como asunto central de las políticas de gobierno. Incorporación de la cultura a las preocupaciones centrales de la transformación de la sociedad: honestidad, pertenencia, participación. Civilización vs barbarie. Labor de la cultura en la definición de país y nación''.

''Esfuerzos filantrópicos''

Aura aclara en su documento: ''Claro está que estos puntos, anotados esquemáticamente, eran una guía para desarrollar en forma verbal, a partir del interés que como Jefe de Gobierno mostraras por ellos. La página no mereció ni un comentario. Se refieren a muy serias consideraciones en torno al papel que ocupa el desarrollo cultural en las políticas de gobierno y al estado actual del ICCM, no sólo en lo presupuestal sino en la apreciación que el propio Jefe de Gobierno y los demás elementos del equipo gobernante tienen de la cultura. Lo menos que se puede decir es que ha habido un desinterés por el tema, que al no mostrarlo el Jefe de Gobierno, no se refleja en el resto de su equipo; la política cultural, que había estado presente en el centro de las preocupaciones de gobierno de Cuauhtémoc Cárdenas y más enfáticamente en el de Rosario Robles, en el gobierno actual no ha merecido ni recursos ni atención''.

Sobre el asunto de la aplicación del gasto del ICCM a las delegaciones, Aura señala:

''Ninguna delegación reconoce tener un presupuesto suficiente para atender bienes y servicios culturales de sus gobernados, aunque en algunas se hacen esfuerzos, más bien filantrópicos, para subsanarlos. Pero la Asamblea Legislativa aprobó un presupuesto en los programas 31 y 32 de 979 millones, ciento ocho pesos aproximadamente por habitante del DF, lo que se acerca a la proporción recomendada por la UNESCO de 1.5 por ciento del gasto total. O sea que de 108 pesos destinados a la cultura por habitante, sólo se aplican este año 3.77; lo demás es burocracia, o algo así.''