La PFP, inocencia en entredicho
Tras la brutal agresión que sufrieron los jóvenes globalifóbicos que se manifestaban en Cancún? sede de la reunión regional del Foro Económico Mundial?, el presidenteVicente Fox exculpó a la Policía Federal Preventiva y reprobó el "exceso policiaco". Sin embargo, la reconstrucción de los hechos y los testimonios muestran que, al menos, la PFP abrió el caminoy protegió la salida de los agresores
Naomi ADELSON
Cancún, QR. En plena temporada alta
este centro turístico recibió una visita especial: cerca
de 500 globalifóbicos llegaron para protestar en contra del
encuentro regional del Foro Económico Mundial, espacio en el cual
los jefes de las grandes empresas se reúnen con secretarios y jefes
de Estado para definir políticas económicas. En este caso
se vieron para conocer las oportunidades que ofrece la administración
de Vicente Fox para aumentar sus inversiones y ganancias en México.
Cuando llegaron los globalifóbicos, la
ciudad ya estaba sitiada. Habían llegado más de mil 500 elementos
de la Policía Federal Preventiva (PFP), cientos de agentes del Estado
Mayor Presidencial, de Seguridad Pública estatal y municipal, y
100 efectivos del Ejército y la Armada de México.
Elementos del Ejército y del Estado Mayor Presidencial se apostaron alrededor del Hotel Westin-Regina, sede del encuentro, ubicado en el kilómetro 20 de la zona hotelera. La PFP instaló tres retenes, y se colocaron grupos de 50 elementos en intervalos de 50 metros a lo largo de la zona. La Marina tuvo la tarea de vigilar la laguna Nichupté en lanchas, pues la zona hotelera tiene la forma de un semicírculo, con la laguna al lado oeste, y el mar al norte, este y sur.
Se colocaron militares en la selva alrededor del hotel en un radio de un kilómetro. También tomaron la playa, y extremaron precauciones en los hoteles cercanos. Un Hummer fue usado para trasladar a los altos mandos y perros adiestrados peinaron la zona en busca de explosivos.
Todo, para un grupo de 500 jóvenes procedentes de diferentes partes de la República, principalmente del Distrito Federal.
Cancún fue el lugar perfecto para llevar a cabo la reunión. Es después de todo un microcosmos (o megacosmos) de la globalización, y es donde los neoliberales han tenido uno de sus más grandes éxitos. La ciudad logra captar casi la mitad del turismo que visita el país y 36% de las divisas generadas anualmente por este sector.
A la vez, el lado oscuro de la globalización está perfectamente escondido aquí. "Aprovecharon la naturaleza con el mar de un lado y la laguna al otro. Entonces, no hay un espacio físico para los pobres. Existe la ciudad de un lado donde viven los que trabajan en los grandes hoteles, al otro los que disfrutan la prosperidad económica de este destino turístico. Hay una especie de apartheid", dice Gustavo Codas, de la Central Unica de Trabajadores de Brasil.
La Alianza Social Continental, el Colectivo F26 y la Coordinadora Estatal Cancún organizaron un Foro Social Alternativo para "promover alternativas al actual modelo de desarrollo" y seguir fomentando "la protesta con propuestas". Arrancaron el foro el día 26 con una visita al "otro Cancún": el de los trabajadores, donde 60% de los pobladores no están conectados a la red de drenaje, pocos tienen servicios básicos como luz y agua entubada, y donde el suicidio es un suceso común. Las calles de las "supermanzanas" marginadas son polvosas, blancas y un riesgo para cualquier desconocido.
*El comienzo
La noche anterior al inicio del foro, a un lado del Parque de las Palapas, en el centro de la ciudad, los temidos globalifóbicos instalan sus casas de campaña, bolsas de dormir, cocinas improvisadas y algunas codiciadas hamacas, ante la mirada asombrada de los transeúntes locales. La policía municipal circula en patrullas y hay un número sorprendente de agentes encubiertos.
Ya muy noche arrancan las asambleas para planear las acciones
y surgen las preguntas: ¿Podrían parar el foro? ¿Podrían
manifestarse? ¿Cómo lo harían, y cuándo? Ya
se notaba que no iba a ser fácil. Sus fuerzas ya estaban divididas
al llegar, entre otras cosas porque gran parte de los globalifóbicos
estaban regados por la República saludando la marcha zapatista.
Desde su arribo ya habían sufrido atropellos a
sus derechos. Un autobús del Colectivo F26 fue detenido por una
valla de la PFP en el kilómetro 221 de la carretera Mérida-Cancún.
Santiago Chávez, del F26, informa del saldo de esa detención:
"Nos robaron un chaleco, 15 latas de comida, 300 pesos, una playera, una
máscara antigás, seis latas de atún, un chaleco salvavidas,
un visor, un snorkel, tres antifaces, 20 folletos del EZLN, un compresor
de aire eléctrico, dos pares de botas, un casco de futbol, cuatro
pares de llantas, dos botes de pintura, brochas, dos walkman, un
tocacintas, un casete de video, un rollo de película y una pistola
de agua... calibre tres chorritos".
?¿Llevaban explosivos, como dicen las autoridades?
?Es cierto ?dice Chávez?, teníamos diesel, que es muy explosivo, pero todo estaba guardado en el tanque del camión".
En la detención de dos autobuses de Desobediencia Civil en la entrada a Cancún, el jefe municipal de Seguridad Pública, Rubén Villegas, daba órdenes al otro lado de la banqueta. Villegas ?también comisionado por la PFP y enviado de la ciudad de México hace sólo unos meses? pronto se convertiría en una pieza clave del operativo anti-globalifóbico.
* * *
El día 26, el Foro Económico Mundial abre sin mayores problemas. Aproximadamente 200 globalifóbicos asisten al Foro Alternativo Social, parte de un "compromiso de desarrollar una serie de acciones a lo largo de este año en contra de las exposiciones más importantes de la globalización ?las multilaterales y el Foro Económico de Davos? que consideramos un centro de elaboración de la ideología neoliberal", según Codas.
"Por la marcha zapatista, no había condiciones para organizar otro Seattle", dice Alberto Arroyo, de la Red Mexicana de Acción Frente al Libre Comercio. Aquí "estamos estableciendo puentes y relaciones con sectores que están solamente en la etapa de protesta e informando la línea de oposición", agrega.
Mientras tanto, aproximadamente 100 jóvenes deciden marchar hacia la zona hotelera. Salen a la calle Tulum, y empiezan a aparecer elementos de Seguridad Pública municipal.
"Demos un saludo amoroso a las fuerzas de opresión", gritan varios. Villegas informa a los manifestantes que "pueden pasar a la zona hotelera si van en forma pacífica". Luego, la policía intenta detener la marcha brevemente en la primera glorieta, ya en la zona, sin éxito. "No venimos a turistear, venimos a protestar", es la consigna. Empiezan a entrar a la zona pero poco más adelante se topan con una valla impresionante: en el carril derecho los policías municipales antimotines, a la izquierda, los elementos de la PFP. Villegas aparece de nuevo y asegura que les va a permitir el paso mientras no bloqueen la circulación. "Tienen que ir por la ciclopista", dice.
Pero la ciclopista ?a la izquierda? está bloqueada por la PFP. Los manifestantes llaman a un mitin y llegan a un acuerdo rapidísimo: "Para no tener broncas y poder regresar mañana, nos retiramos".
*Burlando el cerco
En varios momentos del día 26 falla por completo
la vigilancia de la zona hotelera. Gracias a una operación hormiga,
el Westin-Regina tiene visitantes no deseados. Cinco miembros del CGH lograron
entrar, se identifican ante la prensa y pegan algunos volantes.
"Yo llegué al segundo piso. Pude haber jalado un alarma de incendios, o puesto una bomba... La seguridad para ellos es en realidad el racismo. A un moreno con tatuajes y pelo azul, lo agarran. Pero yo siendo güero y alto, me dejan pasar hasta la cocina", comenta Chávez.
En la tarde, por invitación de El Barzón sección Cancún, representantes de los grupos van en cuatro coches hasta el Westin-Regina. Los escogidos son los "presentables", que fácilmente pudieron cruzar los tres retenes sin atraer la atención.
Dos miembros de Desobediencia Civil llevan sus "tutas" (overoles como los usados por los globalifóbicos Monos Blancos de Italia) y una manta. Al llegar al hotel, bajan los seis invitados, junto con cerca de 10 miembros de El Barzón. "Allí, ya nos pusimos la tuta por completo y nos colocamos nuestros paliacates rojos. El Barzón sacó sus mantas, nosotros las nuestras, y logramos permanecer allí aproximadamente 40 minutos", dice un miembro de Desobediencia Civil.
Mientras daban entrevistas a la prensa internacional hizo su aparición la policía. Los globalifóbicos tuvieron que dejar los autos y subir a un autobús para eludirla.
*El juicio final
Día 27, el último del foro. Los 500 globalifóbicos se levantan a empacar sus cosas, ponerlas a salvo y prepararse para otro intento de llegar al Westin-Regina. Pintan mantas, amarran sus cámaras, se ponen sus protecciones y ajustan detalles. Deciden también mandar cerca de 30 personas, en grupos de cinco, para manifestarse frente al hotel en la playa.
Estos grupos llegan a la última playa pública ?Delfines?, a dos kilómetros del hotel, y ahí se sientan a afinar sus planes.
De repente, carretera arriba, aparecen varios camiones de la PFP. Aproximadamente 150 elementos llegan a la playa a informar a los jóvenes que no pueden estar ahí. "Sí podemos ?responden?. Esta es una zona federal y tenemos el derecho al libre tránsito".
"No, los vamos a llevar", dicen, y rápidamente colocan cercas para bloquear el paso hacia el hotel.
Los manifestantes se meten al mar y fácilmente pasan la valla, gracias a que los de la PFP no quieren mojarse. "Zapata vive, la lucha sigue", gritan los manifestantes y siguen adelante. Dos lanchas de la Marina vigilan desde las aguas azules.
Después de una larga caminata, llegan a una segunda
valla, esta vez de Fuerzas Especiales de la Policía Estatal y miembros
del Estado Mayor Presidencial.
Los manifestantes empiezan a meterse al agua, y los del
Estado Mayor extienden la valla humana dentro del mar. El agua les llega
hasta los hombros a los militares totalmente vestidos.
Uno de los manifestantes toca uno de los escudos electrificados. El "toque" lo hace saltar hacia atrás.
Un par de elementos del EMP pasan la valla, agarran dos bolsas de los manifestantes y se echan a correr. Estos los persiguen, recogen sus cosas y les quitan un gafete: Número 093, Seguridad del Foro Económico Mundial.
Parece que va a ser una fiesta. Gritan consignas, tocan tambores, algunos bailan desnudos y varios turistas se acercan a ver qué pasa.
Llegan tres lanchas más de la Marina y una de guardacostas. La más pequeña se voltea al acercarse a la playa, por el oleaje. Los manifestantes sueltan carcajadas y la tensión se quiebra por un instante.
La protesta sigue mientras un elemento policiaco no deja de amenazar detrás de la valla con su pistola de gas lacrimógeno.
Tres helicópteros llegan al hotel. En el cuarto, que arriba a las 14:30, viaja el presidente Vicente Fox. La protesta se anima.
A las 16 horas, convencidos de que han cumplido su objetivo, los manifestantes emprenden el regreso a Playa Delfines. Al llegar, 150 agentes de la PFP rodean a los 31 manifestantes. Pero son elementos de la Policía Antimotines municipal los que ejecutan las detenciones. Los manifestantes se agarran unos a los otros, levantan sus brazos, gritan que son pacíficos y que no traen armas.
Los policías logran separar algunos y los llevan en peso hasta los camiones. A una chava tendida en la arena le tuercen el brazo. Ella grita que no quiere ir y que deben tratarla bien pues podría "ser su hermana".
Los demás jóvenes, sin soltarse, logran sentarse en la playa. El supervisor de la Policía Municipal dice: "Ya esperamos demasiado tiempo, ahora los llevamos a la fuerza". Y todos son llevados a los camiones.
A esas horas, el foro ha terminado.
* * *
Los detenidos de la playa no saben nada de sus compañeros de la marcha en la zona hotelera.
Las cosas suceden así: la marcha llega al primer retén a las 13:30, a 200 metros de kilómetro 0 de la zona hotelera. Ahí los aguardan 800 elementos policiacos: la Policía Municipal en la primera fila, luego la estatal, y detrás la PFP.
De un lado van los del CGH. Del otro, los demás con sus protecciones y llantas. Una pequeña comisión es enviada a negociar. La policía responde que no los va a dejar pasar, y que deben retirarse.
Integrantes de Desobediencia Civil, F26 y estudiantes de la UNAM, la UAM y la ENAH regresan unos metros.
Los del CGH llenan el espacio y dicen que pasarán a fuerzas.
"Gritaron consignas, rayaron los escudos, pero no pasó a mayores", reconstruye un integrante de Desobediencia Civil.
Todos se acercan hasta la valla policiaca y se sientan en plantón. Varias horas más tarde convienen en que han cumplido su objetivo y comienzan a retirarse.
De repente, un extremo de la valla se abre y "comienzan a avanzar los elementos de la PFP". Es entonces cuando las policías municipal y estatal comienzan a repartir golpes con sus toletes.
"Detienen a la primera valla de llantas y queda un chavo tendido, inconsciente. Los otros heridos los llevan atrás de la valla y los tienden en el suelo", dice uno de los manifestantes.
Siempre según algunos testigos, es Villegas quien da la orden, cerca de las 16:30, y alienta todo el tiempo a sus subordinados: "Somos piedras, somos más fuertes, somos superiores". Villegas mismo se lanza sobre un reportero del diario local Por Esto! y está siempre justo detrás de las tres líneas defensoras.
Varios reporteros también son golpeados.
A Jorge Villarreal, de Alianza Continental Social, le parten su casco en dos, chorrea sangre, vomita y grita antes de caer al suelo. A otro miembro de Desobediencia Civil le siguen pegando cuando está ya en posición fetal en el suelo. Su espalda queda marcada y cortada por los golpes.
En el caos, todos corren en un intento de salvarse mientras los policías lanzan gas lacrimógeno y bombas de humo. El saldo oficial es de 67 detenidos y 15 heridos. Varios más tienen fracturas, cortes en la cabeza y golpes pero temen ser detenidos si acuden a pedir atención médica.
* * *
Después de la represión, los manifestantes se reagrupan en el parque. Quieren saber quiénes faltan y conocer el destino de los apresados.
Después de dos horas, se sabe que están en la sede de Seguridad Pública Municipal acusados de "faltas a la moral". Aunque nunca les levantan cargos los tienen incomunicados y sin comida.
Jorge Villarreal y Radoni Martínez, los que resultaron con heridas mayores, son dados de alta del hospital y enviados al Distrito Federal en avión, con boletos pagados por el municipio.
Es curioso. En Cancún esta es la época de Spring break, cuando cientos de jóvenes estadunidenses se caen de borrachos y algunos se desnudan en plena calle, además de armar grandes alborotos. Claro, como ellos son turistas, para las autoridades locales pueden hacer lo que les venga en gana.
* * *
Alrededor de las tres de la mañana del día 28, todos los detenidos son liberados. Poco a poco llegan al parque. La noche transcurre bajo la vigilancia de agentes encubiertos y la policía municipal.
La presidenta municipal, Magaly Achach, rápidamente se deslinda de los hechos y culpa a la PFP, además de asegurar falsamente que los manifestantes tenían tubos explosivos y palos con ganchos.
En la ciudad de México, el presidente Vicente Fox la culpa a ella, lamenta "los excesos de la policía" y sale en defensa de la PFP.
En todo caso, la alcaldesa priísta admite que su jefe de policía, Rubén Villegas, es investigado y que si es encontrado culpable será relevado. La Secretaría de Seguridad Pública federal informa a los medios locales que la PFP no estuvo involucrada en la golpiza.
¿La Federal Preventiva es inocente? Puede ser que no haya participado directamente en la golpiza. Pero no sólo facilitó las acciones de las policías estatal y municipal, sino que les abrió paso para que se lanzaran contra la manifestación pacífica y encubrió la huida de los ejecutores del operativo.
Exculpar a la PFP equivale a declarar inocente a quien apunta un arma y culpar solamente a quien jala el gatillo. ¿Se trató de una estrategia represiva deliberada de utilizar a las fuerzas municipales y estatales para que la imagen federal no saliera manchada?
En todo caso, la enseñanza de Cancún es que a nadie debe sorprender que haya globalifóbicos en México y que ahora tengan una nueva fobia (es decir, "una apasionada aversión"), contra el atropello de los derechos humanos y la Constitución, contra el uso excesivo de fuerza de las policías del "nuevo México".*
LA VARA DE MAGALY
Si
se encomienda al santo de su devoción ?San Judas Tadeo, patrón
de las causas difíciles?, Magaly Achach, alcaldesa de Cancún,
puede salir bien librada.
"Sólo disculpo a la Policía Federal, que no participó en esos hechos, pero que sí lo hizo la Policía Municipal", dijo el presidente Vicente Fox, el pasado miércoles 28 de febrero, un día después de que las fuerzas públicas cargaron contra centenares de jóvenes globalifóbicos en Cancún.
Falso, según la presidenta municipal priísta. Para ella, fueron los muchachos quienes "azuzaron y provocaron a la policía municipal y a los del Estado Mayor Presidencial".
Y como no tiene dudas, la noche del pasado miércoles pagó (con dinero del ayuntamiento, naturalmente) un programa de la televisión local donde se presentaron Rubén Villegas, director de Seguridad Pública Municipal ?señalado como uno de los principales responsables de la agresión?, y el director de Tránsito, Eleazar Martínez.
Villegas fue más lejos que su jefa, pues en el programa televisivo aseguró que los jóvenes globalifóbicos arrojaron piedras a los granaderos y que la sangre que les escurría no era sino pintura roja.
En todo caso, la alcaldesa y el gobernador Joaquín Hendricks se hermanan en una versión. Se trató de "una respuesta compartida", dijo la alcaldesa. Fue un "desbordamiento de pasiones" que "se está investigando", añadió el gobernador Hendricks. Aunque también adelantó: "Los tres niveles de gobierno somos culpables".
Versiones de testigos recogidas por La Jornada indican que quienes golpearon más fuerte e hicieron las detenciones fueron elementos del Grupo de Acción Preventiva (GAP) del gobierno estatal.
Que el rey viva tranquilo
La presidenta municipal se colocó junto al altar y arrancó con la primera lectura, del Libro de Samuel: "En aquellos días el rey vivía tranquilo en su palacio, después de que el Señor lo había dejado descansar de los ataques de todos los enemigos que tenía alrededor...". Al otro lado de la calle, aquel 13 de agosto de 2000, le gritaban: "¡Arbitraria!, ¡manipuladora!, ¡ratera!, ¡ignorante!".
El ayuntamiento y la Iglesia católica se habían unido para realizar una procesión desde el templo de Nuestra Señora de Guadalupe hasta el predio donde pretendían edificar la catedral de Cancún, pese a la oposición de muchos vecinos que lo consideran uno de los pocos espacios selváticos que le quedan a la ciudad (la obra, por cierto, está en proceso).
Devota organizadora de las fiestas de Nuestra Señora del Carmen y ex invasora de terrenos, la alcaldesa Magaly Achach siguió con el pasaje bíblico en medio de los gritos. Sus palabras sonaron a advertencia a los defensores del predio conocido como "Ombligo Verde": "Seré padre. Será hijo... Si se porta mal lo castigaré con la vara con que se castiga a los hombres".
A fines de agosto de 2000, en otra misa dominical, un hombre moreno, chaparro, de cabellos al rape, lanzaba gritos mientras remarcaba con un plumón algunas letras en un garrote que portaba: "la vara", decía la leyenda. "Sí, con la vara que midan serán medidos", amenazaba al tiempo que veía a los vecinos opositores con mirada retadora.
Poco después se marchaba en medio de un grupo de otros 15 hombres, todos de paisano y con cabello corto. "Son los policías de Magaly", decían algunos vecinos.
* * *
En épocas de campañas electorales, relataba Rogelio Márquez, líder local del PAN, Magaly Achach formaba "grupos de choque" gracias a su control de las "bandas juveniles" de la zona miserable de Cancún. Esos grupos se dedicaban, entre otras cosas, a hostigar a los candidatos opositores que se atrevían a poner un pie en "sus" colonias. "Ahora los hizo policías", decía Márquez.
"No era mi candidata"
Adversaria de Mario Villanueva ?quien alguna ocasión mandó encarcelar a su marido, José Chel Ayuso, por repartir propaganda en su contra?, Magaly Achach comparte con el ahora prófugo ex gobernador la devoción por San Judas Tadeo. Y algo le debe.
En febrero de 2000, desde su escondite, Villanueva contó que en las pasadas elecciones locales él se comprometió a garantizar el triunfo del actual gobernador, Joaquín Hendricks, y de Magaly Achach. Pero luego la Secretaría de Gobernación de Diódoro Carrasco no le cumplió: "Hicimos un compromiso, yo cumplí mi parte, yo hice que ganaran los candidatos del partido, los que ellos quisieron, yo les di el dinero, les hice la campaña, tenía el control del estado, tengo papeles para probarlo. Cuando lo de la gorda, lo de Magaly, yo me metí para sacar todo, limpio, sin quejas, aunque no era mi candidata".
Magaly ganó en apretada y cuestionada elección al PRD. Y desde entonces estrechó sus relaciones con su paisano el gobernador Víctor Cervera Pacheco: "Estableció su propia estructura electoral con el apoyo de operadores de Cervera", dice el panista Rogelio Márquez.
En este nuevo episodio, según los panistas cancunenses, Achach "actuó como peón de Víctor Cervera para desestabilizar al gobierno de Vicente Fox".
Los negocios de Magaly
Magaly Achach se consolidó como líder de colonos al amparo del gobernador Pedro Joaquín Coldwell.
Yucateca, hija de un carnicero, de niña Magaly Achach repartía leche montada en una bicicleta. "Ella es del pueblo y palpita con el pueblo", dice uno de sus defensores, el legionario de Cristo Rafael Ruiz.
La mitad de los terrenos urbanos de Cancún, calculan sus detractores, fueron resultado de invasiones encabezadas por Magaly Achach y su Frente Unico de Colonos (FUC), y avaladas por el Instituto de la Vivienda de Quintana Roo (Inviqroo), organismo que en la práctica no hace sino repartir terrenos o, más exactamente, regularizar las invasiones promovidas por líderes ligados al PRI.
De lideresa de colonos Magaly saltó a regidora, luego a diputada local y federal y más tarde a presidenta municipal.
Líderes panistas y perredistas de Cancún narran que al llegar a la alcaldía Achach dobló el número de directores y elevó los sueldos de los funcionarios. "Por ejemplo, el puesto de secretario del ayuntamiento pasa de 23 mil a 60 mil pesos mensuales".
El panista Rogelio Márquez dice que Magaly controla colonias y también el comercio ambulante en la codiciada zona hotelera. "Cobran hasta 5 mil dólares por una carreta que vende artesanías y objetos de oro".
Otros de sus negocios son, según la misma fuente, la ampliación de horarios de bares y centros nocturnos, así como la detención de personas con cualquier pretexto. "Al que cae le cobran 300 pesos por salir".
Para mantener estas fuentes de ingreso, dice Márquez,
la alcaldesa cuenta con una "policía muy agresiva", que no sirve
para combatir a la delincuencia.
El perfil y la experiencia
Inserción pagada del ayuntamiento de Cancún, 24 de noviembre de 2000:
"En el marco de la trigésimo octava sesión ordinaria del cabildo del ayuntamiento de Benito Juárez, se llevó a cabo el nombramiento del ciudadano Rubén Villegas Sánchez como director de Seguridad Pública, en sustitución del capitán Pablo Lucio Quiroga Ríos, quien tomó la dirección de la dependencia policiaca a partir del 1o. de diciembre de 1999.
"Dados el perfil y la experiencia en el ramo de la administración pública demostrada en los cargos desempeñados con anterioridad en diversas dependencias afines al área de Seguridad Pública, Rubén Villegas rindió protesta, comprometiéndose a conservar y proteger la integridad física de los benitojuarenses y su patrimonio, así como a mantener el orden público".
La averiguación previa 285/200 por los hechos del pasado martes se abrió en contra de Rubén Villegas, director de Seguridad Pública Municipal, Pablo Lucio Quiroga, subdirector de Seguridad Pública Estatal, y Francisco Arellano, coordinador de la PFP.
* * *
Magaly Achach ha ofrecido renunciar si se comprueba la responsabilidad de la Policía Municipal.
La mayoría del cabildo de Benito Juárez ha decidido separar de su cargo a Rubén Villegas Sánchez, de la Dirección de Seguridad Pública, mientras concluyen las averiguaciones.
Villegas insiste en que Francisco Arellano Noblecía, de la PFP, dio la orden.
San Judas Tadeo tiene trabajo.
(Arturo Cano)