Ť El museo de Guanajuato, con 108 huéspedes, sigue siendo el mayor atractivo turístico
La exhibición de momias, espectáculo científico, terrorífico y morboso
Ť Por falta de dinero para pagar la perpetuidad, la gente guarda en casa los cráneos de sus deudos
Ť Las que acaparan mayor interés son La Embarazada, La China, La Ahorcada y La Apuñalada
MARIANA NORANDI ESPECIAL
Guanajuato, GTO. Si hay algo que ha caracterizado culturalmente a México desde la época prehispánica es su visión de la muerte. Los sacrificios mayas o aztecas no eran objeto de temor, sino de honor, y la muerte era vista por nuestros antepasados como un enlace a otro estadio vital y no como el fin de la existencia. Con clara herencia de esa percepción bizarra de la muerte, nace el Museo de las Momias de Guanajuato, el más visitado en la entidad.
Originalmente el museo tenía acceso por el Panteón
Municipal, situado en la falda sur del Cerro Trozado, y las momias eran
exhibidas primero en una parte de las oficinas de la administración
de la necrópolis y posteriormente en una cripta subterránea.
En aquel entonces eran expuestas en los pasillos de pie y sin vitrina,
sin protección al ambiente y al visitante, por
lo que la impresión era escalofriante y el aspecto dantesco. Fue
hasta la década de los sesenta cuando el edificio se acondicionó
para museo. Además de los pasillos, se crearon cuatro salas de exhibición,
y las momias fueron metidas y protegidas en vitrinas, con lo que esa peculiar
exposición adquirió una atmósfera menos macabra e
impactante.
Cadáveres exhumados por falta de espacio
El cementerio data de 1861, y a los cuatro años de su inauguración se descubrió la primera momia: un médico francés llamado Remigio Leroy, inhumado el 9 de junio de 1865.
Ante los problemas de espacio, en Guanajuato debe pagarse el derecho de perpetuidad de la tumba a los cinco años de sepultura, de lo contrario el cadáver es exhumado. Si al realizarse este procedimiento se comprobaba que el cadáver estaba deshecho, se incineraba; si el estado era de momificación y ningún familiar lo reclamaba, entonces se desinfectaba y pasaba a exhibirse en el museo. Pero desde 1984 todos los cadáveres exhumados y aun momificados ya no se exponen si no los reclaman, desde entonces son cremados. El costo de la perpetuidad no es excesivamente elevado, en estos momentos es de alrededor de unos mil 200 pesos, pero aún así hay personas que no pueden pagarlo.
Regreso a casa
Manuel Gutiérrez Cerda, director del museo afirma: "Yo he visto gente de la población que tiene el cráneo de sus deudos en su casa. El otro día fui a una casa y tenían una cabeza. Me dijeron que era del papá, porque les avisaron de la exhumación y no podían pagar. Así que se quedaron con la cabeza y ahí la tienen".
Actualmente el museo cuenta con 108 momias, incluyendo dos fetos, cuatro cráneos y 15 infantes. De los adultos el 70 por ciento es de mujeres. A principios de los ochenta llegaron a exhibirse 119 momias, pero el número disminuyó porque algunas de ellas han sido reclamadas por familiares. La más reciente data de 1984, pero la mayoría sobrepasan la centuria. Pocas están identificadas, aunque sí se han investigado las causas de defunción.
Gutiérrez Cerda informa: "Estamos intentando identificar las momias para ponerles una plaquita con el nombre. Ya tenemos conocimiento de algunas con la fecha de inhumación y exhumación".
Las más impactantes
Entre las momias existen unas que llaman más la atención que otras. Las que acaparan más el interés del público son La Embarazada que murió en estado de gestación y su embrión también se ha momificado; La China, única momia de origen oriental; La Ahorcada; La Apuñalada; La Momia Más Pequeña que mide aproximadamente unos 30 centímetros; El Revolucionario, dotado de uniforme militar, y La Enterrada Viva, que se llama así debido a la posición en la que se encuentra.
Al
respecto el director del museo explica: "Por lo regular todas las momias
están en posición de reposo, pero ésa al parecer se
dio cuenta de que la enterraron viva y se quiso salir".
En busca de una respuesta
Las causas científicas de momificación natural en Guanajuato se desconocen hasta el momento, aunque existen ya algunas investigaciones que reportan algunas teorías.
Una de las teorías que más se acercan a las causas de la momificación es la del doctor José Luis Medina. Para él existen factores externos y físicos del cadáver. Entre las causas externas está la humedad (a menos humedad más posibilidades), la temperatura (debe ser constante, sin bruscas oscilaciones) y la presión atmosférica (baja). Como causas físicas, señala que la obesidad no favorece la momificación, en cambio la benefician determinados fármacos a los que estuvo sometido el cuerpo en vida y un óbito con recto sin o con pocas heces. Otras teorías hablan de gases, sales minerales del agua que tomaron, etcétera.
El director del museo señala que un factor imprescindible en el proceso de momificación es que el cuerpo esté sepultado en gaveta o cripta y nunca en la tierra: "En el suelo se destruyen ciento por ciento; es más, por lo general se momifican los cadáveres de las gavetas más altas. Yo tuve un caso personal. Mi abuelo estaba sepultado en la última fila de las criptas y como íbamos a sepultar a mi padre en la misma, exhumamos el cuerpo de mi abuelo y salió semimomificado: de la cintura para arriba se había convertido en momia y de la cintura para abajo estaba deshecho". Pero a pesar de que existen varias teorías e investigaciones, el proceso de momificación en Guanajuato no deja de ser todavía un misterio, pues a veces de dos cuerpos inhumados en las mismas condiciones, uno se momifica y el otro no.
Este museo es el más visitado de Guanajuato. En su mayoría acuden niños de escuelas de toda la República, aunque no es menos significativo el volumen de visitantes adultos y turistas extranjeros. Mateo Aguilera Ortega, guía del museo desde hace seis años, afirma: "Mucha gente se impresiona tanto que se desmaya o vomita cuando ve las momias". En cambio a los niños nos les dan miedo "ellos vienen en plan de cotorreo, se meten al museo sin saber lo que están viendo".
De 700 a 800 visitantes diarios
El museo tiene un promedio de 700 a 800 visitantes diarios,
pero hay días que esa cifra es rebasada considerablemente. El 28
del pasado mes de diciembre lovisitaron
cuatro mil 314 personas, cantidad que suele igualarse en fechas festivas,
ocasionando atascos de acceso que repercuten en más de cuatro horas
de espera.
Debido al éxito del museo, desde hace tres años se inauguró una nueva sala que recibe el nombre de El Culto a la Muerte. Esta sala representa la parte ficticia de la muestra y en ella se exhiben objetos de tortura utilizados por la Santa Inquisición, además de momias y esqueletos de personas muertas de forma tormentosa. Es como un pasaje de terror, donde el misterio y la leyenda protagonizan la escena menos seria y realista del museo.
Recorrer esta exhibición es un espectáculo entre curioso, científico, terrorífico y morboso. Las gesticulaciones momificadas reviven el instante de la muerte. Hay rostros que expresan dolor, otros sufrimiento, serenidad o pánico.
A diferencia de las momias egipcias que están preparadas y vendadas o las de Chinchorro, en Chile, rellenas de tierra y expuestas al Sol, las de Guanajuato son naturales, sin ningún tipo de proceso de embalsamamiento ni cobertura, están tal cual murieron, tal cual fueron sepultadas. Es por ello que muchas de ellas conservan parte de su indumentaria, pudiéndose así identificar el estatus social al cual pertenecieron en vida. Este tipo de museo difícilmente podría darse en otro país donde la muerte no se ve desde un prisma natural y de coqueteo lúdico; donde la muerte no deja de ser una amistosa e inesperada visita; donde el límite entre el más allá y el más acá se difumina en un instante tan imprevisible como necesario.