Hubo fraude en elecciones de Kennedy y Carter
Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 10 de noviembre Ť Los políticos y no el pueblo decidieron los resultados de dos de las últimas 10 elecciones presidenciales en Estados Unidos.
Según
dijeron este viernes funcionarios e historiadores, las elecciones en las
cuales resultaron triunfadores los presidentes demócratas John F.
Kennedy y James Carter se caracterizaron por irregularidades y fraudes
tan serios que jamás se pudo determinar un resultado preciso y completo
de esos comicios.
Cuando el candidato presidencial demócrata Kennedy enfrentó al candidato republicano (entonces vicepresidente) Richard Nixon, en 1960, la elección fue tan apretada que los primeros informes daban la victoria a Kennedy por un margen de sólo 118 mil 574 votos, sobre una base de 70 millones de sufragios emitidos.
El historiador Richard Reeves sostuvo en un artículo publicado hoy por el diario The New York Times que Nixon siempre sospechó que le habían robado la elección en los estados de Illinois y Texas donde, dijo el experto, "fue generado el número necesario de votos para Kennedy, a partir del aire puro y de los nombres en las lápidas" en los cementerios".
La evidencia del fraude electoral de 1960 es bien conocida: Reeves asegura en su artículo que los dirigentes políticos republicanos descubrieron que en el condado de Fannin, en Texas, 6 mil 138 votos fueron emitidos por los 4 mil 895 empadronados, y que en la sexta circunscripción de Chicago unos 43 votantes emitieron 121 votos durante la primera hora en que estuvieron abiertas las casillas.
Pero, según Reeves, Richard Nixon decidió no impugnar los resultados y años más tarde explicó a un reportero sus razones: "El país no puede aguantar la agonía de una crisis constitucional, y no contribuiré a crear una sólo para ser presidente".
Dieciséis años más tarde, en 1976, el candidato, y en ese entonces presidente republicano Gerald Ford, enfrentó un dilema parecido cuando los resultados preliminares indicaron que había perdido la elección frente al candidato demócrata James Carter por un margen de sólo un millón 620 mil votos de un total de 80 millones.
Si Ford hubiese ganado la mayoría del voto en sólo un estado más hubiera podido permanecer en la Casa Blanca, y muchos republicanos sospechan que serias irregularidades influyeron en los resultados de esa contienda.
Todo esto fue recordado hoy por el ex secretario de Estado James Baker: "Regreso a la memoria de 1976, cuando yo estaba en el cuarto y mucha, mucha gente estaban argumentándole al presidente Ford que debería insistir en que se hiciera un recuento porque sólo estaba unos 8 mil votos por debajo en Ohio, y lograr unos cuantos votos más podía haber cambiado la elección".
El ex funcionario habló con los reporteros en Florida, donde hoy se encuentra para observar la resolución de la actual crisis electoral en representación del candidato
republicano, el texano George W. Bush.
Baker subrayó el punto de que tanto Ford como Nixon, en un momento decisivo, decidieron no cuestionar los resultados electorales "por el bien del país".
El mensaje es claro: si los republicanos han tenido que aguantarse en dos ocasiones la situación de un proceso electoral dudoso y decidieron no defender el voto hasta sus últimas consecuencias, tal vez ahora sea el turno de los demócratas, y le tocaría a Al Gore seguir el ejemplo.