Los caciques también se acaban
Mireya Ruiz Esparza y Antonio Blanco de la Cruz
Decía Dulce María
Sauri, la dirigente nacional del PRI, que los resultados de las elecciones
en Veracruz mostraban la falsedad del "efecto dominó", tras la victoria
del 2 de julio de Vicente Fox. Pero para muchos habitantes del municipio
de Ilamatlán, el triunfo de Vicente Fox fue el "empujón"
que necesitaban para decidirse a derrocar no sólo al pri sino a
una de las estructuras más duras vividas en México: el caciquismo
rural.
Ilamatlán se encuentra situado en
la zona noroeste del estado de Veracruz, en la parte alta y montañosa,
zona mejor conocida como Huasteca Alta o Sierra de Chicontepec. Es un municipio
que presenta un alto grado de marginalidad que se traduce en carencia de
servicios públicos suficientes y eficientes como drenaje, energía
eléctrica, agua entubada, vías de comunicación --carreteras
y telefonía--, educación, salud y saneamiento, entre muchas
otras cuestiones.
Su población indígena representa
más del 90 por ciento, pero como en muchas zonas, esta mayoría
no se ha traducido en un gobierno propio. El municipio tiene una historia
de cacicazgo mestizo muy arraigada. Cuentan los pobladores que las familias
Ramírez y Tapia han controlado el ayuntamiento desde hace mucho
tiempo, tomando al PRI como su principal instrumento de control sobre las
comunidades, esencialmente en las épocas de elección.
A diferencia de años anteriores esta
vez ganó la oposición. Una planilla común del PAN
y el PRD, encabezada por el ingeniero Fernando Barrios como candidato,
logró "quitar al señor aquél que nunca quería
dejar la presidencia, que siempre estaba manejada por él, por sus
yernos, sus hijos, sus primos, sus sobrinos, todos del pri, pero siempre
bajo órdenes de él", nos comenta don Leonardo Maya. Humberto
Ramírez Avilés, el ahora cacique (como herencia, el puesto
de cacique y la presidencia municipal se lo dejó su padre), es quien
definía qué se hacía y qué no en el municipio,
y esto implicaba también quién ocupaba y quién no,
la presidencia.
Humberto Ramírez ha sido presidente
municipal en dos periodos (1967-1970 y 1979-1982). En los otros periodos
quienes han ocupado la presidencia municipal son sus parientes cercanos
y él ha estado a cargo de la tesorería: Raúl Hernández
1970-1973 (primo político, casado con su prima hermana); Ignacio
Ramírez 1973-1976 (hermano); Jaime Tapia R. 1976-1979 (primo); Cliserio
Tapia 1982-1985 (primo); Marcos Tapia 1985-1988 (primo); Pantaleón
Tapia 1988-1991 (primo); Melesio Hernández 1991-1994 (yerno); Jesús
del Ángel T. 1994-1997 (sobrino), y en este último periodo
Germán Ramírez (hijo).
Ilamatlán ha vivido una historia
de corrupción. El uso de los programas de gobierno a favor del partido
oficial ha sido el pan de cada día; el Progresa, el Procampo, las
becas, las despensas, se dan y se quitan dependiendo del apoyo que se otorga
al PRI. Por ejemplo, en la comunidad de Chahuatlán (comunidad clave
para el triunfo de la oposición), el cacique tiene lo que los antropólogos
han llamado "el representante del cacique", dentro de la red de alianzas
que establece en las comunidades. Crecencio Mariano Tapia, acusan los lugareños,
"se presta mucho de hacer trabajitos como esconder boletas o animar a la
gente por medio de las despensas... les dice que el presidente les da las
despensas y si no apoyan las van a cortar, entonces la gente humilde lo
apoya; como no saben de donde vienen las despensas pues votan por el PRI".
En una ocasión amenazaron a Eugenio
Olivares de que le iban a quitar la beca a su hija Susana, ya que él
estaba apoyando a la planilla común PAN-PRD, pese a que la niña,
que cursa el primer año de primaria, tiene promedio de 9.8. Todos
saben que este tipo de amenazas llegan a cumplirse, como nos contaba don
Víctor Tolentino, secretario del ejido de la misma comunidad. En
las elecciones anteriores a estas últimas, a él y a otros
padres de familia los amenazaron y en cuanto llegó a la presidencia
Germán Ramírez los mandó a llamar y "descaradamente
nos dijo: yo dije en la campaña perfectamente, si yo llego a ganar
ustedes van a perder la beca y ya la perdieron, ya no la van a recibir".
Las mujeres de Chahuatlán con preocupación
cuentan que las despensas en los últimos meses las estuvieron almacenando
para ocuparlas en el periodo electoral. Han llegado a caducar los productos;
en agosto recibieron muchas denuncias de campesinos que encontraron un
tiradero de leches del DIF echadas a perder. "Mejor lo tiran en vez de
que se lo den a los niños" --dicen las mujeres.
Reportar obras completas al gobierno de
Veracruz que no se han terminado o con el presupuesto inflado es una de
las actividades más socorridas por estos presidentes. Los partidos
de oposición difundieron que la presidencia de Jesús del
Ángel reportó ante la Legislatura un proyecto de entubamiento
de agua en la comunidad de Atempa con un costo de más de 35 mil
pesos y según los señores de Atempa el ayuntamiento les dio
15 mil pesos con los que compraron algunos tubos,hicieron algunas excavaciones
y al final les dijeron que ya no había presupuesto y así
se quedó la obra. Hoy no tienen agua entubada pero ante la Legislatura
esa comunidad está reportada con la tubería terminada y el
servicio vigente.
El presidente anterior, de la misma manera,
utilizó la obra de la galera y la de la tele-secundaria en la comunidad
de Chahuatlán "para cosechar, para robar dinero". Don Víctor
Tolentino denunció que el patronato de la comunidad no fue quien
se encargó del dinero de la obra de la galera ya que el presidente
dijo que se iban a malgastar el dinero. En los patronatos de las obras
ponen a gente que apoye al PRI para manipularlos, como está pasando
con el patronato de la tele-secundaria, en donde han hecho a un lado al
señor Heraclio Hernández Martínez, quien había
sido nombrado como presidente del patronato, por ser del PAN. Los partidos
de oposición han investigado y tienen pruebas que presupuestaron
la mano de obra, pese a que los hombres han trabajado de cinco a diez faenas;
también está presupuestada la comida para los albañiles,
pese a que el agente obligó a todos los vecinos para que les dieran
de comer; de igual manera se presupuestan los materiales como piedras,
arena y grava, pese a que las comunidades cuentan con esos materiales.
Corrupción tras corrupción
se había vivido en el municipio ante el miedo de los indígenas
a alzar su voz. Las mujeres que desde las anteriores elecciones han estado
en la oposición, estuvieron trabajando muy duro para que ese miedo
fuera desapareciendo, "todos se dieron cuenta que no hay apoyo, que siempre
han sido puras promesas que nunca se han cumplido... la gente ya despertó,
poco a poquito se han dado cuenta cómo nos humillan" nos dice Celestina
Ángeles, una mujer que ha trabajado mucho por su pueblo.
El primer sentimiento experimentado por
los indígenas que han estado luchando por que la historia de su
municipio cambie, al conocer el triunfo de su candidato, fue de libertad,
porque como ellos dicen han sido como esclavos. Ahora, como dice don Leonardo,
"... ya le llegó la hora al cacique. Que se retire, ya perdió,
que se conforme, bien perdido. Así como cuando él decía:
'Gano, bien ganado, el que pierde bien perdido'. Ahora le tocó a
él y nosotros estamos muy contentos. Podemos dar un fuerte aplauso
para nosotros todos". Sí, ganaron, lograron quitar al cacique pero
aún les queda mucho por hacer para que en su municipio se empiecen
a resolver los problemas que han vivido durante siglos. Su alegría
y esperanza nos dicen que tienen puesto su corazón en ese camino
que tendrán que recorrer.
Milicia cubana. Foto: Tania Jovanovic