ENTREVISTA
Restablecer la disciplina, reto del PRI
El coordinador de la fracción parlamentaria del tricolor en el Senado dice que para su partido lo más negativo en estos momentos es la discusión en torno a grupos internos, porque atenta contra la unidad partidaria. Señaló que el desafío de los legisladores y de todos los priístas es diseñar una forma de autogobierno y asumir la responsabilidad de tomar decisiones, pues ya no cuentan con una referencia superior, "con la figura presidencial, como el árbitro de mayor jerarquía", y porque tienen que consolidarse como oposición seria ante los 14 procesos electorales programados para este año
ANDREA BECERRIL /II Y ULTIMA
Para el PRI lo más negativo en estos momentos es la discusión en torno a grupos internos, porque atenta contra la unidad partidaria, advirtió el coordinador de la fracción parlamentaria del tricolor en el Senado, Enrique Jackson Ramírez. Dijo que por ello, el reto de los legisladores y de todos los priístas es diseñar una forma de autogobierno y asumir la responsabilidad de tomar decisiones, porque ya no cuentan con una referencia superior, "con la figura presidencial como el árbitro de mayor jerarquía".
El también presidente de la Mesa Directiva de ese
órgano legislativo, sostuvo que ese es el asunto de fondo, porque
"antes en buena medida se cumplían instrucciones y había
un Presidente de la República con quién acordarlas. Ahora
no, y los priístas tenemos que ser capaces de lograr acuerdos frente
a nosotros mismos y ser leales con el PRI, más allá de las
personas", agregó.
Aclaró que no forma parte de ninguno de los grupos
formados al interior del PRI que luchan por la dirección del partido
y rechazó que los senadores estén inmersos en esa pelea.
"Hay que ser muy cuidadosos para evitar fractura en el seno de la fracción".
Precisó que el tema "de relevancia en el PRI no es la renovación de mandos, el cambio de directiva, sino la nueva propuesta política que el partido requiere para enfrentar los próximos procesos electorales y para consolidarse como oposición seria, que es alternativa de gobierno".
Expuso que para su partido lo prioritario ahora es cómo va a fijar su posición sobre los temas de interés nacional, y "cómo tiende puentes de entendimiento con los electores para recuperar su confianza, cómo reinicia el diálogo político con aquellos sectores de los que estamos alejados y que en buena medida explica parte de los votos que nos faltaron para el 2 de julio".
Insistió: "Lo prioritario es trabajar por proyectos incluyentes que permitan la participación de todos los cuadros, y también es prioritario que podamos incorporar programas y acciones que nos permitan consolidarnos como una oposición seria que es alternativa de gobierno, y no como una oposición cerrada, dedicada siempre al no".
"Visión simplista"
Su propuesta personal, detalló, es que el PRI debe consolidar una directiva nacional, que sea la encargada de conducir los 14 procesos electorales que se habrán de llevar a cabo este año y que además sea la encargada de conducir los trabajos para llegar a la Asamblea Nacional del partido, junto con una comisión creada ex profeso para ese fin.
-¿Quién conduciría ese proceso, la actual directiva que encabeza Dulce María Sauri o una transitoria?
-Puede ser la actual dirección o una nueva; es un asunto que habrá que resolver en el seno del Consejo Político Nacional y por acuerdo de los priístas que tenemos tareas y responsabilidades en diferentes ámbitos. Pero, insisto: el centro hoy de los conflictos que debe resolver el PRI no es el de su directiva, reducirlo a ello, es una visión simplista.
Interrogado acerca del papel que la bancada priísta en el Senado tendrá en ese proceso, respondió que esperaría que como grupo político, los senadores llegaran al Consejo Político con una posición como fracción parlamentaria, lo que tampoco inhibe que haya posiciones personales.
Recalcó que lo esencial es entender que nadie puede arrogarse el papel de representar al PRI, pues ese partido es mucho más que la directiva y los órganos que lo constituyen.
Hizo notar que una experiencia que los priístas no han vivido es el papel que deben jugar las instancias partidarias. "En ello radica parte de las dificultades que hemos tenido; no estábamos acostumbrados a ello".
Precisó que tampoco están en el PRI en busca de un iluminado ni de un caudillo. "Lo que debemos es ser capaces de coordinarnos, trabajar en un mismo sentido, hacer nuestras tareas y respetar y respaldar a nuestra presidencia, porque requerimos que cuente con el apoyo, el respaldo, la lealtad y colaboración de todos los priístas".
Sostuvo que pese a que dentro de la fracción parlamentaria se encuentran la actual líder del PRI, Dulce María Sauri, e integrantes del llamado Grupo de los Tres, como Humberto Roque y Manuel Bartlett, no están enfrascados en la discusión de quién debe ser el presidente del tricolor.
"Ese no es un tema que estemos discutiendo y mucho menos que nos divida como senadores; tenemos que ser muy cuidadosos para evitar una fractura al seno de la fracción parlamentaria".
Rechazó que forme parte del grupo del ex candidato presidencial Francisco Labastida. "No creo en la calificación de los priístas por grupos, hay corrientes, orígenes distintos, pero me parece que a partir de los últimos meses a nadie se le puede etiquetar".
-¿Forma parte de algún grupo?
-No. Yo no soy faccioso.
-¿Hay riesgo para el partido de continuar con esta dinámica de grupos?
-Es un riesgo natural, ante la falta de una referencia superior a la que estábamos acostumbrados en la cultura nuestra de tener al Presidente como árbitro de la mayor jerarquía.
No acepta entrar a la discusión de los grupos, ya que es lo más negativo que puede haber. "Que hay una disputa por el poder, la hay, es legítimo, entendible y hasta deseable, pero lo importante es rescatar la voluntad de las mayorías, respetarlas y restablecer la disciplina en el PRI".
Un partido sin disciplina, remarcó, no tiene futuro.