LETRA S
Enero 4 de 2001 
 
Reflexiones sobre la transmisión materno-infantil del VIH
ls-recienacido
CARMEN SOLER, MARIA DEL CARMEN BASUALDO Y PATRICIA ALCANTARA

 

La transmisión materno-infantil del VIH se relaciona directamente con el número de mujeres infectadas por el virus (15 por ciento del total, aproximadamente), lo cual no debe extrañarnos si recordamos que el grupo entre 20 a 40 años es el más afectado por la epidemia. Varios estudios realizados en países desarrollados indican que las mujeres seropositivas se embarazan por lo menos una vez durante sus años de infección.

La posibilidad de que un bebé nazca infectado depende de varios factores. Antes de la existencia de los medicamentos antirretrovirales, tres de cada diez niños y niñas en promedio nacían con la infección y algunos más se infectaban durante la lactancia materna. Desde 1996 se descubrió que la administración de AZT a la mujer durante el embarazo y el parto, y al recién nacido por unas semanas, y sustituyendo la leche materna, disminuía el número de pequeños nacidos infectados a uno de cada diez. Actualmente en Estados Unidos y Europa son pocos los pequeños que nacen con el virus, y esto gracias a los diversos esquemas de trtamiento utilizados.

Los programas de prevención de ese tipo de transmisión (de la madre al bebé) han tenido mucho éxito en aquellos países donde existe disponibilidad de realizarse un diagnóstico voluntario y confidencial, y por lo tanto la mayor parte de la población afectada conoce su estado de infección. ¿Cuántas gentes infectadas en nuestro país saben siquiera que lo están?

 

Más vale prevenir....

En el año que recién termina se incrementó el número de solicitudes de diagnóstico confirmatorio en infantes nacidos de madres seropositivas al VIH en la Unidad de Investigación en Retrovirus Humanos de la UNAM/SSA. Esa Unidad mantiene un programa especial de diagnóstico para niños y niñas menores de 18 meses nacidos de madres seropositivas.

A lo largo del año 2000 hemos recibido una primera muestra de 169 pequeños para determinar su estado de infección. El promedio de edad de los niños y niñas diagnosticados es de nueve meses. Las muestras provienen de 52 instituciones de salud de 22 estados de la República y de instituciones de atención federal. Para poder asegurar que un pequeño no se encuentra infectado es necesario evaluar más de una muestra, lo cual hace que en muchos casos todavía no exista un diagnóstico confirmado; sin embargo, y aún con esta salvedad que podría incrementar el número, tenemos 32 bebés diagnosticados definitivamente como infectados. O sea que por lo menos dos de cada diez pequeños nacidos de madres VIH positivas se siguen infectando en México.

Si analizamos de dónde provienen las muestras, encontramos información que las autoridades de Salud deben considerar cuidadosamente con el fin de mejorar los programas teóricamente implementados para disminuir la transmisión madre-hijo del VIH en nuestro país.

En las instituciones federales de salud, los rangos de infección actuales van desde cero hasta dos de cada tres niños. Esto no es una casualidad. Los programas integrales, implementados adecuadamente, representan hoy una disminución considerable del número de infecciones. Encontramos así, por ejemplo, que de los 44 niños y niñas nacidos de mujeres con VIH atendidas en el Instituto Nacional de Perinatología, ninguno está infectado, mientras que de los 28 pequeños que nacieron de mujeres atendidas en distintas instituciones del Seguro Social, seis se encuentran infectados con el VIH, y peor aún, que de 19 pequeños nacidos de madres seropositivas en hospitales federales pediátricos como el Hospital Infantil de México o el Instituto Nacional de Pediatría, ocho se encuentran infectados. El análisis en los distintos estados de la república también muestra diferencias importantes de riesgo de infección, donde los rangos van de ningún pequeño infectado hasta el 100 por ciento.

 

Sistemas de diagnóstico confiables

Otro indicador importante del funcionamiento de las instituciones que atienden a esta población infantil es el número de muestras de seguimiento que se reciben de cada niño. En algunos centros existen programas bien establecidos de seguimiento de los casos infantiles que permiten asegurar a los padres con certeza si su pequeño se encuentra o no infectado; en otros, sólo se envía una muestra del infante y no se corrobora el diagnóstico posteriormente, encontrándonos así que en muchas ocasiones se diagnostica la infección perinatal de un niño a los dos o tres años de edad.

Es imperativo el establecimiento de programas de prevención materno-infantil del VIH. Dado que su efectividad ha sido demostrada, podemos evitar así que nuestros niños y niñas nazcan infectados. Para ello necesitamos implementar sistemas de diagnóstico de infección por VIH de acceso universal, voluntario, confidencial y gratuito, que además incluyan consejería para orientar a las usuarias. El análisis que deberían hacer las autoridades es equivalente al que se realizó cuando se establecieron programas de control de la infección del VIH por donaciones sanguíneas.

¿Cuál sería el número de casos por transmisión sanguínea actualmente si no se hubiera implementado esa medida en los años ochenta?

¿Estaremos en unos años atendiendo a miles de niños y niñas afectados por el virus por no haberlo hecho a tiempo?

Unidad de Investigación en Retrovirus Humanos UNAM/Ssa.