DOMINGO 15 DE ABRIL DE 2001

Un reportaje vacacional
 
El modelo Xcaret  viaja a Chiapas
 
El negocio es conservar, presumen los líderes del turismo "sustentable" que después  de desarrollar tres parques en Quintana Roo están iniciando un nuevo proyecto en el Cañón del Sumidero, en Chiapas. La "conservación", sin embargo, ha sido puesta en duda por ambientalistas. Los otros beneficios que se presumen, como la derrama económica a las poblaciones locales, son cuestionables. Y claro, está el último detalle: por sus precios, los parques "ecoturísticos" resultan inaccesibles para la mayoría de los mexicanos

 
Naomi ADELSON
 
"Para conservar el negocio, el negocio consiste en conservar", dice Marcos Constandse Redko, uno de los cuatro socios del Grupo Xcaret y presidente de la Asociación de Propietarios e Inversionistas de la Riviera Maya. Sin embargo, ¿la conservación es para las generaciones futuras, o para la sobrevivencia del mismo negocio?

mas-xcaret.jpgConstandse dirige el grupo junto con Carlos y Oscar Constandse Madrazo, primos hermanos de Roberto Madrazo, y Miguel Quintana Pali, cuñado de José Angel Gurría, ex secretario de Hacienda y Crédito Público. El Grupo Xcaret es dueño de tres "ecoparques" en la Riviera Maya: Xcaret, Xel-Ha y El Garrafón.

El grupo se presenta como líder en el sector de turismo sustentable. Al Parque Xcaret lo llaman "el paraíso sagrado de la naturaleza"; en Xel-Ha invita a "explorar una maravilla natural"; y en El Garrafón "hace alarde una vez más de su indiscutible experiencia en desarrollo sustentable".

"El Parque Xcaret promueve la conservación de los recursos que tenemos para que las generaciones futuras los tengan. También, cuidamos las cuestiones culturales a través de la difusión de costumbres y la aportación de la cultura maya al mundo", dice Ileana Rodríguez, directora de relaciones públicas del Grupo Xcaret.

A 75 kilómetros al sur de Cancún, el parque se encuentra en lo que era "uno de los más importantes centros ceremoniales mayas", Polé. Los mayas antiguos venían de toda la península de Yucatán para visitar el sitio y purificarse en el cenote antes de embarcar para Cozumel para rendir tributo a Ixchel, diosa de la fertilidad, del parto, y esposa de Izamná, dios creador. También, Polé era un importante puerto para la navegación.

Hoy, Xcaret ?pequeña caleta, en maya? es otra cosa. El Grupo Xcaret arrancó la construcción del parque en 1985 en una propiedad privada de 80 hectáreas, y se abrió en 1990. Al entrar al parque, uno pasa por debajo de un modelo exacto del arco de Labná. Luego, se encuentra en un gran edificio con tiendas, baños y un museo con maquetas de sitios arqueológicos.

De allí, uno tiene la opción de nadar o practicar snorquel en el río subterráneo (el río maya), la laguna o la playa. También, se pueden visitar el mariposario, el aviario, un campamento chiclero, el jardín botánico, el acuario del arrecife, y ver mamíferos en peligro de extinción tales como jaguares y manatíes.

En la noche, hay un espectáculo ambicioso con un juego de pelota, voladores de Papantla, una charreada, un paseo por un pueblo maya, y ceremonias donde se alumbra el sitio arqueológico de Polé con velas.

Todo lo de arriba va incluido en la entrada al parque: 467 pesos por adulto y 213 por niño menor de 11 años (los quintanarooenses entran por 90 pesos, aunque no hay ningún letrero que así lo indique). Montar a caballo, ir en un tour de snorquel o buceo, rentar equipo y comer tienen un costo adicional. Y nadar con los delfines cuesta 800 pesos por hora.

En una zona donde el salario mínimo llega a 37 pesos al día, la población local simplemente no puede gozar del parque. El sitio también se ve muy distinto en nuestros tiempos. Todo el borde de la caleta fue "arreglado" para los turistas. En el río subterráneo, sacaron todas las piedras grandes del fondo. "Antes el cenote tenía agua tan transparente que jurabas que no había agua, y tenía una salida al mar y una bóveda. Dinamitaron la bóveda e hicieron canales para hacer el río subterráneo", dice Araceli Domínguez, presidenta del Grupo Ecologista del Mayab (Gema).

Además, "cuando construyeron la primera sección, quitaron toda la vegetación y trajeron palma kuka, en peligro de extinción", agrega.

Según la misma propaganda del parque, el río maya "fue trazado por la Madre Naturaleza y diseñado por el ser humano", es decir, dinamitado para que ya no tuviera bóvedas, "para los que tienen claustrofobia", aclara Salvador Mercado, de relaciones públicas del grupo.

En la playa, instalaron cinco piscinas de agua de mar y reconstruyeron la orilla. Además, construyeron más de 10 edificios, incluyendo cinco restaurantes.

La compañía argumenta que las construcciones no son excesivas dado que sólo se construyeron en 30 por ciento del terreno. Sin embargo, la exten  sión de la construcción es significativa cuando se toma en cuenta que actualmente la ley estipula que los desarrollos de la zona sólo pueden ocupar hasta 10 por ciento de un predio.

Terminal autobuses"La gente cree que llega a un lugar natural pero todo lo que hay hoy es artificial", remata Domínguez. Y para colmo, "Xcaret nunca pidió permiso de las autoridades para construir nada hasta 1995, cuando (Julia) Carabias (ex titular de la Semar  nap) mandó hacer una inspección, a insistencia de ambientalistas y académicos. Los multaron con 280 mil pesos", agrega.

El parque "es una combinación que equilibra el turismo con la protección del medio ambiente", dice Rodríguez, señalando sus programas de conservación tales como el mariposario, el aviario y el zoológico de animales en peligro de extinción.

"Detrás de estos, hay proyectos de investigación y apoyo a reservas en otras partes del país", dice Rodríguez. El Parque Xcaret empezó a hacer investigaciones y proporcionar fondos a la Reserva de la Biosfera de Río Lagartos (donde abunda el flamenco rosa) en Yucatán en 1999. Al nacer los polluelos, se trasladan al parque junto con las aves enfermas o accidentadas. Después, los regresan, pero no sin ser un atractivo del parque primero.

Una cosa semejante ocurre con las tortugas marinas. Hoy en día, el parque es el encargado del programa para la protección de la tortuga marina en las 12 playas de Quintana Roo donde anidan.

Pero no siempre fue así. Hasta 1995, el Centro de Investigaciones de Quintana Roo (Ciqroo) manejaba los campamentos tortugueros, cuando fue repentinamente cerrado por el gobierno. El proyecto pasó a formar parte de El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur). Cuando se les acabaron los fondos, los líderes del programa ?al ver 12 años de investigación amenazada? fueron al Parque Xcaret buscando fondos para continuar. Así, el programa público se volvió privado, y varias tortugas se encuentran hoy como atractivo del parque.

Rodríguez nota que el parque trae otros beneficios para las generaciones aunque no sean ambientales: "Es la primera fuente de trabajo en el estado y el tour más popular de la región, produciendo ganancias para más de 100 agencias de viajes", dice. Según sus cifras, el parque proporciona empleo directo a más de mil 200 personas e indirecto a más de 4 mil.

También, "la gente que trabaja en Xcaret puede acudir a educación abierta en las instalaciones", dice Rodríguez. "Hay maestros de planta que les asesoran para los exámenes después de su horario de trabajo".

Sin embargo, la educación no llega más allá de la secundaria, y de ninguna manera busca capacitar a los trabajadores para avanzar fuera del parque. El enfoque está en la capacitación de trabajadores para el parque mismo.

En su afán de buscar el des-arrollo comunitario, el parque asesora el cultivo de setas ?con 13 aminoácidos? en la comunidad de Tabi, cerca de Felipe Carillo Puerto, como esfuerzo para combatir la desnutrición.

También donó 60 mil dólares para la primera etapa de un programa de UNICEF que promueve la construcción de baños composteros y estufas que no contaminan en la región. Pero a la vez, es a través del desarrollo comunitario ?pequeñísimas cantidades cuando se comparan con las plusvalías (secretas) de un parque que tiene un promedio de mil 600 visitantes por día? que el parque también se asegura la disponibilidad de trabajadores en el futuro.

La contribución "cultural" del parque también es cuestionable. "Antes Polé era la cuarta zona arqueológica más importante del estado", dice Domínguez. Hoy, se encuentra dentro de un parque privado con tantos modelos de ruinas mayas que uno fácilmente no se da cuenta cuáles son las verdaderas.

Este año el Parque Xcaret conformó una sociedad con la cadena Occidental Hoteles para construir un hotel en su propiedad. Habrá mil 200 habitaciones, con una inversión total de 100 millones de dólares.

En la construcción se "vigilarán todos los detalles para no afectar la ecología del lugar", dice un comunicado de prensa. "La planta arquitectónica se hizo en base a los árboles, se construye alrededor de ellos", afirma Rodríguez. En realidad, alrededor de algunos, porque lo que se ve es un enorme espacio rapado al lado del mar.

*Xel-Ha

El ecoparque Xel-Ha fue concesionado a Alquimia, parte del Grupo Xcaret, en 1994. Según dicen, los mayas lo nombraron "el lugar donde nace el agua", porque de allí sale un río subterráneo a la superficie y se junta con una enorme caleta de agua turquesa. Sin duda es uno de los lugares más bellos del estado.

zona arqLa caleta es su mayor atractivo, siendo un "acuario natural" repleto de peces tropicales. En comparación con Xcaret, el parque respetó más la ecología del lugar. Las construcciones ocupan sólo 10 hectáreas del total de 84, los senderos son de piedra en vez de cemento en la selva y los puentes sobre la caleta son de madera.

Aun así, todo el lado izquierdo de la caleta está repleto de restaurantes, tiendas y baños. Atrás, están los delfinarios, que fueron obviamente alterados para permitirles más espacio. Y con un promedio de mil 300 visitantes al día, la mayoría extranjeros, el entorno no se ve tan natural. El parque se encarga de alimentar a los peces y animales para que aumente su presencia.

Como Xcaret, Xel-Ha tiene su propia planta de tratamiento de aguas residuales, previniendo la contaminación del mar y el manto freático. Pero con tantos visitantes, el uso de agua es enorme.

"Hace 20 años, costaba tres pesos y uno se encontraba en un lugar sin el aspecto de Disneylandia", comenta Domínguez. Y en aquel entonces "sí tenía armonía con la naturaleza".

Hoy la entrada con todo incluido ?menos la comida y el nadar con delfines? cuesta 437 pesos para adultos y 300 para niños de cuatro a 12 años.

El programa de desarrollo comunitario de Xel-Ha es más ambicioso que el de Xcaret, pues busca "desarrollar la empresa a la par del desarrollo de la comunidad y del personal", dice Ana Hernández, gerente de relaciones públicas corporativas de Alquimia.

El 70% de los empleados viven en Chemuyil, donde el Instituto de Vivienda de Quintana Roo (Inviqroo) creó un pueblo de unidades habitacionales. "Cuando empezamos a operar era un pueblo feo y abandonado", dice Hernández.

El parque financió la construcción de dos aulas y de la biblioteca. También, instalaron un vivero con plantas gratuitas para el pueblo y patrocinan talleres de mecanografía y costura para las mujeres.

"Presionamos a la Secretaría de Salud para que manden brigadas móviles continuamente a la población", agrega Hernández. Así, Chemuyil tiene más acceso a servicios de salud, mientras que otros pueblos quedan abandonados.

Y el propósito no es 100% asistencial: "Si a un niño le da viruela, pasa a toda la comunidad", dice Hernández. Eso afectaría de manera negativa al parque.

El pueblo, bonito por cierto, depende del parque en cuanto a sus servicios básicos... y el gobierno se lava las manos. Es como si Xel-Ha fuera una hacienda, la única fuente de servicios, empleo y vivienda para Chemuyil.

A sus 350 empleados, Xel-Ha también les ofrece educación hasta la secundaria. Todos trabajan siete y media horas al día, con una hora de clase al fin de su turno. Así, el trabajador pone media hora de su tiempo, mientras que el parque le paga por la otra media hora. De nuevo, la educación se enfoca en capacitar a la gente para el trabajo en el parque en el sector turístico.

Para apoyar la cultura local, "Xel-Ha patrocina sábados culturales en Chemuyil con ballet folclórico, concursos de poesía y canto", dice Hernández. Además, invitan al tatich maya ?el mayordomo más importante de la antigua estructura político-religiosa maya? dos veces al año para hacer la ceremonia de la cosecha de miel.

"Mostramos a los turistas lo rica que es la cultura maya", dice Hernández. Y a la vez aseguran que la mayoría del pueblo maya no goza la ceremonia dado que ocurre en un parque que cuesta demasiado para entrar.

Y como Xcaret, Xel-Ha tiene su sitio arqueológico, un puerto en la caleta. Sin embargo, no hay letreros que expliquen el sitio, y miles de turistas pasan el puerto sin darse cuenta que es una ruina.

*El Garrafón

El Garrafón, "parque natural" en Isla Mujeres, es la concesión más reciente de Alquimia. Ocupa un extremo de Isla Mujeres, donde se puede "gozar el Caribe del acantilado al arrecife", según sus promociones. La principal atracción es el arrecife, donde uno puede nadar, realizar snorquel o tomar un "sea trek", un tipo de buceo para principiantes en el cual uno camina en el suelo del mar con un casco con oxígeno. El tanque va arriba en flotadores individuales.

También, hay un sendero que pasa por varias cavernas, el faro y termina en el Templo de la Diosa Ixchel. Es aquí donde los españoles encontraron numerosas figuras pequeñas de mujeres, ídolos para la importante deidad.

Igual que en Xel-Ha y Xcaret, hay varias construcciones instaladas para que la naturaleza sea más cómoda para el turista. En la playa, hay una alberca para los que no disfruten del agua salada. Para los que se cansan cerca del arrecife, hay dos plataformas en el mar. Y para mayor diversión, hay una torre escaladora y una tirolesa.

Y claro, tienen todo los servicios: baños, renta de equipo, regaderas, teléfonos, una enfermería y un banco. Además, construyeron un restaurante, una nevería, una cantina y un puesto de comida rápida.

Según Domínguez, la concesión de El Garrafón "fue peor que el caso de Xel-Ha porque le quitó la posibilidad a la gente de la isla de manejar un espacio. Antes, uno entraba con barcos hasta el pueblo y tomaba un taxi, o rentaba una moto. Hoy, hacen turismo masivo cautivo en un barco donde les dan de comer y beber y no hay ninguna derrama económica para la población".

*El modelo, a Chiapas

Hoy, Chiapas busca copiar el modelo de desarrollo que utiliza el Grupo Xcaret en el Caribe mexicano. "Unos inversionistas en Chiapas, junto con el gobierno estatal, pidieron asesoría de Xcaret. Están diseñando un proyecto en el Cañón del Sumidero, en la parte baja del río", dice Rodríguez.

Pero implantar este tipo de desarrollo en un estado donde muchos conflictos surgen debido precisamente a proyectos que no toman en cuenta a las poblaciones locales puede ser bastante riesgoso. De nuevo, el gobierno comete el error de someter a las poblaciones a esquemas de desarrollo preestablecidos cuyo único beneficio es el empleo. "El gobierno les concesiona los parques a las compañías privadas con el pretexto de generar empleos", dice Domínguez.

A la vez, este tipo de desarrollo está enfocado en el turismo de alto poder adquisitivo. Una vez instaladas las taquillas y cercas, entrar a ruinas, al mar o simplemente caminar por la costa requiere dinero. "Le quita al pueblo el disfrute de lugares que antes eran de recreación para todos los mexicanos", dice Domínguez.

Según los promotores del Grupo Xcaret, el desarrollo beneficia a la población local porque hay derrama económica para la región. Pero todo el transporte a los parques es propiedad de la compañía, tanto como los restaurantes y las tiendas. Así, la única derrama afuera del parque es con las agencias de viajes, negocios que generalmente no emplean a la población marginada local. "Es la privatización que hace más rico al rico", comenta Domínguez.

La filosofía del grupo de hacer proyectos de desarrollo comunitario tampoco proporciona beneficios duraderos para la población. La educación se enfoca en tener mejores trabajadores para el parque, que hablen lenguas extranjeras para comunicarse con los visitantes. Enseñar a los mayas el cultivo y consumo de setas tampoco ataca la raíz de la causa de la desnutrición en la zona maya.

El Grupo Xcaret se promueve como el salvador de la naturaleza, mientras que la "acomoda" para los visitantes. A la vez, sus programas de conservación terminan privatizando los recursos naturales de la nación. ¿Acaso el Grupo Xcaret debe manejar el programa de tortugas marinas de México? "Le quita la responsabilidad al gobierno", señala Domínguez.

Además, ¿por qué una compañía privada merece controlar los sitios más bellos de la República? "El problema es que concesionan los parques que son propiedad de la nación", dice Domínguez.

¿Qué diría la gente si tuviera que pagar más de 400 pesos para disfrutar los canales de Xochimilco? ¿O para visitar las pirámides de Teotihuacán?*