MIÉRCOLES Ť 14 Ť MARZO Ť 2001

Ť El fin del conflicto debe llevar una mejor realidad para los indígenas, plantean

Prelados católicos piden a insurgentes y legisladores que se escuchen sin prejuicios y con buena voluntad

JOSE ANTONIO ROMAN

A escucharse sin prejuicios, con respeto y buena voluntad llamaron ayer varios arzobispos y obispos del país a los legisladores y a los representantes zapatistas, a fin de que aparezca definitivamente una luz que indique al pueblo de México no sólo el fin del conflicto en Chiapas, sino el inicio de una nueva y mejor realidad para los pueblos indios.

Por separado, el arzobispo de Hermosillo, Ulises Macías, y los obispos de las diócesis de Tijuana, Rafael Romo Muñoz, y de Chilapa-Chilpancingo, Efrén Ramos Salazar, calificaron de "muy positivo" y "esperanzador" el arribo de los zapatistas al DF y las condiciones propicias que generó el gobierno del presidente Vicente Fox para la caravana indígena.

Ahora, señalaron, le toca al Congreso de la Unión dar una respuesta positiva a estos esfuerzos realizados por ambas partes y actuar con absoluta responsabilidad y tolerancia, viendo siempre el bien del país por encima de los intereses particulares.

Aun cuando reconocieron que entre el EZLN y el gobierno federal no se ha dado un diálogo como muchos mexicanos quisiéramos, existen mensajes que uno y otro entienden. Lo bueno, dijeron, es que aquí se han dado diferentes formas de dialogar, aunque no sea de la manera tradicional.

El obispo de la diócesis de Tijuana, Rafael Romo Muñoz, confió en que con la llegada del EZLN a la capital del país, los rebeldes y el gobierno cedan en sus condiciones y reinicien el diálogo de paz por el bien del país, de Chiapas, y de los pueblos indígenas.

Vía telefónica, el prelado calificó de "símbolo de esperanza" el que los integrantes zapatistas hayan salido de Chiapas para reunirse con los legisladores e intentar nuevamente la vía del diálogo y la razón. Expresó su confianza de que los legisladores asuman su papel de representantes del pueblo, más allá de intereses partidistas.

A más de siete años del conflicto chiapaneco, consideró que es hora de que se pongan las cartas sobre la mesa, a fin de que de una vez por todas se sienten las bases que permitan continuar el diálogo y se mejoren las condiciones tan precarias, de pobreza y marginación, en las que ancestralmente han vivido los indígenas.

Efrén Ramos, de la diócesis guerrerense de Chilapa-Chilpancingo, agregó que ahora la mirada de los mexicanos está puesta en el diálogo que deberá realizarse en el Congreso y del cual resultará la aprobación de la ya famosa iniciativa sobre derechos y cultura indígenas.

Sin embargo, al recordar la posición formal del Episcopado, indicó que una vez que los legisladores escuchen a los zapatistas y a todos los grupos interesados, y después de la deliberación y el debate, el EZLN también está llamado a reconocer la ley que de ella resulte.

En tanto, en una posición más dura, el arzobispo de Hermosillo, José Ulises Macías, consideró que si bien la caravana zapatista ha servido para abrir nuevos caminos de diálogo, los representantes de este movimiento podrían también dialogar con el rostro descubierto, en clara señal de que no tienen nada que ocultar, aunque sostuvo que esto tampoco debe ser un obstáculo que impida el diálogo con los legisladores y avanzar en la tarea de buscar la paz.

Manifestó, por último, que espera que con esta acción tanto el gobierno federal como los zapatistas y los legisladores se sienten a dialogar, toda vez que existe disposición de todos los mexicanos de que esto termine por la vía del diálogo y la negociación, para bien del país.