MIERCOLES 22 DE NOVIEMBRE DE 2000
Ť La universidad virtual, prenda de orgullo del rector Rangel Sostmann
En el Tec, educación de elite sólo para cibernautas
Ť Internet, herramienta obligada Ť El campus, la versión más acabada del México electrónico
Ť Liderazgo, Cultura de Calidad, Valores (en México y el Mundo) y Emprendedores, materias sello
Jaime Avilés, enviado, Monterrey, NL, 21 de noviembre Ť El jueves de la semana antepasada, el profesor Víctor Kerber envió un e-mail colectivo a sus alumnos de la carrera de Relaciones Internacionales del Tec de Monterrey: ''El martes próximo (14 de noviembre) recibirán un tema individual sobre los tópicos que hemos visto en el semestre. Tendrán 48 horas para entregar sus ensayos, por Internet o presencialmente. VKP''.
Los 18 estudiantes del grupo hicieron su tarea rastreando en Internet buena parte de la información que requerían; el jueves 16, todos por Internet, se la mandaron al maestro y, días más tarde, también por Internet, averiguaron sus calificaciones.
Esta es la versión más acabada del ''e-México'', o México electrónico, al que aspira, según dijo a Canal 40 el domingo pasado, el presidente electo, Vicente Fox.
Acordeones cibernéticos
En los patios del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, al menos en el campus de esta ciudad, hay centenares de mesabancas (estilo pic-nic) donde los jóvenes educandos ofrecen a toda hora un espectáculo inusual.
De dos en dos, o de cuatro en cuatro, aunque no faltan los solitarios, cada uno de ellos trabaja ante su pequeña computadora portátil, porque en la base del asiento que ocupan hay dos enchufes, uno de energía eléctrica y otro de teléfono, que les permite mantenerse conectados a Internet.
Además, disponen de este tipo de instalaciones en cada uno de los pupitres de cada salón de clases. Así, mientras los catedráticos hablan y hablan delante de un pizarrón artesanal, y con ayuda de un gis premoderno, los discípulos bien pueden tomar apuntes con tinta y papel, o teclearlos en la pantalla de su lap-top, o hacer lo primero y, a la vez, sostener conversaciones dentro del aula o a miles de kilómetros de distancia, por Internet.
Por Internet eligen a los maestros de cada curso; por Internet realizan sus trámites escolares; por Internet distribuyen su currículo y consiguen empleo en la bolsa de trabajo del ITESM. Pero no se limitan a esto las posibilidades de la educación electrónica.
Rafael Rangel Sostmann, rector del ''sistema Tec'', que opera a escala nacional en más de veinte campus distribuidos por todo el país y que funcionan por franquicia, como los McDonald's, se jacta y a la vez se queja de la máxima aportación que ha hecho: el sistema Learning Space.
En cada carrera hay una serie de materias que han sido ''rediseñadas'' por los maestros responsables de impartirlas, para que los alumnos las cursen obligadamente por Intenet, a través del programa Lotus Notes.
Son páginas que contienen no sólo la exposición de los temas a estudiar, sino también las lecturas complementarias y los ejercicios pertinentes. Para dotar al Tec de este recurso, Rangel Sostmann debió proveer la inversión de cifras multimillonarias. Sin embargo, según es fama pública, los resultados alcanzados hasta hoy son poco satisfactorios.
La máxima prenda de orgullo para este empresario de la enseñanza -que hasta hace poco era mencionado como ''seguro'' secretario de Educación Pública- es la universidad virtual.
Esta tiene instalaciones dentro de cada uno de los campus y no son sino pequeñas aulas dotadas de cámaras de televisión, en las que un catedrático da su clase para un grupo muy reducido pero es atendido, simultáneamente, por muchos otros estudiantes dentro y fuera del país, que cuentan con la opción de formularle preguntas y obtener inmediatas respuestas.
Hay niveles y niveles
En una encuesta informal, efectuada por este enviado, salió a la luz un dato terrible: a pesar de los avasalladores adelantos tecnológicos que disfrutan, los estudiantes del Tec de Monterrey, al menos aquí en Monterrey, aseguraron que su autor favorito es Carlos Cuauhtémoc Sánchez.
Después de éste, aunque no siempre en ese orden, mencionaron a Luis Pazos, Miguel Angel Cornejo, Og Mandino y otros. Poco familiarizados con la cultura de papel, estos jóvenes escriben y leen a toda hora en la pantalla de cristal líquido de su lap-top; sin embargo, su conocimiento de la ortografía es punto menos que rudimentario.
No, dijo un profesor de literatura que prefirió no identificarse, ''no tienen una visión etimológica del idioma, no les preocupa ni se les enseña el origen de las palabras; además, como se les pide un buen dominio del inglés (que lo puedan hablar, leeer y escribir) y como hay tantos materiales didácticos en esa lengua, que nadie se preocupa de traducir al español, su manejo del castellano es más híbrido y si
mucho me apuras incluso excéntrico''.
Fundado hace más de medio siglo con aportaciones de los empresarios cerveceros, acereros, del vidrio, la celulosa y otros, el Tec surgió como una institución destinada a formar cuadros técnicos para las industrias que dieron origen y marcan el rumbo de esta ciudad.
''En este terreno, las contribuciones que ha hecho el Tec son de una importancia incuestionable; los ingenieros industriales que egresan de aquí tienen los más altos reconocimientos'', asegura convencido el profesor Kerber.
Sin embargo, ''con el tiempo la institución ha sentido la necesidad de abrirse a las carreras de tipo humanista, y aunque se han hecho grandes esfuerzos al respecto todavía falta''.
Kerber, un ex diplomático mexicano que se desempeñó en el servicio exterior en Japón, comenta que cuando sus amigos japoneses visitan el campus de esta ciudad ''se quedan asombrados, porque ni siquiera en las universidades de Tokio o de Osaka es frecuente ver tantas computadoras portátiles en manos de tantos jóvenes''.
-Me parece que el Tec, más que formar a sus alumnos los informa o más bien los adiestra para que saliendo de la escuela funcionen profesionalmente en el mercado de trabajo -le dice este enviado durante una conversación de café.
-No, el adiestramiento, como tú dices, es complementario. Si yo les pido que investiguen un tema y lo presenten como ensayo en sólo dos días, es correcto pensar que los estoy preparando para que cuando lleguen a una empresa o a una secretaría de Estado puedan resolver un problema sin estresarse por las presiones del tiempo -responde y refuta:
''Pero eso no es lo fundamental. El Tec se preocupa no sólo por la capacitación profesional, sino también por inculcar una formación ética. Hay toda una serie de materias que llamamos sello (el sello del Tec), porque se llevan en todas las carreras, y tienen que ver con los valores de nuestros estudiantes''.
Saber hacer negocios
En la página cibernética del ITESM, en un apartado que se titula Misión 2005, se enlistan, en efecto, las materias ''sello'': Liderazgo, Ecología, Cultura de Calidad, Emprendedores, Valores en el Mundo, Valores en México y Latinoamérica, y Valores en el Ejercicio Profesional.
En Cultura de Calidad aprenden, por ejemplo, que ellos son ''clientes'' del Tec, así como los ciudadanos del país son ''clientes'' del gobierno. Pero esto no sólo conlleva derechos, sino también estrictas obligaciones: si un alumno se emborracha y estrella su coche en la calle, sus maestros y condiscípulos lo lamentan. Pero si por ello aparece en la televisión o en los diarios, dando motivo a un escándalo que desprestigie a su escuela, automáticamente lo expulsan. Esta es una regla de honor.
Al cursar la materia Emprendedores, un taller que dura sólo un semestre, los estudiantes se organizan en pequeños grupos con el fin de idear un plan de negocios para vender un producto. Bajo la asesoría de un profesor deben identificar un nicho de mercado, investigar los precios que ofrece la competencia, definir los mecanismos para distribuirlo, diseñar el envase y la propaganda, pero sobre todo urdir un esquema de financiamiento y de expansión.
Una de las exigencias más drásticas, por otra parte, es la presentación de los trabajos. ''Tú puedes ser un sabio y poner mil citas, pero si tu presentación es chafa te bajan puntos y además te lo advierten, o sea que ya sabes a lo que vas'', dijo un estudiante de Ciencia Política, una de las áreas más recientes dentro del Tec.
En todas las carreras, al efectuar sus exposiciones en clase, los jóvenes deben usar por fuerza el sistema Power Point: escriben un texto en su computadora y tienen que ilustrarlo con imágenes a color; cuando llegan al salón conectan la máquina (que viene siendo su cuaderno electrónico en verdad) a un proyector que reproducirá las ''filminas'' sobre una pantalla electrónica.
''Buscar estas pendejadas a veces te quita más tiempo que ir a la biblioteca o meterte a Internet a conseguir los datos teóricos'', dijo otra declarante. ''Pero así es el Tec'', suspiró, y luego lo pensó con más calma. ''Pero está bien, pues, la gente debe enseñarse a que las cosas no sólo se hagan bien sino que se vean bien: eso cuenta mucho en el mercado''.
Es como Disneylandia
De acuerdo con estudiantes que hablaron con él no hace mucho -proeza que no logró este enviado-, el director de Desarrollo Escolar del ITESM, ingeniero Adolfo Bello, opina que el Tec es como Disneylandia. En su oficina, decorada por cientos de figuras de Mickey Mouse en todos los materiales y tamaños imaginables, el funcionario dijo a quienes lo escucharon boquiabiertos:
''En la vida todos queremos ir a Disneylandia, pero muy pocos lo conseguimos. Lo mismo pasa con el Tec: todos quieren estudiar aquí pero muy pocos lo logran. A quienes pueden ingresar, obviamente les va de maravilla''.
El costo de una carrera de cinco años en esta institución, que pretende ser el modelo de la educación universitaria en México, asciende a 300 mil pesos. ''No es tan cara'', dicen que dijo Bello. ''Eso vale una camioneta Cherokee''.