ULTIMO PROGRAMA DE ALAÍDE ANTES DE SER SECUESTRADA

Segunda parte de la entrevista a tres jóvenes campesinas que participan en la lucha del pueblo de Guatemala
("Guadalupe" es Rigoberta Menchú)

(cortesía de Alicia Partnoy. La transcripción de estos textos fué realizada por Antonio Leiva y Alicia Lopez)

 

 

Tres Jóvenes Campesinas Indígenas en la Lucha del Pueblo de Guatemala
(II) Ultimo programa radial grabado por Alaíde Foppa antes de su
desaparición. Guadalupe es en realidad Rigoberta Menchú. Copia existente
en la fonoteca de la radiodifusora de la UNAM donde aparece como emitido
el 20 de diciembre de 1980. En realidad, ella había solicitado que se
postergara su emisión hasta su regreso de Guatemala.

Alaíde: Reanudamos el diálogo con estas tres jóvenes indígenas que nos
visitan por muy pocos días y que traen un mensaje directo, muy vivo, de
su participación en la lucha del pueblo de Guatemala dentro de la
organización que reúne a la masa del pueblo campesino, el C.U.C., Comité
de Unión Campesina. Ellas son: Guadalupe, de 22 años, de
Quetzaltenango, María de 15 y Celia de 13. Dos adolescentes pero sin
embargo muy decididas y definidas en su participación.
La semana pasada hablábamos de una huelga en la costa sur que terminó
con un triunfo. Es decir, con la conquista de un salario más decoroso
del que tenían. ¿Cuánto ganaban antes Guadalupe? ¿Cuál era el salario
mínimo?
Guadalupe: Ganábamos un quetzal o setenta centavos.
Alaíde: Un quetzal es un dólar, es decir 23 pesos y menos aún setenta
centavos. Ese era el salario y en algunas partes menos. Entonces fue
verdaderamente un triunfo llegar a los tres quetzales veinte. Creo que me
decías que la huelga duró cerca de un mes. ¿Cómo estalló? ¿Partió de
una finca? Una finca es un rancho, una hacienda ¿Eran trabajadores
particularmente de caña, cañeros o también de café?
Guadalupe: Eran de caña. También de café porque allá en la costa sur
trabajan mucho de caña y café. En esa época era de más de café.
Alaíde: ¿Era época de cosecha o no?
Guadalupe: Sí.
Alaíde: ¿Y fue aumentando el número de los participantes en el curso de
este mes?
Guadalupe: Sí. Cuando empezó el número no era tanto y también el apoyo,
como era la primer actividad que se ve en común concreto.
Alaíde: Es decir, la primera actividad organizada por el C.U.C., por el
pueblo campesino en una masa así ya muy importante de miles de hombres y
mujeres. Hombres, mujeres y niños, decía Guadalupe. Una participación
verdaderamente compacta. ¿La represión fue muy grande?
Guadalupe: Sí. El gobierno mandó tropas de ejércitos para matar a todos
esos campesinos. Entonces como el C.U.C. es una organización en que se
trata más de medios de defensas, de seguridad, para defendernos contra
el enemigo.
Alaíde: Es decir que en el C.U.C. ya no solamente se manifiesta, hay
demandas expresadas verbalmente, sino que han trabajado en la
autodefensa. ¿En qué forma?
Guadalupe: Trabajamos más en por ejemplo, sabotajes, en regando
tachuelas o haciendo zanjas o destruyendo puentes para que el enemigo no
tan fácil pase.
Alaíde: Es decir, ante un ejército organizado, estos grupos campesinos,
con medios muy elementales, logran sin embargo crear una verdadera
defensa.
Guadalupe: Sí. También nos defendemos con nuestros machetes. Con todo
lo que tenemos a la mano.
Alaíde: En esta defensa participan al igual también hombres y mujeres.
Es decir que las mujeres han aprendido a usar el machete no solo como
instrumento de labor agrícola sino como instrumento de defensa, como
arma de defensa. ¿En qué medida se sienten ustedes apoyadas y sienten a
la inversa, que apoyan a la lucha del pueblo de Guatemala, a la lucha
armada?
Guadalupe: A la lucha armada lo sentimos más como un paso más adelante.
Porque ellos, los compañeros, estamos de acuerdo con ellos en la lucha
armada. Usted se refiere a otra organización.
Alaíde: Sí. Me refiero ¿en qué medida los grupos campesinos y
concretamente el C.U.C., que es una organización, se siente respaldado
por la lucha armada? O ¿en qué medida se siente que está ayudando a la
lucha armada desde sus posiciones?
Guadalupe: Como organización lo sentimos por medio de los hechos que
ellos han hecho. Han hecho también de sabotajes. Han hecho encuentros
armados. Y es algo aunque el enemigo le pone atención a ellos y a
nosotros muchas veces nos dejan (un) poco en paz. Y también en forma de
anuncios, de volanteos. Todo eso saca la lucha armada y nos ayuda a
nosotros para sentirnos como hermanos. Que no solo nosotros sufrimos y
luchamos sino que también a la lucha armada le está dando duro. Así que
si el enemigo no duerme, nosotros no dormimos un poco más.
Alaíde: Ustedes tampoco duermen. La diferencia fundamental es que la
lucha armada tiene armas. Cosa que ustedes no tienen pero que ustedes
buscan y encuentran por sus propios medios. Y por otra parte, la lucha
armada les da cierto respiro. Mientras el ejército está comprometido
contra los grupos armados, ustedes tienen la posibilidad de
desarrollarse y de luchar en otro terreno. Entonces en el terreno
propiamente laboral, en la conquista de salario, a pesar de la
represión, ustedes sienten que han avanzado. Ahora, el otro día
hablábamos de las cosechas que se han visto indudablemente comprometidas
por la presencia de la guerra prácticamente. ¿Hay lugares donde se han
visto ustedes obligadas a dejar sus tierras?
Guadalupe: Sí. Principalmente los compañeros en la zona del Quiché...
Uspantán, donde la represión ha llegado hasta cierto punto muy fuerte.
Entonces todos los catequistas cristianos, muchas veces sólo porque son
catequistas tienen que salirse aunque no son organizados. Muchos han
dejado sus familias, sus casas, o han llevado a su familia a peregrinar
en otras partes porque allí ya no se puede aunque hay defensas y unidad
por parte de los campesinos pero como decíamos, no tenemos armas como
tiene el enemigo. Entonces nosotros no tenemos con qué defendernos para
atacar al enemigo.
Alaíde: No, claro. En esta zona del Quiché hay pequeños propietarios.
Es decir, los indígenas son propietarios de su tierra ¿En comunidad o
en lo individual?
Guadalupe: Bueno, ahora todo el terreno se dice que es de Lucas
(García). Entonces vivimos o vive la gente, no solo en el Quiché pero
casi en toda la república, en tierras en que tenemos que viajar al INTA
(Instituto Nacional de Transformación Agraria de Guatemala) para que
Lucas nos dé el terreno y que nos dé un papel.
Alaíde: Es decir, porque hay una cantidad de tierras que han sido con un
artificio legal, aparecen como propiedad del presidente, de los
ministros, de los generales y a veces tierras que los campesinos tienen
y que han tenido por generaciones y luego vienen a decir que no es suya
esta tierra. Entonces establecen estos pleitos, estos litigios por la
tierra. Ustedes van a protestar y a pelear por la tierra ¿Han tenido
algún éxito en este sentido?
Guadalupe: Sí hemos tenido porque muchos finqueros allá en la zona del
Quiché querían quitarnos terrenos y que los mozos, principalmente los
indígenas que no podemos hablar el español y que nadie nos escucha, los
sacan y que se vayan y que estas tierras son de los finqueros. Pero
ante la unidad de los campesinos y por medio de nuestras autodefensas y
nuestras seguridades que tenemos, hemos logrado que los finqueros ya no
se animen a entrar. Antes llegaba el ejército y entraba a las casas y
si hay huevos, si hay otra cosita en los ranchitos se lo llevaban, si
hay dinero, lo que sea, lo que encontraban lo sacaban. Pero ahora sí
se da todavía pero nosotros más o menos podemos responder a un ejército
que llega a nuestra casa y podemos luchar a un cierto punto. Si ya no
se puede, pues ya no se puede hacer nada. Pero mientras nosotros
podemos defendernos con todo lo que tenemos en mano, todavía luchamos.
Alaíde: ¿Se puede afirmar que el grado de la resistencia ha aumentado?
Guadalupe: Sí.
Alaíde: Bueno, esto es muy importante. Y ustedes son conscientes de ello
y les da valor para seguir adelante. Quisiera preguntarle a María, en
qué medida ha participado ella en esta acción de autodefensa. Ella que
sólo tiene 15 años.
María traducida por Guadalupe: Dice que ella ha participado en casi
todos los medios de defensa, especialmente ha participado más en poste
en donde hay que vigilarse unos a otros para que unos descansen y otros
vigilen. Ha tocado un tiempo dice en la zona del Quiché, que el
ejército llegaba rato a otro por setenta y cinco por noventa, entonces
ella dice que ha participado en poste...
Alaíde: Poste viene siendo como centinela en el ejército.
María traducida por Guadalupe: Pero que no tenía armas, entonces tenía
machete, palo, incluso agua caliente.
Alaíde: Regresar a los sistemas medievales del agua caliente que pueden
echar las mujeres. ¿Y tuvo que usar estos métodos o fue solo en
reserva?
María traducida por Guadalupe: Sí, era de emplearlos en cualquier rato
para que los compañeros puedan retirarse o tomar otros medios. Entonces
ella tenía que enfrentar lo que venía y defenderse.
Alaíde: Pues yo creo que este ejemplo, de una niña, que ya habla con
tanta conciencia, en una lengua que nosotros no entendemos pero que nos
ha sido traducida muy directamente, de cómo se puede defender cuando ya
sabe lo que el agua caliente o el machete o el palo o la simple
vigilancia contra el poste o ser poste como ella dice, es capaz de
realizar. Y tenemos que pensar que no es ella sola y que cuando hay
resistencia de este tipo, no puede sino esperarse el feliz éxito de la
resistencia a pesar de la terrible represión y de la agresión del
ejército.
Para resumir, porque el tiempo se nos termina, quiero repetir lo que
dijimos al principio y en el programa anterior: Estas tres jóvenes
campesinas, buscan la solidaridad del pueblo de México. A eso han
venido, a dar testimonio como ellas dicen, en un lenguaje muy cristiano,
casi bíblico. A presentar su testimonio y ese es el testimonio que
acabamos de escuchar. Como dijimos la última vez, quienes quieran
prestar algún tipo de ayuda, hablen a Radio Universidad.