Ť Con Secreto de amor llegó a su máximo el momento sentimental de los asistentes
Joan Sebastian se presentó en la Plaza México y convirtió el ruedo en pista de baile
Ť Cantaron con él su hijo José Manuel, su ex Maribel Guardia y Julián, su vástago pequeño
ARTURO CRUZ BARCENAS
Joan Sebastian tuvo en los setenta del siglo pasado su
etapa de consolidación como compositor y cantante. Se abrió
paso entre niños bonitos que la televisión ponía de
moda y baladistas, como Camilo Sesto y Juan Gabriel; y sus temas se distinguían,
adquirieron sello propio.
El año pasado Joan no pudo ocultar más el cáncer de los huesos que padece (mieloma múltiple). Dicen quienes están cerca de él que a veces se dobla, pero no se rompe. Para muchos no alcanzó las alturas de un Manuel Alejandro, ni descolló por su voz, como un Raphael. Pero muchas de sus canciones unieron parejas, alimentaron romanticismos y veladas. Pescador de amor es el título de uno de sus mayores éxitos, y lo definió: "Libre de pensamiento, de nacimiento soy soñador". Y Mariposas: "Era una tarde de primavera/ hoy es invierno y ya no hay flor/ el tiempo pasa/ quién lo dijera/ tú ama de casa y yo trovador".
Joan ya luce cansado y las terapias han hecho sus estragos. En la que puede considerarse una de sus auténticas despedidas, sin rencuentros, el pasado sábado el intérprete de bigote quijotesco cantó ante más de 20 mil personas en la Plaza de Toros México. Su público tuvo que esperar con estoicismo hasta casi las diez de la noche, pues una lluvia pertinaz estuvo a punto de obligar a los empresarios a cancelar el concierto; Joan llegó al escenario haciendo un esfuerzo de profesionalismo.
Previamente, Banda Maguey ?la del bochornoso dizque mano a mano con Banda Machos en el programa Otro Rollo, donde Adal Ramones ha dado muestras de que no le gusta la música grupera; hasta pateó una de las chamarras de los Machos, bromeando sobre lo pestilente de la prenda? aguantó vara y extendió su actuación hasta que pasó la lluvia.
Quince toros sebúes fueron montados en un espectáculo ad-hoc para abrir cancha a Joan, conocido en el mundo farandulero como El Rey del Jaripeo. Los organizadores, gente de CIE y de la disquera prohibieron que se le tomaran fotos a Joan, en lo que fue considerada una decisión absurda. Se echaban la pelota y nadie se responsabilizaba. Que sólo se podían tomar imágenes de Maguey. ¿Para qué?, preguntaron varios molestos; algunos mejor se fueron. En los eventos de CIE por lo regular no dejan tomar fotografías.
Además, colocaron a la prensa a un costado del escenario, detrás de una de las pantallas gigantes, donde era todo un éxito ver a Joan Sebastian. Ante la molestia, el personal de CIE se mostraba cortés, pero en los hechos fue difícil reportear.
El cantante llegó e hizo valer su pasado. Con el antecedente de haber ganado cuatro premios Los Nuestro hace un mes, extendió su presentación hasta casi las 23:30; el ruedo se convirtió en pista de baile y cientos bailaron Secreto de amor y otras a ritmo de banda, con mariachi, orquesta, coros. Hubo varios momentos sentimentales: subieron a cantar con Joan su hijo José Manuel Figueroa, quien ha seguido sus pasos; Maribel Guardia, su ex compañera, que demostró que no guarda rencores, y Julián, su vástago pequeño, a quien Joan cantó el tema que le compuso y en el que le dice adiós.
Joan Sebastian, quien nació en Juliantla, Guerrero, cumplirá 50 años el próximo 8 de abril.
?¿Un balance de tu carrera, Joan? ?le preguntamos no hace mucho
?Para hacer un balance tengo que citar antes de ser Joan Sebastian, cuando sólo era José Manuel Figueroa, un muchacho de 17 años que cantaba melodías y vivía plenamente su edad. No fue fácil el principio; a los 25 años tuve mi primer éxito.
No me arrepiento de nada. Como baladista sentí la necesidad de cantarle a mi pueblo, luego abordé el mariachi, el norteño, el country, la banda. Si yo tuviera que definir mi carrera diría que es ejemplar.
Puedo concluir que mi trabajo, que mi siembra ha dado cosecha.