JUEVES Ť 29 Ť MARZO Ť 2001

Jean Meyer

Los macedonios

Una ciudadana de Macedonia dice que mencioné a todos los que viven en Macedonia, menos a los macedonios, y me manda una carta de protesta contra todos los medios de comunicación: "nunca llaman a los macedonios por su nombre". También precisa que la organización (OIRM) de hace un siglo no era búlgara, sino macedonia. Lo dije al citar el nombre completo de la Organización Interna Revolucionaria Macedonia; hablé del apoyo búlgaro, luego griego a los macedonios en lucha contra el imperio turco, nunca dije que los macedonios eran búlgaros. Una prueba más que el tema es candente.

Mientras escribo, las fuerzas armadas del Estado macedonio despliegan su poderío (Ƒ?) contra los guerrilleros que disparaban sobre la ciudad de Tetovo la semana pasada; ya se cruzó la delgada línea roja, la de la sangre vertida, y muy posiblemente ya esté en marcha la fatalidad. La huida masiva de la población civil, la fractura demasiado visible que separa a la población eslava de la albanesa, la primera, víctima histórica hasta 1913; la segunda, víctima histórica desde 1913; la torpeza de Europa y de la OTAN no permiten ser optimistas. Buena parte de la población albano-macedonia manifiesta ahora su simpatía hacia los guerrilleros; la sobre reacción en forma militar del Estado no puede sino aumentar esa simpatía de los albano-macedonios hacia los "rudos" y despertar la agitación en Kosovo y quizá en un día próximo en Albania. La experiencia de las cuatro guerras balcánicas desde 1991 debería enseñar que sale más barato intervenir desde un principio en lugar de esperar la propagación de la violencia. Por desgracia Europa no aprende y el presidente Bush limita al máximo todo compromiso exterior. Malo, muy malo.

Si la Unión Europea, la OTAN, la ONU, no saben cómo resolver el rompecabezas balcánico en general -todo queda por resolverse en Bosnia-Herzegovina y en Kosovo-, macedonio en particular, no debemos olvidar que muchos macedonios viven fuera del pequeño Estado macedonio y en algunos casos su situación es lamentable, estoy pensando en los macedonios de Grecia del nordeste. Entre 1913 y 1991 Macedonia y los macedonios, considerados como búlgaros del oeste por los búlgaros, como serbios del sur por los serbios y como griegos eslavófonos por los griegos, desaparecieron del escenario internacional.

Según el Estado griego no hay más macedonios que los griegos de la provincia suya que lleva ese nombre, son griegos, bilingües, descendientes de Alejandro Magno y de su padre, el rey Felipe de Macedonia. Todos los demás no son más que eslavos o, peor aún, búlgaros que usurpan un nombre y una herencia gloriosa. Entre 1948 y 1960 los macedonios de Grecia que se oponían a esas tesis fueron deportados, obligados a exiliarse, o fusilados. Tito prohibió a esos refugiados instalarse en la Macedonia yugoslava antes de haber vivido por lo menos diez años en otro país. Hoy en día la mayoría de esos 35 mil desplazados y sus descendientes viven en la república de Macedonia, pero no pueden volver a Grecia: sus bienes, casas y tierras han sido distribuidos a colonos griegos.

Hoy, después de una generación de silencio forzado, los jóvenes macedonios de Grecia del Norte intentan tomar la palabra para explicar quiénes son; se consideran como macedonios y no como griegos, pero sí ciudadanos bilingües de Grecia. La policía los vigila y los trata bastante mal. Esa triste historia no es excepcional en los Balcanes, ha sido la de todas las minorías. Lo que caracteriza a los macedonios de Grecia es "el memoricidio", "la limpieza étnica simbólica" (Informe Helsinki sobre los derechos del hombre y las minorías en Grecia) que el Estado griego persiste a aplicar a un grupo que no tiene el derecho de vivir su identidad; por eso los abuelos y los padres que sufrieron la terrible persecución física, dicen a sus hijos: "No digas que eres macedonio, deja eso, tendrás problemas, muchos de los nuestros han muerto por esas cosas". El resultado es que la mitad de los macedonios de Grecia (200 mil) vive en Canadá y Australia; a la otra mitad le tocó sufrir la asimilación forzada.

Identidad cultural no significa forzosamente nacionalismo, menos aún nacionalismo agresivo. ƑEs soñar que desear la conservación de las culturas para llegar rápidamente a una Liga balcánica integrada a Europa, sin que esas "naciones" se empantanen en los nacionalismos mortíferos? El problema macedonio en Grecia no es muy diferente del albanés. Mientras sigan tabúes no habrá solución. No se puede negarles a los pueblos, por chicos que sean, su identidad y su historia.

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