VIERNES Ť 16 Ť MARZO Ť 2001
Ť Más de 2 millones de niños y adolescentes estadunidenses usan inhalantes
Condenan a cadena perpetua a muchacho de 15 años de edad en el estado de Florida
Ť John Silva pasará el resto de su vida en prisión por haber estrangulado a Jerry Lee Alley
Ť Demanda la madre al juez que sea ingresado a una prisión para jóvenes y no de adultos
AFP, PL Y DPA
Miami, 15 de marzo. Un muchacho de 15 años fue condenado este miércoles a cadena perpetua en Florida por el asesinato de un compañero de 12 años, en el segundo caso de condena de por vida para un menor que se registra este mes en esa entidad federativa estadunidense.
Un juez del condado de Putnam, en el norte de Florida, decretó que John Silva deberá pasar el resto de su vida en prisión por el estrangulamiento en mayo pasado de Jerry Lee Alley, informó Tracy Weaver, del secretariado penal del condado.
Este caso sigue al de Lionel Tate, de 14 años, condenado el 9 de marzo a cadena perpetua en un juzgado de Broward, en el sur del estado, por el homicido a golpes de una niña de seis años, con la que según Tate imitaba una pelea de lucha libre, asesinato que se produjo cuando el muchacho, retardado mental y emocional, tenía 12 años.
Cinthia Silva, madre del condenado, afirmó hoy, tras la sentencia, que su hijo era "extremadamente inmaduro para su edad... ni siquiera ha comprendido gran parte del juicio" a que fue sometido, y solicitó al juez que su hijo sea ingresado en una prisión pa-ra jóvenes en lugar de una cárcel para adultos, hasta que cumpla los 21 años.
Entre tanto, la Administación del Servicio de Salud Mental y Abuso de Sustancias informó hoy que más de 2 millones de ni-ños y adolescentes estadunidenses de entre 12 y 17 años usan inhalantes, que se venden en el mercado legal, para drogarse.
Esta escalada amenaza con convertir el problema en una epidemia, ya que en 1990 se habían identificado sólo a unos 390 mil consumidores de una gran variedad de in-halantes, que se encuentran en más de mil productos disponibles en el mercado, como pegamentos, pinturas, gasolinas, aerosoles, cola para pegar zapatos y marcadores.
Javier Córdova, analista de la Oficina Na-cional de Control de las Drogas de la Casa Blanca, reconoció que en Estados Unidos, a diferencia de los llamados niños de la calle de los países latinoamericanos, los consumidores apelan a los inhalantes para drogarse "por otras razones que son diferentes a la pobreza".
El consumo de inhalantes puede ocasionar fuertes dolores de cabeza, pérdida de apetito y sueño, pero también muerte instantánea por paro cardiaco o anulación de las funciones del cerebro, o provocar lesiones cerebrales graves o deficiencias cardiacas y pulmonares.