MIERCOLES Ť 14 Ť MARZO Ť 2001

Ť Atribuidos a fuerzas de seguridad del Estado, 93 por ciento de los crímenes

Torturó y asesinó el ejército a niños mayas guatemaltecos, acusa Unicef

Ť Práctica sistemática, la persecución étnica entre 1960 y 1999, afirma el organismo de la ONU

Ť Uno de cada cinco afectados por la represión oficial durante la guerra civil era menor de 18 años

DPA, AFP Y AP

Berlin, 13 de marzo. La persecución, el asesinato y la tortura fueron práctica "sistemática" del ejército guatemalteco en contra de los menores de edad durante la guerra interna en el país centroamericano, entre 1960 y 1996, de acuerdo con un informe dado a conocer este martes por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
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Durante la presentación del es-tudio hizo acto de presencia la ganadora del Premio Nobel de la Paz 1992, Rigoberta Menchú Tum, quien anunció haber fincado este día un recurso judicial en Madrid contra un fallo adverso de la Audiencia Nacional para revocarlo y conseguir que los crímenes cometidos en su país durante más de 30 años sean juzgados en España.

Con ese recurso los abogados de Menchú Tum buscan anular la decisión de la Audiencia Nacional de archivar las investigaciones sobre las graves violaciones contra los derechos humanos en Guatemala, que el 13 de diciembre rechazó la competencia de la justicia española en este caso de represión colectiva.

El análisis del Unicef señala que uno de cada cinco afectados por violaciones contra los derechos humanos durante el conflicto armado guatemalteco era me-nor de 18 años y representó 18 por ciento, por lo que el organismo internacional y Menchú Tum reclamaron esclarecer en forma "completa" todos los crímenes cometidos contra niños durante esos años en Guatemala.

Noventa y tres por ciento de los crímenes fueron atribuidos a las fuerzas de seguridad del Estado, 4 por ciento a la guerrilla y el 3 restante no pudo ser aclarado.

Pero estos crímenes solamente se acercaron en comparación con lo ocurrido durante la guerra ci-vil en El Salvador, donde fueron víctimas de la represión gubernamental 16 por ciento de menores de 16 años.

Política de tierra arrasada

En Guatemala la mayoría de los niños fueron víctimas de la llamada política de tierra arrasada, emprendida sobre todo entre los años 1980 y 1983, cuando la ma-yor parte de ellos fueron cruelmente mutilados por quemaduras, cortados a golpes de machete, arrojados contra las paredes o asesinados a golpes de piedra, asienta el informe.

Es decir, gran parte de estas masacres ocurrieron durante el periodo del régimen militar de facto del general Efraín Ríos Montt (1982-1983), uno de los principales exponentes de la llamada guerra de tierra arrasada y actual presidente del Congreso, quien recién en días pasados fue despojado de su fuero parlamentario por presunta falsificación de una ley hacendaria.

Si bien --agrega el texto del Unicef-- pocos menores fueron fusilados, 14 por ciento de ellos fueron víctimas de torturas, cuyo método solía utilizar el Estado guatemalteco sistemáticamente como forma de amedrentamiento de las familias, las comunidades y las organizaciones civiles, pues sólo en algunos casos se hacía para obtener información.

Se destaca también que esta represión contra los menores tuvo un carácter "racista y discriminatorio", ya que "los niños mayas fueron convertidos conscientemente en blanco del terror" de los organismos represivos del Estado guatemalteco.

A menudo hubo secuestros de niños mayas por los militares para entregarlos a otras familias, y actualmente ese grupo de in-fantes está en calidad de "desaparecidos" porque fueron registrados bajo nuevos nombres.

De hecho, los niños mayas en las zonas de conflicto se vieron obligados a ocultar durante años su identidad cultural, como fórmula para evitar ser perseguidos o asesinados por los militares.

Por lo tanto, tenían que hablar español y renunciaban a lucir su vestimenta tradicional, e incluso muchos perdieron sus raíces culturales por completo.

La mujer, "arma sistemática"

El organismo internacional dio cuenta de que los militares del país centroamericano utilizaron asimismo la violación de mujeres como "arma sistemática" de represión, y apunta que "más de la tercera parte de las víctimas fueron niñas menores de 18 años, y de éstas un tercio no ha-bía cumplido los 11 años.

El informe, en cuya presentación estuvo el secretario general del organismo, Dietrich Garlichs, resalta que las secuelas de la guerra contra los niños siguen vigentes en Guatemala y se traducen en depresiones y psicosis, y no se descarta que el floreciente tráfico de niños guatemaltecos tenga su origen en la guerra civil.

El clima de violencia parece que aún no se ha sido superado, como se demuestra en el hecho de que la principal causa de muerte entre adolescentes guatemaltecos sea hoy en día el asesinato y el homicidio, concluye el documento del Unicef.

El secretario general de la Or-ganización de Estados Americanos, César Gaviria, instó por su parte a Guatemala a "hacer un alto en el camino" para fortalecer la democracia, aunque descartó que ese país haya estado cerca de un golpe de Estado como se ru-moró en días pasados.

Mientras, una turba en Alta Verapaz linchó al juez Paz Hugo Martínez por absolver a dos su-puestos violadores entregados a la policía de la localidad


Destrucción de la infancia

Las claves del informe que presentó el Unicef sobre "la destrucción de la infancia" durante la guerra civil en Guatemala son las siguientes:

Violencia contra niños: Dieciocho por ciento de las violaciones a los derechos humanos como la tortura, el asesinato, la violación y la "desaparición" afectan a niños.

Masacres: La mayoría de los niños fueron asesinados en el marco de la política de "tierra quemada", de 1980 a 1983. Veinte por ciento fueron menores y 88.3 por ciento de las víctimas fueron mayas.

Tortura: Catorce por ciento de las víctimas de la tortura fueron menores. El Estado utilizó la tortura de manera sistemática para amedrentar a las familias y a las comunidades.

Violaciones: Las fuerzas ar-madas utilizaron la violación sistemáticamente como arma de represión. El 88.7 por ciento de las víctimas fueron mayas. Dos tercios fueron mujeres menores de 17 años; la tercera parte de éstas no habían cumplido los 11 años.

Resistencia: Hubo niños y menores que no fueron víctimas pasivas de la guerra. También hubo menores que fueron asesinados, torturados y secuestrados por haberse opuesto abiertamente a la represión, de forma individual o en organizaciones de la Iglesia o escolares. (DPA)