MIERCOLES Ť 14 Ť MARZO Ť 2001

Ť La legendaria actriz ofreció disculpas vía telefónica

María Félix no pudo asistir a su homenaje en Guadalajara

MONICA MATEOS-VEGA ENVIADA

Guadalajara, JAL., 13 de marzo. La proyección de la película Enamorada se interrumpió cuando apenas había transcurrido media hora. Inconfundible, la voz de María Félix se escuchó lejana, agotada, a través de un teléfono celular: ''No tengo la salud suficiente... siento en el alma no haber estado con ustedes este día, los amo". Así se disculpó La Doña por no haber asistido al homenaje que le organizaron en el Teatro Degollado los responsables de la versión 16 de la Muestra de Cine Mexicano de Guadalajara.

Ayer por la mañana ya se sabía que la actriz no vendría a la perla tapatía, pero sí que habría un enlace telefónico ''en vivo". No obstante, apenas una 400 personas acudieron a la cita, en su mayoría adultos para los que María es y será ''la única, la eterna''.

''Ella nació como un relámpago...''
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El enlace se anunció para las 19 horas, pero 40 minutos después de lo indicado se detectaron fallas técnicas y se dijo que la comunicación con la actriz era imposible. El ''homenaje" comenzó sin ella, con la breve participación del actor Plutarco Haza, quien fungió como maestro de ceremonias y recordó las palabras con las que Octavio Paz describió a María Félix: ''Ella nació como un relámpago que desgarra las sombras".

Luego, una sorpresa: un corto publicitario, filmado por María para promocionar el jabón Camay que, según lo dicho ahí por La Doña, es su secreto para mantener la belleza de su cutis.

Casi a las 20 horas inició la proyección de Enamorada, cinta filmada en 1946 y dirigida por Emilio Indio Fernández.

Se informó que se trataba de una copia en nitrato de plata que el gobierno de Dinamarca le obsequió a la Filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México, es decir, una pieza de colección cuya exhibición recrea la concepción original de sus autores (tamaño de la pantalla, calidad de la imagen).

En ese momento, muchos abandonaron la sala. Sólo se quedaron los nostálgicos, los eternos enamorados de esos ojos ''alternativamente serenos y tempestuosos que atraen y fulminan" (palabras de Paz).

La voz de la diva

Sus admiradores de hueso colorado se sintieron recompensados cuando se suspendió por cinco minutos la función de cine para escuchar a su heroína: ''¿Ya estoy en el enlace para el público o todavía no?". El director de la muestra, Guillermo Vaidovits, apareció en el escenario con celular en la mano, por fin sonriendo. Y dejó hablar a La Doña acerca de Guadalajara, la ciudad donde vivió antes de ser la diva María Félix.

''Ahí hice mi primera comunión y mi escuela, mi adolescencia, mi matrimonio, mi hijo, mis amigos... ¿Es que de verdad me están escuchando?, ¿hay público que me escucha?". Los asistentes tronaron en aplausos y La Doña continuó.

''Viví a espaldas del Teatro Degollado, en una calle que se llamaba Coronilla, en esa casa me caí de la azotea de un segundo piso, pasaba un tranvía por ahí. Luego viví en una casa muy bonita en López Cotilla 570... Tengo tantos recuerdos, creo que todas mis raíces están ahí y quién sabe, si no hubiera estado tanto tiempo en Guadalajara quizá no hubiera podido hacer todo lo que he hecho en mi vida.

''Me da una gran pena, pero no tengo la salud suficiente como para haber ido personalmente. Les digo hasta muy pronto con mucho amor, porque seguramente iré a Guadalajara en breve."

Más aplausos despidieron la comunicación telefónica con María Félix, quien apareció de nuevo en la pantalla como todo mundo la quiere, la recuerda y la recordará: bella, eterna.