LUNES Ť 16 Ť ABRIL Ť 2001
TEATRO
Carta al artista adolescente
Ť Raul Díaz
EN 1994, UNOS jovenes y talentosos teatristas agrupados en el proyecto que denominaron "Teatro Arena", crearon y escenificaron una obra que causó verdadero regocijo entre la gente de teatro y gustó mucho al público en general, se trataba de Carta al artista adolescente, basada en la novela Portrait of the artist as a Young Man del célebre James Joyce. No sé si este año los "críticos premiadores" le hayan concedido premios a dicha obra y/o su puesta en escena pero, si no lo hicieron, cometieron una más de sus acostumbradas estupideces.
PUES BIEN, SIETE años después o sea hoy, Carta al artista adolescente está representándose nuevamente y, como dijera otro poeta a otra circunstancia refiriéndose, "es el caso de hablar de su regreso".
Y BIEN VALE vale la pena hacerlo, porque este es uno de esos montajes de los que sale uno en verdad satisfecho y, usted sabe, los que vivimos en este mundillo y vemos teatro a destajo pocas veces tenemos oportunidad de proclamar eso en verdad satisfecho.
AQUI SI, Y varios son los motivos para ello, el primero es la adaptación realizada por Luis Mano Moncada y Martín Acosta, este último responsable también de la dirección. Como se sabe, no siempre son afortunados los traslados de un género literario a otro, de novela a literatura dramática, concretamente y, como es este caso, sin embargo, por demás acertada resulta aquí esa traslación ya que el resultado es absolutamente teatral.
NO ES MENOR este mérito porque, la verdad, temáticamente la obra no es la gran cosa, es lineal y hasta predecible ya que no trata más que la narración de la corta vida de un joven irlandés de familia acomodada, posiblemente judío que a través de seis partes -que bien podríamos llamar capítulos-, nos cuenta cómo fue llevado a su primer día de clases y cómo a partir de allí se desenvolvió su vida colegial hasta llegar a la edad en que se encuentra y que apenas si será de unos veintitantos.
Y EN ESTO reside precisamente el acierto de la adaptación, ya que la historia no es otra sino la de millones y millones de niños de todas partes del mundo, o sea, nada digno de contar en forma especial y, sin embargo, qué espectáculo poético es el que estos jóvenes teatristas nos ofrecen.
CON PRACTICAMENTE NADA, en un espacio desnudo y acotado para reducirlo al mínimo indispensable, y con únicamente tres actores que la mayor parte del tiempo visten solamente ropa interior blanca, Martín Acosta consigue crear todo un espectáculo basado únicamente en tres factores. Su talento dirección, la habilidad de sus actores y el diseño de iluminación de Matías Gorlero.
ASI, CON UNA parquedad de recursos intencionalmente buscada, el director va a través de sus actores, narrando la historia ordinaria del niño Stephen Dedalus, historia que, paulatinamente, se va transformando en un canto a la vida igualmente ordinaria pero que, sin duda, es igualmente valiosa y puede ser tan hermosa como la de cualquier otro ser humano.
NO SE TRATA pues de la vida de un héroe sino todo lo contrario, de una vida como la de cualquiera, cuya heroicidad consiste en, precisamente transcurrir en la vida ordinaria.
CARTA AL ARTISTA adolescente es asistencia obligada para todo amante del buen teatro. Se presenta los lunes a las 20:30 horas en el teatro del Centro Cultural Helénico.