Se concibe el arte como algo separado de la vida

Lorena Wolffer: Ni el feminismo ni los partidos tienen idea del papel político del arte

-- El arte en México, cada vez más apolítico
-- Se hace arte de lo bonito, de la ocurrencia
-- La idea de triunfo es exponer en Nueva York

Entrevista de Ximena Bedregal

XB:Tú eres una artista joven dedicada al performance y al arte público ¿Tiene algo que ver el que seas feminista con la elección de estas expresiones?

LW: En lo personal el performance es la forma más directa de articular planteamientos feministas sobre lo que para mí es el cuerpo, y hacer críticas de su representación. El que yo sea sujeto y objeto de mi discurso artístico tiene todo que ver con mi postura como mujer porque hago de mi cuerpo mi herramienta, es a él a quien cuestiono, transformo, volteo; con el que creo nuevos simbolismos e interactúo en un dialogo con el publico. Eso para mí no tiene comparación con otras formas artísticas.
Sin embargo, México es un lugar donde es difícil hacer performance, hay una gran carencia de espacios y grupos; las tendencias se reducen a las de Gabriel Orozco, que es el arte apolítico, de lo bonito, el arte de la ocurrencia. Mis performances cada vez requieren mayor producción porque he ido jugando cada vez más con la idea del espectáculo. Frente a esto necesitaba salirme de los espacios ya hechos y consagrados para la presentación del arte y no caer en esto de hacer arte sobre el arte que se hizo acerca del arte. El arte público, por ejemplo mis espectaculares sobre el Palacio de Hierro, además de permitirme experimentar en algo diferente, me permite trabajar para un publico menos especializado y sacar el trabajo de ese espacio artístico tan ensimismado

XB: Entre las artistas jóvenes, tú eres de las muy pocas que se define como feminista y que realiza su trabajo creativo desde esa mirada. ¿Por qué hay tan pocas artistas jóvenes que se definan feministas?

LW: En general hay una gran apoliticidad en el arte mexicano. Se concibe al arte como un algo totalmente separado de la vida; el arte vive una suerte de dislocación con el contexto del que proviene, se lo ve como un fenómeno que sucede en una burbuja y que no se relaciona con el mundo de allá afuera.
Por otra parte hay una forma de autocolonización; el sueño de todo artista mexicano es hacerla en Nueva York. Hacerla aquí les resulta intrascendente. Si expones en Nueva York entonces sí se considera que te fue bien. Ese es el parámetro para decir quién es bueno y quién no. Para hacerla afuera no puedes hacer un rollo contextual, por lo tanto no puedo hacer un rollo político.
Finalmente, ni aquí ni en ninguna parte el arte político forma parte del mainstreem, entonces si tu objetivo es formar parte de ese mainstreem de reconocidos tienes que dejar de lado todo arte influido por la realidad del contexto, todo arte de contenido político.

XB: Pero se dice que el feminismo ha permeado a la sociedad ¿Entonces por qué hay tan pocas jovenes artistas feministas?

LW: Cuando en San Francisco una chavita adolescente, punketa, con aros por todos lados me dice "yo no soy feminista, odio al feminismo, no funcionó y yo me quiero casar por la iglesia", yo veo, al menos, una cierta congruencia, porque creció recibiendo los aspectos fallidos del feminismo, por ejemplo , ella sabe que legislar el respeto -que fue lo que hicieron en gringolandia- no fue, ni es para nada la solución; entonces en ella me parece como más lógico, pero que en México te digan no soy feminista, se aterren de esa palabra cuyos contenidos ni conocen, es algo muy extraño que lo atribuyo a lo que yo llamo efecto reflejo: lo que pasa en el norte pretendemos como si hubiera pasado aquí y hasta sufrimos las consecuencias.
Por otro lado, en México el movimiento feminista, por lo menos lo que yo conozco, está totalmente separado del arte, no ha habido una comprensión de que el arte puede ser una estrategia y que puede ser aprovechado tanto para promover o defender posturas como para cambiar la representación de lo femenino en el imaginario. En Estados Unidos, por ejemplo, las artistas fueron parte fundamental e influyente del feminismo, sería impensable el impacto de la lucha por el aborto sin las imágenes de Barbara Kruger, o en otro aspecto, la trascendencia de las Guerrilla Guirls con sus carteles de denuncia estadística sobre la discriminación de las mujeres en el mundo del arte y de los museos.

XB: ¿Por qué crees que al feminismo le interese tan poco el arte?

LW: No tengo ni idea, aunque esto no sólo pasa en el feminismo; en la política en general no hay una concepción del arte, no hay una traducción de sus ideologías al plano artístico, la política de arte del PRD es casi priista.

XB: ¿Cómo es tu relación personal y como artista con el feminismo?

LW: Te pongo un ejemplo: cuando Rosario Robles sacó la propuesta de ampliar las causales de aborto, yo estaba en Nueva York y recibí un papelito con la noticia. En un entusiasmo absoluto, mandé un correo electrónico diciendo lo que hacía y proponiendo que hiciéramos carteles y demás. Me citaron a una junta; acabé en una reunión en la oficina de un señor diputado del PRD con una bola de feministas de entre 40 y 55 con un léxico de feminismo trasnochado, por lo dramático; con un discurso de ¡compañeras acá y compañeras allá! pasaban unos panfletitos con un diseño super setentero y nada funcionaba, absolutamente nada. Me quedé esperando a la mujer con la que iba a hablar y después de un buen rato de estar mirando lo que ahí pasaba me dije ¡la neta que no!, dudo mucho que exista un punto de encuentro. Mi peor pesadilla de lo que puede ser un feminismo con el que no estoy de acuerdo estaba ahí toditito frente a mi. Me fui.
Otro acercamiento ha sido Marta Lamas, con ella yo sí he platicado muy chido y con ella si hay, por lo menos, un buen diálogo. Sin embargo también sentí que la banda de Marta me veia como estrellita, no sé. A finales de cuenta no me he identificado con ningún grupo feminista.

XB: Como jóven artista y feminista, ¿te sientes sola?
LW: Si, me siento sola y no solo como artista feminista sino en general; en los planteamientos de mi trabajo no encuentro muchas personas con quienes dialogar, colegas pues.

XB: ¿Sobre qué quisieras dialogar?

LW: Yo quiero poder dialogar, reflexionar, lo que imaginamos como artistas y mujeres, nuestros proyectos, su significado. Ahora que estoy trabajando sobre la representación en la publicidad veo cosas increíbles y quiero poder platicar lo que eso significa, lo que implica el uso de la sexualidad en la publicidad a grados patéticos. Yo quiero platicar lo que te están diciendo cuando te venden papel higiénico con la frase de "a la mujer se la conquista con un buen rollo" y no solo en el plano artístico sino en lo que significa en la realidad que finalmente para mí son lo mismo. Pero no, no hay mucha gente con quien platicar ni feministas ni artistas.
Yo quiero platicar sabiendo ahora lo que ha sido el feminismo, sus pros, sus contras, el papel que queremos tener en la vida como mujeres, lo que se quiere y lo que no se quiere ser, y eso ya casi no se puede hablar con nadie. En este contexto mexicano parece que ya no hay nada que discutir. Porque los gringos ya lo discutieron parece que todo se agotó, pero yo no creo eso y sí lo quiero discutir.

XB: ¿Qué está pasando con los apoyos, los financiamientos?

LW: Aquí no tenemos el sistema de becas privadas de otros países que te permiten elegir la que más se adecue a tu trabajo. La empresa privada no tiene una percepción de ser parte de la creación artística y cultural. Los apoyos son del gobierno, no son fáciles y te la hacen más difícil según sus miradas políticas.
Por ejemplo para mi trabajo sobre los espectaculares, me dio una beca el FONCA, me hicieron firmar un convenio donde me comprometía a que su logo aparecería en la obra. A las dos semanas me habla José Luis Martínez para decirme que por favor no ponga el logo porque puede ser problemático para la relación del FONCA y el Palacio de Hierro. Nunca me dijo cual era esa relación pero me hicieron firmar cartas donde decía que si me demandaban solo yo era responsable. Ese tipo de deslinde del contenido de los proyectos, por supuesto que desincentiva cualquier producción que tenga algún grado de compromiso social y político.
Yo quise echarle la culpa a los estilos del PRI, pero no fue muy diferente con el Gobierno del DF. Les pedí los espacios; Clara Husidman me apoyó y me mando con un diseñador del GDF al que le di mis diseños en CD, llegué luego para concretar cosas y el idiota le había cambiado los slogans al trabajo porque, dijo, "estaban muy fuertes". Le parecía excesivamente fuerte ese espectacular donde hay un tipo arrimándosele a una chava en el metro, discutí con él y pasó a decirme que le preocupaba que la gente pudiera llegar a pensar que mi campaña, teniendo apoyos del DF, fuera una campaña de promoción de Rosario Robles. Como vez, en esta materia, ahí nos vamos de todos lados y así se va marcando un arte apolítico.

Lorena Wolffer: 29 años, artista de performance y arte público, fue directora de X-Teresa a los 21 años, su performance más conocido es "Si ella es México, quién la golpeó" y el 2000, presentó en las calles del DF los espectaculares "Soy totalmente de Hierro".