DOMINGO Ť 18 Ť MARZO Ť 2001

Ť La comandancia cumplió seis días de estancia en la sede de la ENAH

Música, cotorreo y pastel disfrutó ayer el EZLN

Ť Marcos convivió una hora con los grupos del Colectivo Paz, Baile y Resistencia Ť Muestras de solidaridad con el movimiento y los indígenas se expresaron durante todo el día

GEORGINA SALDIERNA Y ENRIQUE MENDEZ

A la espera de que se acepte su participación ante el pleno del Congreso de la Unión, el sexto día de estancia en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) fue para la comandancia del EZLN de música con jarana, güiro y acordeón; de cotorreo con la banda rockera, y pastel.

Al mediodía, cuando el sol pegaba de lleno en el sur de la ciudad, a la escuela de antropología llegaron los grupos del Colectivo Paz, Baile y Resistencia que convocó al concierto del lunes pasado en el Zócalo capitalino, con los que el subcomandante Marcos intercambió bromas durante más de una hora.

Roco, de La Maldita Vecindad, describió el diálogo con Marcos: "Fue muy fresco y muy directo, lleno de guasas y alusiones a la cultura juvenil".

El colectivo -que recabó 32 toneladas de víveres para Chiapas y dinero en efectivo, del cual no se sabe aún el monto total- leyó en la reunión un documento dirigido al Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del EZLN, en el que señalan que al igual que los indígenas, los jóvenes también sufren "la marginación, el olvido, la exclusión y la discriminación.

"Este sistema nos lo ha impuesto como forma de vida y como forma de muerte. Sostenemos cotidianamente una guerra contra el gobierno y los medios de comunicación, una lucha constante por la apertura de espacios de expresión y de cultura."

Afirmaron que para los intelectuales, la clase política, el clero y los consorcios "desinformativos", los jóvenes son sinónimo de delincuencia, de drogadicción, de vandalismo y de irracionalidad. "Por eso hoy, como ustedes, decimos šbasta!", expresaron.

A formar filas

Desde la sede temporal de la dirigencia rebelde, los rockeros lanzaron una convocatoria a todos los jóvenes, indígenas, enah-acopio estudiantes, artistas callejeros, músicos, pintores, al EZLN y a todos los que luchan por la apertura de espacios de expresión artística y cultural a participar en el encuentro por el respeto, la tolerancia y en contra del olvido que se realizará próximamente en el Aguascalientes de Ciudad Universitaria, en donde además se discutirá la problemática juvenil, de los indígenas, mestizos y criollos del país.

Para el acceso a la ENAH, los chavos tuvieron que formarse y sacar identificaciones, y que sus nombres checaran con los de una lista.

Desde los de la Tremenda Corte hasta Los de Abajo, pasando por La Maldita Vecindad, Salario Mínimo, Santa Sabina, Tijuana No, Los Estrambóticos, Yerberos, Nana Pancha y otros del colectivo, hicieron una fila y entraron en grupos de cinco o de seis.

"La onda -dijo uno de los que organizaron el encuentro con Marcos y los 23 comandantes zapatistas-, es que todos traigan identificación, y si no... pos šorita vemos!"

Ya adentro los grupos de rock, hubo -según contó Roco al salir- "mucho sentido del humor y hubo rolas, la jarana, el güiro y el acordeón".

Adentro había ambiente de fiesta. Pero en la calle, en la esquina de Piedra Imán y Zapote, amanecía para los extranjeros que viajan en el Camioncito de la Paz por Chiapas, que el viernes tuvieron un altercado con dos reporteros de radio y televisión.

Dos de ellos, perseguidos por una reportera de televisión, de plano optaron por retirarse y llevar el camión amarillo calles abajo. Incluso, ya ni siquiera aceptaron hablar con nadie, y durante todo el día no volvieron a aparecerse por las puertas de la ENAH.

A la una de la tarde, cerca de 100 indígenas de Guerrero -hombres, mujeres y niños- se trasladaron desde el albergue de la Villa Olímpica a las instalaciones de la escuela, donde se alojaron.

La solidaridad con el movimiento zapatista y los indígenas se expresó durante todo el día, con la llegada de personas en sus automóviles para entregar víveres, ropa y cobijas. Entre ellos llegó un grupo de ex dirigentes del movimiento estu-diantil de 1968, encabezados por el profesor Fausto Trejo, quien entregó su aportación en la reja de la escuela y se retiró de inmediato.

Poco después, a la hora de la comida, se acercó también la dirigente del movimiento Eureka, Rosario Ibarra de Piedra, quien entregó personalmente a los comandantes cazuelas con guisados y un pastel de alta repostería.

Bueno, hasta los dirigentes del denominado Partido Republicano Colosista, llegaron hasta la ENAH para entregar un comunicado dirigido a Marcos, en el que saludaron fraternalmente la presencia del subcomandante en la ciudad de México y celebraron "su triunfante llegada", e incluso lo invitaron a la conmemoración del séptimo aniversario del asesinato de Luis Donaldo Colosio, que se realizará el próximo viernes junto al busto del ex candidato presidencial del PRI, en Polanco.

"Hacemos de su conocimiento -le dicen a Marcos- que el pueblo colosista simpatiza y apoya su lucha. Es por ello que será de gran trascendencia su amable participación".

El día de una boda

Tal vez por ser sábado o por la inclemencia solar, durante la mañana escaseó la llegada de simpatizantes del movimiento. Fieles siempre, permanecieron únicamente afuera de la ENAH los vendedores ambulantes de fritangas, chicharrones, discos pirata, de fotografías del movimiento armado e incluso de serigrafistas que grababan, por cinco pesos, la efigie de Marcos en camisetas.

Por la tarde, cuando el sol ya había desaparecido en el horizonte, empezaron a llegar hasta familias completas, atraídas por la presencia de los comandantes en esta escuela.

La gente y la prensa apostados en las aceras de Zapote y Piedra Imán mantuvieron durante todo el día la expectativa de escuchar al subcomandante Marcos. Sin embargo, esto no fue posible.

Los asistentes en este sexto día se entretuvieron con espectáculos de danza, música y juegos circenses.

Adentro continuó la espera que mantiene la comandancia. Afuera, en la vida de todos los días, la joven de una familia que se sostiene con la venta de tacos frente a la escuela, debió trasladar a otro lado la fiesta de su boda.