DOMINGO 24 DE DICIEMBRE DE 2000




Turismo en Quintana Roo: visiones encontradas

El Mundo Maya sin mayas

El Banco Interamericano de Desarrollo prepara un nuevo proyecto para el área.
Nada de turismo de lujo, con hoteles inaccesibles para el viajero nacional, ni alejado de la cultura local. Esta vez el proyecto estipula que la Organización Mundo Maya debe diseñar planes de inversión que "promuevan la participación activa de las comunidades indígenas y locales tanto en la planeación como en el manejo del programa". Pero los proyectos eco-turísticos que beneficien a los pobladores no son comunes en el estado y los problemas por el "desarrollo desordenado en el corredor Cancún-Tulum" reconocido por el ex director de Fonatur Alfredo del Mazo ya comenzaron a verse. Los ejidatarios tienen motivos para desconfiar


Naomi ADELSON

Chacchoben, Quintana Roo. Hace unos meses, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aprobó un donativo de 1.6 millones de dólares para la Organización Mundo Maya (OMM), fundada en 1990 por los secretarios de turismo de las naciones de la región para vender la zona como un bloque turístico.

Pero el donativo no es para un proyecto de desarrollo per se. Proporciona fondos a la OMM para diseñar planes de inversión para el turismo sustentable en los 500 mil kilómetros cuadrados de Belice, El Salvador, Guatemala, Honduras y los estados mexicanos de Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán, en lo que era el imperio maya. Después de dos años, los planes de inversión serán presentados al mismo BID y la comunidad internacional para financiamiento. Así, lo que se diseña ahora tendrá ramificaciones después: el dinero será público, vendrá como un préstamo a la República Mexicana.

*mayas-exposicion-3-jpeg En el Mundo Maya, el BID -a través de la OMM- busca crear planes de desarrollo muy distintos a lo que ha sido la tradición: ya no será el turismo de lujo, con hoteles tan caros que el viajero nacional no puede entrar, ni alejado de la cultura local. Esta vez, el turismo en el Mundo Maya debe incluir a los mayas, y beneficiarlos directamente.

"Para nosotros, el desarrollo es un concepto integral -dijo Enrique Iglesias, presidente del BID, al firmar los documentos del donativo-. Cuando hablamos de la preservación de cultura, no sólo consideramos aspectos éticos, sino que consideramos a la cultura como una fuente de actividad económica".

Sin embargo, el desarrollo del Mundo Maya mexicano nunca ha sido tan integral. Proyectos eco-turísticos que benefician a la población no son comunes en Quintana Roo, "la joya del turismo nacional", según Carlos Aranda Ortega, subsecretario de la Secretaría de Desarrollo Turístico (Sedtur) estatal.

Es en el norte de Quintana Roo -en la llamada Riviera Maya, que se extiende 120 kilómetros desde Cancún a Tulum- donde se ha invertido más para "el desarrollo" del Mundo Maya. El norte del estado concentra 18.4% de los visitantes que llegan al país, y 15.8% de la oferta de cuartos en el Caribe, según el Fondo Nacional de Turismo (Fonatur). Además, genera 40% del total nacional de divisas turísticas, cerca de 3 mil millones de dólares al año.

Sin embargo, hoy en día hasta las autoridades admiten que impera el caos en la zona. Hay un "desarrollo desordenado en el corredor Cancún-Tulum", dijo el ex director de Fonatur, Alfredo del Mazo González, en su gira de despedida. La población de la Riviera Maya crece a una tasa de 6.9% anualmente, la cifra más alta de todo el país. Cancún y Playa del Carmen han crecido tanto que se ven como ciudades fronterizas: polvorientas de la constante construcción, llenas de asentamientos irregulares, víctimas de una pésima dotación de servicios públicos, y con un medio ambiente bastante dañado.

La migración hacia el norte del estado es tan marcada que Fonatur planea construir tres nuevas ciudades: Nuevo Puerto Morelos, Nuevo Tulum y Aventuras Akumal. Además, va a instalar un tren suburbano de Tizimín a Tulum. Mientras tanto, intentará poner un tope de 245 mil habitantes al crecimiento de Playa del Carmen, puesto que se ha convertido en una de las ciudades de más alto crecimiento en el mundo.

"Ya no promovemos la Riviera Maya en las ferias internacionales", dice Armando Alvarez, director de Planeación y Desarrollo en la Sedtur. "Sencillamente, no es necesario". Pero no es el éxito de la Riviera Maya lo que hizo que las autoridades dejaran de promoverla. Es el lío.

*ƑMayas en el Mundo Maya?

"Hasta ahora, el pueblo maya ha sido excluido de los esfuerzos de explotar su cultura", dice el BID en el resumen del Proyecto de desarrollo sustentable en el Mundo Maya. Por lo tanto, el proyecto debe diseñar planes de inversión que "contribuirán a la preservación del ambiente y la cultura, mientras que se asegure la participación de las comunidades mayas y locales". Se debe apoyar turismo sustentable "que proporcione empleo e ingresos para mejorar las condiciones de vida de los habitantes locales", continúa el documento.

A la vez, el desarrollo debe ser a pequeña escala. Cada país -con el apoyo técnico y la aprobación de la Secretaría Técnica de la OMM- "preparará un plan de inversión para proyectos eco-arqueológicos con el desarrollo mínimo para contribuir a la consolidación de circuitos en la región maya entera", dice Andrés Navia, gerente del proyecto en la OMM.

"Es una idea totalmente distinta al turismo masivo -según Alvarez-. Debe involucrar a pequeñas y medianas empresas".

En noviembre, México, a través de la Sedtur de Quintana Roo, se acercó a la OMM con su plan de turismo sustentable en el sur del estado, "la zona más privilegiada tanto por la riqueza de vestigios prehispánicos y monumentos coloniales como por sus habitantes que conservan antiguos usos y costumbres".

Claro, también es la parte más marginada y olvidada del estado. En las últimas dos décadas del desarrollo turístico de Quintana Roo, el sur ha jugado el papel de proporcionar mano de obra al norte. Hoy en día, se calcula que más de 120 mil personas de la etnia maya han migrado a la Riviera Maya. Eso ha creado enormes retos sociales para la Riviera, y ha dejado la zona maya -en el centro-sur del estado- en el abandono total. El Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) informa que las familias allí tienen un ingreso anual promedio de seis mil pesos, mientras que 68% de los hogares de la región sólo tienen un cuarto.

El estado busca abrir las ruinas del ejido Chacchoben -una alusión al maíz colorado en lengua maya- en el corazón de la zona maya. El sitio fue habitado en el periodo preclásico tardío (200 a.C. hasta el 700 d.C.), para luego ser abandonado. En el periodo posclásico tardío fue nuevamente poblado, y se supone que estaba vinculado con alguna capital regional del área del Petén, por el estilo arquitectónico de sus construcciones.

El ejido incluye las comunidades de Chacchoben y Lázaro Cárdenas, con 850 y 500 habitantes, respectivamente. Como la mayoría de las comunidades del sur de Quintana Roo, se encuentran en condiciones precarias y "un gran número de jóvenes han emigrado a otros sitios en busca de trabajo, la mayoría hacia la Riviera Maya", dice la propuesta de la Sedtur a la OMM.

Además, la propuesta habla del desarrollo de microempresas como restaurantes y tiendas de artesanías, senderos interpretativos en la selva, recorridos a caballo, un circuito para bicicletas, y la reconstrucción de un campamento chiclero.

Con el proyecto, "los pobladores del ejido pudieran diversificar su economía involucrándose en proyectos productivos", recalca el documento. Además, el ejido puede "desarrollar productos turísticos" en sus 6 mil 500 hectáreas de reserva forestal, y 200 hectáreas de unidad de manejo y aprovechamiento sustentable de la vida silvestre (en proceso de registro ante el Instituto Nacional de Ecología), señala.

"Ya con la reforma del artículo 27, los ejidos pueden crear negocios con el sector privado. Eso podría ser la cosa que detone el desarrollo en el sur, la asociación de capital privado con capital ejidal", dice Aranda.

Y Chacchoben ofrece algo más: su ubicación es clave para crear un circuito turístico "Hay dos razones fundamentales por las cuales queremos desarrollar a Chacchoben. Primero, por su valor histórico como sitio arqueológico, y segundo, por su ubicación cerca de Majahual. Esto lo hace viable para recibir muchos visitantes", dice Aranda.

Se encuentra a unos kilómetros de la carretera Cancún-Chetumal, y del entronque que va a la Costa Maya por Majahual. En Majahual -actualmente un pequeño pueblo pesquero- se está construyendo un muelle para cruceros que comenzará operaciones a fines de diciembre. Autoridades estatales esperan traer a los pasajeros de los cruceros a las ruinas de Chacchoben, a sólo una hora de distancia.

Así, el plan embona perfectamente con los requisitos del BID: involucraría a la comunidad, se restauraría un sitio arqueológico, es de pequeña escala, no dañaría al ambiente, y completaría un circuito turístico desde Cancún hasta Chetumal y Belice.

*Piedras sobre el pavimento

Hasta allí, todo marchaba bien. México había presentado un proyecto eco-turístico sustentable con la participación de las comunidades locales. Sin embargo, no había terminado de negociar un acuerdo sobre el uso de las tierras ejidales: el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el ejido pronto toparon con unos baches en el camino.

Al abrir las negociaciones en 1998, "ellos (del INAH) dijeron que tenían un estudio de la Comisión Nacional de Avalúos que decía que debía pagar mil pesos por hectárea para bienes distintos a la tierra, y mil pesos por hectárea de tierra común. Era una cifra muy baja", dice Manuel Villalobos, presidente del ejido Chacchoben.

mayas-palenque-chiapas-jpg El ejido rechazó el precio, y se estancaron las pláticas. "Entró la nueva directiva ejidal en marzo de 2000, y por iniciativa mía, se abrieron las negociaciones de nuevo -dice Villalobos-. Para agilizar la negociación con el INAH, nombramos a un consejo consultivo para poder llevar a cabo la firma en cualquier día del mes".

Pero no llegaron a un acuerdo sobre el precio de la tierra. Si los pagos permanecían iguales, los 310 ejidatarios recibirían la miserable cantidad de 132 pesos cada uno para su desarrollo.

La propuesta que entregó la Sedtur a la OMM incluye como parte integral actividades cerca del pueblo Chacchoben. Dice que "los productos a desarrollar son: sendero interpretativo, recorridos a caballo, circuito en bicicleta, campamento chiclero".

El ejido entendía que el transporte circularía de Majahual al entronque con la carretera a Cancún. De allí, en vez de usar la vía corta a Mérida que pasa las ruinas, viajaría al norte a Limones y entraría a Chacchoben. De ese lugar se conducirían a Lázaro Cárdenas y las ruinas en el camino rural. Eso "daría vida a los poblados, porque atrás de Chacchoben está la laguna, y la zona donde se ocupará el turismo ecológico", dice Villalobos. También, implica el arreglo de los caminos rurales que se encuentran en pésimas condiciones. Y el mismo BID señala la infraestructura básica como componente del proyecto, "para beneficiar tanto a la comunidad local como al mercado de turismo".

Pero hubo un malentendido: ahora las autoridades no quieren incluir una frase en el convenio que obliga a que el tránsito circule por el pueblo Chacchoben. "Ellos pensaban que si hacían un proyecto eco-turístico, iba a ser a cambio de la firma de la zona arqueológica, y dijimos que no", señaló Villalobos. Ahora, el ejido busca condicionar la realización de la compra-venta de terrenos ejidales a que el turismo entre por Limones.

Además, el ejido ha pedido que el INAH les ceda una hectárea dentro de la zona arqueológica para poner un estacionamiento, restaurantes, tiendas de artesanías, sanitarios y teléfonos. "Es que nos interesa un futuro, y eso nos podría dar la zona arqueológica ", comenta Villalobos.

"El señor Navia nos señaló que el INAH sólo debe involucrarse en la restauración, en la investigación, pero no administrar. Pero el INAH dice que no puede permitir la concesión dentro del área. Estamos dispuestos a negociar pero dentro del área. Porque así estamos dentro del mercado. ƑQuién quiere vender fuera del mercado?", agrega.

Además, "el artículo sexto del capítulo primero del Reglamento de la Ley Federal Sobre Zonas Arqueológicas y Monumentos Artísticos e Históricos señala que las instituciones competentes pueden otorgar permisos de hasta 50 años para establecer servicios para visitantes dentro de zonas o monumentos determinados", agrega.

"Sabemos cómo es cuando los turistas vienen con paquetes all-inclusive. El estacionamiento será de los inversionistas, porque el INAH va a venderlo a un particular. Luego, el INAH va a tener el boletaje (allí no nos metimos). ƑY para nosotros, qué? No nos beneficiará", dice Villalobos. Si el INAH cediera, "tendríamos la concesión, y el ejido lo rentaría y obtendría un beneficio".

El ejido calcula que podrían llegar unos 50 autobuses al día al sitio, proporcionando una derrama económica significativa. Según la Sedtur, sólo en 2001 se espera el arribo de 72 cruceros, con 148 mil 468 pasajeros. En 2002 llegarán 229 cruceros, con 459 mil 374 personas.

A principios de diciembre, la Sedtur anunció a la prensa local que las peticiones del ejido eran "sencillamente inaceptables, por lo que no quedó más remedio que suspender las negociaciones".

"Alguien está malaconsejando a los ejidatarios, y por ello se han presentado ante el INAH un pliego en el que piden que se les incluya como inversionistas, no como empleados del proyecto", dice Aranda.

Pero el resumen del proyecto del BID estipula que la OMM debe diseñar planes de inversión que "promuevan la participación activa de las comunidades indígenas y locales tanto en la planeación como en el manejo del programa".

El proyecto también debe ser compatible con "las expectativas de los habitantes de la zona". Y son significativas. "No estamos peleando; estamos pidiendo lo que pensamos que a nosotros nos pertenece", dice Villalobos.

Según el BID, el gerente de la OMM -Navia- tiene la obligación de "llevar a cabo acciones para asegurar la participación plena y activa de las comunidades indígenas e locales".

"Navia viene con la mira de rescatar lo que es la gente maya, a conocerla y asegurar que todos los beneficios sean para las comunidades y las poblaciones a su alrededor, pero "las autoridades no querían que habláramos seriamente con él", dice Villalobos.

"El ejido necesita flexibilizar su postura", responde Aranda, mostrando que lograr la participación informada de las partes interesadas en cualquier proyecto de desarrollo es un reto enorme. Las autoridades sencillamente no están acostumbrados a tal tipo de proyecto, y su éxito depende en gran parte de ellos.

La Sedtur amenaza ahora con cancelar el proyecto. Anunció a la prensa local que va a cambiar la ruta del turismo, evitando Chacchoben por completo. Ahora los pasajeros de los cruceros visitarán otros sitios arqueológicos como Dzibanché, Kohunlich y Oxtankah, que ya están abiertos al público. "Eso significa que los ejidatarios perderían mucho más", dice Aranda.

"Si tienen 2000 años las piedras y no desaparecieron, no van a desaparecer en cinco", responde Villalobos. Y pregunta: "ƑQué clase de Mundo Maya sin mayas quieren"?