JUEVES 12 DE OCTUBRE DE 2000

Ť CIUDAD PERDIDA

Ť Miguel Angel Velázquez Ť

Ť Dos maneras de mirar el mundo

Ť Un patrono con odios y rencores

Entre los claroscuros de uno de los salones del exclusivo Club de Industriales, dos maneras diferentes de ver el mundo. Por un lado, las tesis humanistas de Joan Garcés, un hombre merecedor del premio Nobel Alternativo por su trabajo en contra del genocidio, y por otro un jinete adinerado lleno de odios y rencores.

Mientras en la mesa principal escritores, poetas, periodistas y académicos escuchaban con atención al valenciano doctor en Ciencias Políticas por La Sorbona de París, Joan Garcés, en la mesa contigua se acomodaron uno a uno los señores del patronato que aporta raciones de dinero a la Universidad Iberoamericana.

Y allí, en esa mesa, Alfonso Romo lanzaba su verdad sin mayor temor. Decía que si se estaba enjuiciando a Pinochet, debería enjuiciarse también al presidente Salvador Allende, quien también era un asesino. Y lo peor, ignoraba quién era Joan Garcés, a quien la Universidad Iberoamericana le ofrecía una cena-homenaje por su actividad humanística.

Marcos Roitman, el politólogo chileno español que en su juventud sufriera la detención ilegal y la tortura de los soldados de Pinochet, se hallaba sentado frente al adinerado señor. Con un gesto de coraje, Roitman puso la servilleta en la mesa, retiró la silla y emprendió la retirada, pero la mano de Matías Shache, director general de Educación Continua de la Ibero, lo detuvo, le pidió que no se fuera, le insistió, le obligó a no romper con la sobriedad del acto. Su amigo, su maestro Joan Garcés, tenía el uso de la palabra.

Roitman, quien se querelló contra el ministro de Asuntos Exteriores español, Abel Matutes, por obstrucción y ocultamiento de documentos al juez Baltasar Garzón en el caso de Pinochet, accedió, pero al final de la cena, con la mirada fija se dirigió a Romo, y lanzó su respuesta, breve pero contundente: "con esas ideas de odio y de rencor no podrá componerse la humanidad".

Por que antes Alfonso Romo, sin temor a que los números de su cuenta bancaria se pusieran rojos, por lo menos de vergüenza, siguió su cena con naturalidad.

Cosa curiosa, ese hombre, Alfonso Romo, es para quien no lo sepa uno de los más cercanos colaboradores de Vicente Fox. De él se dice que podría ocupar la Secretaría de Relaciones Exteriores en el gobierno foxista.

Y esto, porque en el esquema de "darle un pellizco" a la soberanía nadie mejor que un empresario para hacer negocios con lo pellizcado, pero además, cuentan entre los foxistas que de las arcas de Romo salieron muchos de los dineros y las relaciones que aportaron capitales a la campaña foxista, es decir a nadie le debe tanto Fox como a Romo.

Y es que este señor tiene dinero para dar y repartir. Su negocio es el de las semillas modificadas genéticamente, un tema que aún está a discusión y que para mucha gente suena a peligro, pero que él lleva muy bien con plantaciones en Chiapas, por ejemplo.

Y allá mismo, en Chiapas, se ha metido hasta el fondo en algunas agrupaciones como la llamada Conservación Internacional, con intereses en Montes Azules, el área de conservación natural. Además, se dice por ahí que el señor surte 25 por ciento de los transgénicos del mundo. Esto para que usted le mida el agua a los elotes, y nada más.

En fin, así piensa el hombre que podría representar a México en el extranjero. ƑCómo la ve?

Con la Iglesia hemos topado

Rosa Icela Rodríguez terminó su gestión como directora de comunicación social de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, con altísimo grado de eficiencia por su conducta intachable en eso de manejar la imagen del organismo.

En su lugar, el PAN, quién si no, nombró a José Antonio Pérez Stuart, un hombre representante más que de la derecha de la reacción. Sus actividades, ligadas con organismos eclesiales más allá del conservadurismo, lo han identificado paso a paso en todo su quehacer periodístico. Así que seguramente habrá noticias en torno a la actuación de este señor, ahora director de comunicación social de la ALDF.

Las lecciones de una familia feliz

El tema de los Salinas seguirá haciendo correr el cursor de las computadoras por mucho rato y el escándalo tal vez impida que Carlos regrese en breve --o tal vez nunca-- a México, como era su intención.

 

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