MIÉRCOLES Ť 14 Ť MARZO Ť 2001

Ť La ley de Herodes, una de las más ovacionadas por el público del festival

Proyectan siete largometrajes mexicanos en Mar del Plata

JORGE CABALLERO ENVIADO

Mar del Plata, Argentina, 13 de marzo. En el tercero y cuarto días de proyecciones en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, el cine mexicano estuvo presente con siete largometrajes. Las cintas que participan en la sección América Latina XXI comenzaron a proyectarse el lunes por la noche con la antipriísta/incisiva La ley de Herodes, de Luis Estada.

SualtezamardeplataEl programa continuó con Otaola o la república del exilio, que narra la muerte de un exiliado republicano español, dirigida por Raúl Busteros; Entre la tarde y la noche, de Oscar Blancarte; también se proyectó la comedia clasemediera/playera/mórbida, Por la libre, de Juan Carlos de Llaca, y la cinta rural, De ida y vuelta, de Salvador Aguirre. Todas tuvieron una acogida aceptable entre el público marplatense y la crítica especializada, pero La ley de Herodes se llevó las palmas, pues recibió una gran ovación del público, que se puso de pie.

Sin dejar huella, mejor filme latinoamericano en el pasado festival de Sundance, dirigido por María Novaro, también se exhibió en el Festival de Mar del Plata, en la selección denominada La Mujer y el Cine; en el rodaje encontramos a Aurelia, madre soltera que se encuentra con la dealer/marchand de arte prehispánico: Anna. Juntas desarrollan una extraña patología: se engañan, saben que lo hacen pero terminan siendo amigas/cómplices que cruzan de punta a punta la República Mexicana. El filme agotó las localidades de sus dos funciones y cosechó carretadas de aplausos.

La jornada cerró con la única cinta mexicana que oficilamente aspira al máximo galardón del festival, el Ombú de Oro. Se trata de Su alteza serenísima, de Felipe Cazals, que se proyectó en la sala Astor Piazzola del Auditorium, donde se presentan las películas contendientes, y recibió sonoras palmas. El filme narra la historia ficticia de los últimos tres días de vida de Antonio López de Santa Anna.

La figura de Santa Anna no ha sido vista con justicia

De vista en esta ciudad el también realizador de Canoa (1975) comentó: "La historia oficial de México tiene perfectamente escondido en el cajón a Santa Anna; lo ha usado como un personaje ambiguo, fársico y útil para solucionar los descalabros ocurridos en el siglo XIX. En realidad su figura nunca ha sido vista con cierta justicia, si bien fue un dictador y un usurpador, fue al mismo tiempo un personaje extremadamente contradictorio; la documentación que existe es tan contradictoria que el personaje no resulta ser lo que habitualmente se conoce de él".

-¿Cómo fue el proceso de investigación histórica?

-Santa Anna hasta los 24 años es un prócer insuperable en la historia de México, el benemérito de nuestro país, a esa edad. A los 25 años, por sus malos hábitos el juego, el desorden, las mujeres... es hecho preso por los estadunidenses y lo transportan desde Texas a Washington en una jaula móvil; lo exhiben por todos los estados como la imagen misma de lo que son los mexicanos.

-Los mexicanos que rozan los treinta pertenecen a una generación a la que se mostró la figura de Santa Anna como un vende patrias y un traidor. ¿Se puede cambiar la historia con una película?

-Existe la triste historia de la pérdida de la mitad de México a manos de los ejércitos estadunidenses y la venta por 10 millones de pesos de Texas, pero buscando en el fondo aún no se sabe si ese dinero lo cobró, no hay manera de demostrarlo; puede ser, a la manera mexicana, haberlo recibido y repartirlo de otra forma, pero no hay que perder de vista que él es el inventor de lo que en México llamamos la chaquetería; a partir de él la política mexicana tiene un nuevo diccionario y un nuevo catecismo de comportamiento político, pero todo eso no deja de ser un personaje contrario a la imagen que se le ha tratado de dar.

"Santa Anna no estaba sólo, para usurpar el poder y conservarlo. Contaba con apoyo y estaba relacionado con las clases dominantes; la Iglesia católica, los terratenientes, la monarquía, se acercaron a él y lo convencieron de aceptar. No es sólo el dictador, es todo un grupo de personas que estaban a su alrededor y de acuerdo con él".

-¿No cree que es parcial la visión que muestra de Santa Anna?

-Indiscutiblemente, porque no puedes abarcar la figura de la dictadura y la usurpación más que con una actitud parcial. La tragedia con los dictadores de este continente es que tienen la respuesta para todo, imponen su criterio con el apoyo de la gente pudiente. Mi visión indefectiblemente es parcial, pero la no libre circulación de las ideas (la dictadura) es la antítesis de la democracia. Los dictadores tienen respuesta para todo. Y él las tenía, estaba convencido de eso hasta el último día de su vida.