Ť "¡Así nos sacó la PFP, y así se van, cabrones!", les gritaron, encabezados por El Mosh
Miembros del CGH desnudaron y detuvieron a 32 profesores y funcionarios de Ciencias Políticas
Ť Más que el frío, "dolió la humillación": Gilberto Silva, de la División de Estudios Profesionales
KARINA AVILES Y ANGELICA ENCISO
Más allá del frío que alcanzaba a los 32 cuerpos semidesnudos de profesores, funcionarios y personal de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPS) y que el meteorológico ubicaba en menos dos grados centígrados --a la una de la mañana--, lo que dolía era la humillación. Gilberto Silva, jefe de la División de Estudios Profesionales, relata la "tortura sicológica" y "el secuestro" que sufrieron por tres horas y media a manos de "unos 100" miembros del CGH encabezados por Alejandro Echevarría, El Mosh, y Jorge Martínez Valero.
Los
integrantes del CGH "salieron del auditorio Che Guevara" y llegaron
a la facultad antes de la una de la mañana. "Entraron con varillas
y palos y lanzaron una porra de huelga". Entonces, al dirigirse a la dirección
--en donde estaba la treintena de universitarios-- "intentaron derribar
la puerta. Nos preocupó y los invitamos a dialogar. Pero ellos comenzaron
a mentarnos la madre, a darnos puñetazos en las costillas y sopapos
en la nuca", cuenta.
A "empellones", fueron sacados de la oficina en fila india y conducidos al patio central. Rodeados por el centenar de activistas, vino la orden: "quítense chamarras, zapatos y pantalones". Todos, excepto las tres mujeres del grupo, debieron hacerlo, asegura.
En "camisa y calzones" los obligaron a sentarse en el suelo. De la "1.15 a las 2.15" de la mañana permanecieron así, cabeza agachada y piernas cruzadas, inmóviles. "Al estilo Mexe", se ufanarían después jóvenes que relataron su acción a algunos reporteros.
Frente a ellos, los activistas "hicieron una asamblea en la que se peleaban entre sí porque Alejandro Echevarría rompió un acuerdo del manejo del tiempo --adelantándose 10 minutos-- y llamó por su cuenta a los reporteros de televisión, diciéndoles que les tenía una sorpresita. Entre ellos mismos estuvieron a punto de liarse a golpes". Entre tanto, el hostigamiento verbal y moral no cesaba: "¡Esto es para que ustedes sientan lo que nosotros sentimos hace un año!". Los minutos corrían, y como "ya venían los periodistas", tuvieron que regresarles la ropa, lo cual "hizo enojar a Martínez Valero", afirma Silva.
Una
vez frente a las cámaras de televisión les dijeron "que nos
filmaran --ya con la ropa puesta-- y atendieran
a la lectura de su comunicado". Asumiéndose "como la PFP", los obligaron
de nuevo a hacer fila india con la mano izquierda en la nuca y la otra
en el hombro del compañero de enfrente para salir de la facultad
por el estacionamiento y escoltarlos hasta Insurgentes, a la altura de
la Biblioteca Nacional, añade.
Una fuente confiable indicó que antes de que los académicos salieran de la facultad, algunos activistas propusieron llevarlos a Insurgentes "de patito". La fuente también afirmó que a la hora en que los 32 universitarios se encontraban a punto de llegar a la avenida, les dijeron: "¡Así nos sacó la PFP, y así se van ustedes cabrones!, ¡Para que aprendan, cabrones, lo que nos sucedió y nosotros no amenazamos con violarlos!". Y al dejarlos libres, les gritaron: "Ora sí, a correr, ya acabó la lección".
Gilberto Silva, quien, al igual que el resto del personal de la facultad, se encuentra "muy adolorido, emocionalmente golpeado", expresó que esa acción "nos obliga a tener una reflexión muy serena, porque fue humillante, violenta y agresiva".
Afirmó que los profesores estaban a esas horas de la mañana en la facultad porque el fin de semana y el lunes --día en que llegaron al plantel, a las "cinco de la tarde"--"estuvimos revisando planes de estudio y discutiendo estrategias sobre la ampliación o no del semestre".
El secretario administrativo de Ciencias Políticas, Alejandro Chanona, afirmó al respecto: "un conjunto de académicos decidió pernoctar en la facultad --para amanecer martes-- con el ánimo de disuadir" a los activistas del paro de labores. Dijo que lo sucedido fue "gravísimo, porque hubo un hostigamiento sicológico y moral muy sensible".
En entrevista televisiva, José Luis Hoyo, secretario del Personal Académico, quien mostró cómo quedaron sus pantalones después de que se los cortaron hasta las rodillas porque "no se los podían quitar", afirmó lo siguiente: "Alejandro Echevarría se abalanzó sobre mí, y otro muchacho muy fornido, al que le dicen El cisticerco, creo, me tomó por atrás, y ya solo me quitó el cinturón y me jaló el pantalón, y claro, como éste no salía, pidió una navaja , y estos son mis trofeos --mostró dos pedazos de la mezclilla--de lo que quedó de mis valencianas".
Pese a las evidencias, en conferencia de prensa, El Mosh dijo: "No hubo violencia, no se les bajó los pantalones ni se los corté a nadie". Y todavía añadió: "aquí, el punto crítico es que estas autoridades se prestan a revolverse con porros y a esconderse en las coladeras de la facultad"; sin embargo, las cámaras de televisión mostraron a un estudiante que aceptó haber participado en todo lo narrado.