MIERCOLES Ť 10 Ť ENERO Ť 2001

Ť La acción desmiente las reiteradas versiones oficiales sobre desmilitarización

Al menos 20 retenes castrenses han vuelto a instalarse en la zona de conflicto chiapaneca

Ť Se han reforzado con tropa y trincheras los ubicados en Roberto Barrios y La Garrucha

Ť Pobladores de municipios autónomos denuncian acciones de hostigamiento en su contra
 

HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO

San Cristóbal de las Casas, Chis, 9 de enero. A pesar de las reiteradas y muy difundidas versiones gubernamentales sobre el retiro de retenes militares de la zona de conflicto, en los municipios de Ocosingo, Palenque y Las Margaritas se han vuelto a instalar por lo menos 20 de ellos. Además, se han reforzado con tropa y trincheras Roberto Barrios y La Garrucha, dos de las siete posiciones militares cuyo desmantelamiento puso el EZLN como condición para dialogar con el gobierno de Vicente Fox.

Mientras se anuncia para mañana (de hecho comenzó hoy) el retiro del cuartel de Cuxuljá, este enero se ha recrudecido el hostigamiento contra los municipios autónomos por parte de la Seguridad Pública y los soldados. Dos simpatizantes zapatistas fueron secuestrados por la policía el pasado día 7 por la mañana, en Nuevo Altamirano, municipio Tierra y Libertad, y aún no se conoce su paradero. En tanto, el municipio autónomo Primero de Enero denunció que el día 3 un grupo de soldados vestidos de civil amenazó a los pobladores de Jawaltón, después envenenó las aguas de un río y sembró semillas de mariguana en un cafetal.

En Roberto Barrios, donde se encuentra uno de los Aguascalientes, las amenazas de los paramilitares se han incrementado. Por las noches se oyen tiros provenientes del cuartel militar y del otro lado del río; a veces las balas se dirigen hacia la comunidad zapatista, y por lo menos en una ocasión desde la oscuridad se ha disparado contra el campamento civil. En Palenque y Ocosingo funcionan numerosos puestos de revisión del Ejército federal, entre los que se cuentan Chancalá, Chocoljá, Roberto Barrios, Cintalapa, Tuliljá, Frontera Lacantún, Palestina, Playas de Catazajá y Palenque. Por el lado de Las Margaritas operan los retenes de Amparo Aguatinta, Maravilla Tenejapa y, de manera inconstante, Villaflores. Algunas de estas posiciones han reforzado sus trincheras y alambradas, se dice que temiendo episodios como Jolnachoj, donde una airada marcha de bases de apoyo zapatistas precedió al retiro de ese campamento, al comenzar el año. Las fuentes castrenses han negado esta versión, y en cambio han difundido que mil 500 soldados dejaron Chiapas; en realidad no han abandonado la zona de conflicto, simplemente se concentraron en San Quintín, Copalar, San Andrés y Rancho Nuevo.

La primera posición liberada por el Ejército desde el cambio de gobierno, Amador Hernández, fue desmantelada por pobladores de la comunidad. Las edificaciones fueron demolidas, lo mismo que la cancha de cemento y los cobertizos de madera y lámina. El terreno donde durante un año y cuatro meses estuvo una base de operaciones de las fuerzas armadas ha vuelto a convertirse en simple tierra.

Recalentamiento

Poniendo en aprietos las versiones de la Presidencia y la Sedena sobre la distensión, en lo que va de 2001 se ve, sí, un reacomodo de las tropas y a la vez un inexplicable recalentamiento de la presión sobre los indígenas por parte de la fuerza pública. En ese sentido apuntan lo mismo la creciente tensión en la zona norte (sobre todo Tila y Salto de Agua, donde a los cuerpos policiacos se suman los paramilitares de Paz y Justicia), que el regreso del retén en Amparo Aguatinta, sólo que ahora con la participación del Ejército federal, y además la Policía Judicial Federal y la Seguridad Pública.

Precisamente a este destacamento de la policía estatal en Amparo Aguatinta acusan los campesinos de Nuevo Altamirano por la desaparición de Vicente López Vázquez, de 25 años, y Elmer López García, de 14, el día de ayer. El reforzamiento de los cuarteles en el río Euseba, La Garrucha, Patihuitz, La Sultana y la Cañada de las Tazas, la semana pasada, dejan la impresión de una escalada sorda.

Hoy se ha difundido la versión de que en pocas horas se desalojará al menos otra posición militar en la zona de conflicto (lo cual recibirá, obviamente, gran difusión mediática). Esto, en lo que las aguas de Jawalton son envenenadas con Asuntol, desparasitante para el ganado, debido a lo cual la semana pasada murieron muchos peces y cangrejos, refieren las autoridades autónomas de Primero de Enero, a la vez que notifican que ordenaron ''destruir y quemar las semillas de mariguana encontradas y patrullar'' sus territorios para evitar nuevas ''expediciones'' de presuntos militares en sus campos, ríos y caminos.

Pareciera el baile de los cangrejos, con un paso adelante y dos para atrás.