La Jornada Semanal, 17 de septiembre del 2000   
L A S  A R T E S  sin  M U S A
 

    Arte 
    electrónico

    Héctor Perea

Instalaciones audiovisual e interactiva, video, cine experimental, electrografía, holografía, fotografía y animación digitales, mediaperformance, metaperformance, net-art y la literatura aleatoria son sólo algunos de los cauces que el arte electrónico ha seguido desde que nació en el siglo pasado y durante el poco tiempo que lleva el xxi.

    La gran variedad de medios o plataformas que este tipo de manifestación multimedia y multicultural puede adoptar pulverizó su imagen inicial hasta transformarlo en muchas artes simultáneas, en creaciones autónomas y dispersas, puras en sus raíces y nítidas en su manera de proyección. Aunque también, quizá las más de las veces, estas formas expresivas aglutinadas por el trabajo de artistas o equipos que han abarcado varios campos de acción –ejemplos son La Fura Dels Baus, Equipo 57 y los mexicanos Galería Virtual–, se han convertido en acciones absolutamente complementarias.

    Por otro lado, la complejidad y sofisticación en cuanto a los requerimientos ambientales y los soportes técnicos hizo que, a diferencia del arte hecho con elementos convencionales, esta creación electrónica se viera como una manifestación casi de culto, accesible para unos cuantos, que generalmente serían artistas también. Hasta hace poco, además, resultaba imposible reunir en un volumen impreso en papel y de fácil consulta tanto el desenvolvimiento fílmico experimental como el magnético del video; la libertad de acción que permiten el cd interactivo o el holograma; la manipulación electrográfica o el arte acústico; la visión primero estática y hoy desdoblada de la fotografía digital, la ductilidad de la poesía visual o la multiespacialidad que permite la creación en internet. Pero el libro digital, extensión y en cierta forma hermano de todas las variantes descritas, pareciera hecho expresamente para contenerlas. Por otro lado, al igual que hablamos en forma cotidiana del arte editorial, hoy en día podríamos considerar ya algunas de las publicaciones digitales tan artísticas como los contenidos mismos que reproducen.

    Artevisión. Una historia del arte electrónico en España (Barcelona, Media Centre d’Art i Disseny/Escola Superior de Disseny/Caixa de Sabadel, 2000) entra desde luego en esta última categoría. Volumen electrónico editado en cd y diseñado dentro del programa QuickTime, el proyecto despliega una enorme nómina de participantes y es, en palabras de su coordinadora, Claudia Giannetti, “un campo abierto e interactivo”, una historia no lineal sino hipertextual del arte electrónico español de las últimas décadas. En este medio que permite un acercamiento al trabajo de ochenta y tres artistas nacidos en España o radicados en el país, podremos apreciar cerca de 200 obras realizadas dentro de plataformas que fueron y siguen siendo hitos tanto del desarrollo artístico como del tecnológico. Si por un lado los creadores han ido adoptando naturalmente, y como algo propio, los avances de la tecnología en campos como el de la comunicación, por otro los resultados obtenidos en sus obras amplían con generosidad el espectro utilitario de esa misma tecnología.

    Una primera intención de los autores de Artevisión fue consignar la imagen panorámica de la creación hecha en plataformas hoy prácticamente abandonadas. Pero más allá de esta idea de corte histórico, Artevisión incursiona también en los medios más contemporáneos del arte electrónico, los cuales resultarán, como ya dije, primos hermanos del cd. No quisiera pasar a los contenidos sin antes apuntar que el diseño de Artevisión, lleno de toques plásticos y acústicos, resulta de entrada un verdadero regalo para los sentidos.

    Sobre la ubicación dentro de los cánones del arte con mayúscula, o el contraste que el electrónico pareciera establecer frente a éste, escribe Eugeni Bonet en uno de los ensayos introductorios al disco que de seguro hará rechinar algunos dientes: “La pluralidad y las intersecciones de los nuevos medios y entremedios (instalación, performance, hipertexto, etcétera) ponen en entredicho la trasnochada jerarquía de las artes ‘bellas’ o ‘finas’...” Cáustico, violento, revulsivo en la mayoría de los casos, el arte electrónico ha sido en buena medida un reflejo claro del espíritu nuestro tiempo.

    El disco, constituido en gran medida por imágenes y sonidos, se apoya en un sólido entramado de textos. El análisis de los movimientos del siglo xx vinculados con el arte electrónico se complementará con fichas técnicas de las plataformas, pequeñas biografías de los artistas y el estudio de las ideas medulares de las obras reproducidas. La consulta de las informaciones y del contenido general del disco puede realizarse a partir de dos índices, uno de autores y otro de medios, o gracias a un juego combinatorio. Pero también se puede navegar al azar sobre la superficie del cd, en un ejercicio apasionante que, más allá de los conocimientos enciclopédicos, nos permitirá seguir el flujo libre de la creación.

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