JUEVES Ť 29 Ť MARZO Ť 2001

Ť Civiles, al frente de Defensa; desde Trotsky, sólo militares en esa cartera

Reorganiza el presidente Putin su gobierno

Ť Los cambios, por los fracasos en Chechenia y contra la mafia de los generales: analistas

JUAN PABLO DUCH CORRESPONSAL

Moscu, 28 de marzo. En su primer reajuste ma-yor del gobierno de Rusia, el presidente Vladimir Putin colocó hoy a civiles al frente de las carteras de Defensa y del Interior, designó un nuevo secretario del Consejo de Seguridad, cesó a un ministro con fama de corrupto y realizó otros movimientos, entre ellos promovió a una mujer al cargo de viceministra de Defensa, hecho inédito en la historia de este país.

Serguei Ivanov, el alter ego del mandatario, quien se desempeñaba como secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, sustituye al mariscal Igor Sergueiev como ministro de Defensa.

Sergueiev será asesor del presidente en materia de seguridad estratégica, un cargo que no existía en el organigrama del Kremlin, en tanto que Vladimir Rushailo, hasta hoy ministro del Interior, ocupará la vacante dejada por Ivanov como secretario del Consejo de Seguridad.

El nuevo titular del Interior es el diputado Boris Gryzlov, quien fungía de coordinador de la fracción parlamentaria de Unidad, la coalición oficialista de la Duma, y cuya virtud más conocida es su lealtad incondicional a Putin.

En palabras del propio mandatario ruso, la designación de dos civiles al frente esas carteras "es un paso en el sentido de desmilitarizar la vida política en Rusia" y se inscribe en la reforma de las fuerzas armadas.

En efecto, desde León Trotsky, el fundador del Ejército Rojo, Rusia no había tenido un ministro de Defensa civil, si bien Ivanov llegó a alcanzar el rango de general en el antiguo KGB.

También es cierto que, en el último año y medio, siempre muy cerca de Putin, Ivanov cumplió una labor esencialmente política. Tampoco hay antecedente reciente de un civil al frente de la cartera del Interior, antes por tradición en manos de un policía.

No obstante, el reajuste en la cúpula del equipo de seguridad tiene otras lecturas: apenas dos días después del primer aniversario de la elección de Putin como presidente, resulta obvio que los cambios guardan una estrecha relación con el deterioro de la situación en Chechenia.

Resolver ese conflicto fue una de las principales promesas electorales de Putin, y sigue incumplida. Tras los recientes atentados con coches-bomba, asesinatos de ciudadanos rusos y emboscadas a las tropas federales, se requería recomponer el equipo encargado de resolver el problema.

Lo primero que salta a la vista es que Putin no tiene mucho de donde escoger a la hora de hacer nombramientos clave; el reajuste parece más bien una reubicación de las mismas piezas sobre el tablero.

El Consejo de Seguridad asume funciones de más bajo perfil y se convierte en una instancia más vinculada a los asuntos internos, sin ser ya decisivo en la formulación de la política exterior.

Como titular de Defensa, Ivanov, además de Chechenia, tendrá la difícil misión de imponer la visión del Kremlin sobre los distintos grupos que, al interior de la dependencia, defienden enfoques divergentes en materia de reforma de las fuerzas armadas.

Gente cercana a Serguiev será desplazada, como apuntan las designaciones hoy de los nuevos comandantes de las tropas te-rrestres y de las fuerzas del espacio (antes de misiles estratégicos), lo cual refuerza las posiciones del estado mayor, encabezado por el general Anatoli Kvashnin.

La inclusión en el gabinete de Gryzlov anticipa asimismo que, si fracasa el nuevo intento de solucionar el problema checheno por la fuerza, el Kremlin podría estar preparando el terreno para ensayar una suerte de arreglo político, si bien todavía no se tiene claro con quién se negociaría y sobre qué bases, entendidas como concesiones de los rebeldes separatistas.

Por su simbolismo, ha sido muy destacada aquí la designación de Liubov Kudelina como viceministra de Defensa, de 46 años, quien se desempeñaba como viceministra de Finanzas y alcanza, por primera vez en la historia de este país, una posición anteriormente reservada a hombres con uniforme y grado de general para arriba.

Kudelina es una reconocida experta en el tema de las asignaciones presupuestarias en el rubro de Defensa, y su encomienda será el manejo del dinero militar, ahora desde el otro lado de la barrera y a contrapelo de la mafia de los generales, que durante años hacían y deshacían a su antojo.

Tanto en Defensa como en Interior y en el Consejo de Seguridad el cambio de titulares se acompañó de otros cuatro nombramientos a nivel de viceministros, con el evidente propósito de incorporar de inmediato a funcionarios no identificados con los anteriores titulares.

Por otro lado, la dirección de la policía fiscal, en un enroque, fue encomendada a Mijail Fradkov, que tendrá las funciones de Viacheslav Soltaganov, ahora a cargo desde el Consejo de Seguridad de coordinar los esfuerzos contra el lavado de dinero y la fuga de capitales.

No pasó inadvertida aquí la remoción de Evgueni Adamov, sustituido como ministro de Energía Atómica por Aleksandr Ru-miantsev, que era director del Instituto de Física Nuclear Kurchatov.

Adamov era el principal promotor de convertir a Rusia en basurero nuclear del mundo con una controvertida transacción que reportaría al país --y a los numerosos intermediarios-- 20 mil millones de dólares a cambio de aceptar 20 mil toneladas de residuos nucleares altamente tóxicos.

Su plan fue rechazado hace unos días por la Duma, que se hizo eco de las protestas de grupos ecologistas, y además una comisión parlamentaria le encontró cuentas bancarias en el exterior y otras evidencias de la presunta corrupción del ministro cesado.

Se da por seguro que habrá más cambios, ya que se está diseñando una nueva estructura del gobierno, que podría hacerse oficial durante el mensaje anual de Putin al Parlamento, el 3 de abril, o al día siguiente.