Pese a todo, a lo mejor no logramos privatizar a Marcos, y los zapatistas se salen con la suya. Ante escenario tan perturbador y antidemocrático, sería necesario acogerse a la previsora leyenda que porta en su escudo de armas el Consejo Mexicano de Hombres de Negocios: "Para nosotros todo, para los demás nada"
Primitivo RODRIGUEZ OCEGUERA
Por el tribunal de mi pluma han desfilado, pidiendo clemencia o agradeciendo mi largueza, presidentes encumbrados por la plebe y emperadores elegidos por la crema y nata de la sociedad civil, liberales de manta y conservadores de traje inglés, dictadores con nombre y apellido y demócratas sin adjetivos ni idea de cómo gobernar. Manejo las elites como Hacienda los recortes al gasto social. Ningún halago ni autopromoción me son ajenos. A mí nadie me grilla, excepto yo.
Aunque le pese a los embozados críticos de libros que se venden tan bien como los candidatos a la Presidencia, soy un intelectual que maquila, maquilla y hace como quiere a la historia patria, y por si fuera poco, que es parte gloriosa de la misma. Escribiéndola me inscribo en sus laureles y cuentos. Con la historia me llevo de a piquete de ombligo. Al igual que los vochos y la tv, la mercadotecnia y el TLC, soy un nacido para triunfar.
Sin embargo, el prestigio de que gozo entre quienes con razón piensan que pienso por ellos lo he ganado a golpe de frases cortas ?"Morelos alucinó"?, ideas largas ?"Los conservadores del siglo XIX fueron más neoliberales que Salinas y Zedillo estrellados y revueltos"?, preguntas sin respuesta ?"¿Porfirio Díaz partió a tiempo o el tiempo lo partió??, respuestas sin pregunta ?"Sí, la ouija de Madero tenía un Fox en su futuro"?, observaciones agudas ?"A México le falta un gramo de rating para ser del primer mundo"? y silogismos impecables aunque implacables ?"Todos los mesiánicos desencapuchan a los intelectuales del poder, Marcos es un mesiánico, luego ¿ahora con qué me tapo?"?.
Pero no rehúyo el debate, por el contrario lo invoco y provoco. ¿Que las masas hacen la historia? Eso que lo crea la gente sin rostro que en interminables caravanas se unió a la marcha zapatista y que en el colmo de su mesianismo llenó, sin recato alguno, la Plaza de la Constitución. No obstante, hace más por el bienestar de México el comercial de las pacificistas Televisa y Tv Azteca "Dí no a tus drogas, el Fobaproa está contigo" que la fascinación popular por el EZLN. El comercial da esperanza y sosiego a los hombres de empresa, a los que hacen historia con una simple pasada de charola cuando de elegir presidente se trata. La fascinación de las masas, en cambio, sólo conduce a crear falsas expectativas de justicia y dignidad en un país que sólo tiene cupo para una cuantas cúpulas corporativas que sí cuentan. (Perdón por tanta "ce", pero es que me trae loco de coraje el comité clandestino de comandantas y comandantes que sin compasión ni clemencia cayeron como cazuelas de cobre sobre las crispadas cabezas de mis cuates del Consejo Coordinador Empresarial. ¡Qué cosa!)
Bien, volviendo a los hacedores de la historia, diría que si en lugar de haber luchado por tierra y libertad ?ilusión contraria al democrático principio de todos iguales, pero unos más iguales que otros?, Zapata hubiese escrito una tesis doctoral sobre el caudillismo intelectual de los científicos, le habríamos otorgado post mortem el afamado y refinado premio José Y. Limantour. De esa manera, en lugar de andar de boca en boca entre los monos blancos y el Congreso Nacional Indígena, Emiliano tendría un lugar destacado en las galerías de hombres con lana y lustre que iluminan las salomónicas salas de los ilustrados líderes de la Coparmex. (Lo lamento, lectores, olvidaba que las "eles" por igual me vuelven loco al lidiar con el lapidario y lacerante lema que salió de la selva Lacandona, "¡ezetaELEene!, ¡ezetaELEene!". ¡Oh lúdica Clío, que nos sea leve tanto lío!)
Antes de que a alguna mente primitiva se le ocurra hacer una caricatura de cuanto seré y he sido, aprovecho esta imparcial columna para enviarle a Marcos un mensaje de calidad total: no hay mayor gloria y placer que andar de luna de miel con quienes transpiran poder. Verlos, olerlos, tocarlos, oírlos, entretenerlos y jurarles amor eterno es una experiencia más redituable que la rebeldía contra el supremo gobierno. Todavía no ha nacido quien resista el inmoderado encanto de la burguesía y poderes satélites que la chiquean.
Pese a todo, a lo mejor no logramos privatizar a Marcos,
y los zapatistas se salen con la suya. Ante escenario tan perturbador y
antidemocrático, sería necesario acogerse a la previsora
leyenda que porta en su escudo de armas el Consejo Mexicano de Hombres
de Negocios: "Para nosotros todo, para los demás nada. A menos,
claro está, que a 10 millones de indígenas, 70 de pobres
y 90 de trabajadoras y trabajadores se les ocurra ponernos en nuestro lugar".
Pero esa es otra historia que no podría historiar. ¡Help
me, please, help me, help me!
Cómo ganar un lugar decente en la historia:
1. "No llegar pronto y solas, sino con todas y a tiempo" (el feminista de León Felipe).
2. "No hay que llegar primero, pero hay que saber llegar" (el mero, mero José Alfredo).
3. Jubilando a migras y granaderos.
4. Metiéndole una goliza de aumento salarial a las maquilas.
5. Haciendo que los acuerdos de San Andrés brinquen hasta en la sopa.