LUNES 11 DE SEPTIEMBRE DE 2000

Ť Los creadores de Smoke on the water, este jueves en el Auditorio Nacional


Deep Purple, el regreso de un clásico de matiz morado, profundo y pesado

Ť En esta gira con filarmónica cierran el ciclo que comenzaron en 1969 con Concerto for group and orchestra

Deep Alfredo C. Villeda Ť Realizar una gira con orquesta, que tiene escala en México el próximo jueves 14, representa para Deep Purple cerrar el gran ciclo que comenzó en 1969 con el lanzamiento del álbum grabado en vivo en el Royal Albert Hall londinense, Concerto for group and orchestra, en el que el quinteto inglés se hizo acompañar por la Real Orquesta Filarmónica, conducida por Malcolm Arnold.

La historia de ese concierto es determinante en el futuro del grupo. Fue el primer álbum con la segunda formación, Mark II en la nomenclatura propia al aficionado de la agrupación. De hecho, esa es la alineación clásica conformada por Ritchie Blackmore, en la guitarra; Ian Gillan, en la voz (quien remplazó a Rod Evans, de la Mark I); Roger Glover (sustituto de Nick Simper), en el bajo; Jon Lord, en los teclados, y Ian Paice, con las batacas.

Ese concierto asimismo fue la apuesta que Lord, compositor de la obra, perdió ante Blackmore, una vez que el guitarrista demostró, con el siguiente álbum -denominado In rock (1970)- que el ''hard rock'' era el camino que los consagraría. De esta última producción se desprendió el sencillo Black night, pieza mayor de lo que sería el periodo cretácico, la etapa que vio nacer a los más grandes monstruos del rock.

Sólo detrás de Get yer ya-ya's out, de los Rolling Stones, pero sobre otros ahora clásicos como Hendrix, Led Zeppelin y Black Sabbath con todo y Paranoid, el disco se mantuvo meses en la cima del chart y un año entre los 30 mejores acetatos. Sólo fue desplazado con la siguiente producción del grupo, Fireball (1971), cuyo sencillo Strange kind of woman representa el momento más pesado-pesado que jamás hay alcanzado la banda.

Es sin embargo al año siguiente, 1972, cuando Deep Purple realiza su máxima obra, la master-piece, que lo lanza al espacio de los fundamentales, Machine head, origen de la rola más clásica del grupo y cuyo riff es, según encuesta aplicada en semanas recientes por una revista estadunidense, el más célebre en la historia del rock: Smoke on the water. La versión en vivo, contenida en el Made in Japan (1972), es la más acabada entre las múltiples interpretaciones grabadas por la agrupación.

El último álbum de esa formación fue Who do we think we are. Gillan y Glover dejaron sus lugares a David Coverdale, un ex vendedor de pantalones sin más trayectoria que la de un aficionado al canto, y Glenn Hughes, modesto bajista que terminaría más adelante como jazzista. Esta Mark III grabó dos álbumes en estudio, Burn (1974) y Stormbringer (1975), y dos en vivo, Live in London y Made in Europe, resultados de su primera y única gira mundial. A la salida de Blackmore se conformó la Mark IV con Tommy Bolin en las cuerdas, un gringo heroinómano que colaboró en los siguientes dos discos, Come and taste the band y Last concert in Japan (1975), antes de morir de una sobredosis. Era el fin de la primera gran etapa de la banda, que representó por otra parte el nacimiento de dos grandes agrupaciones: Rainbow, de Blackmore, y Whitesnake, de Coverdale.

Mark II, la resurreción

Deep Purple resurge en 1984, cuando su disquera logra reunir a la Mark II, la alineación clásica, para grabar Perfect Strangers, obra a la que siguieron The house of blue light (1986) y Nobodyƀs perfect (1988), este último enésimo disco en vivo y que marca la salida de Gillan. Blackmore lo sustituye con su amigo Joe Lynn Turner, ex vocalista de Rainbow, y graban Slaves and masters (1990), álbum que pasa sin pena ni gloria. El fracaso de este experimento (Mark V) obliga al regreso de Gillan y con el bote a flote de nuevo, el grupo realiza dos discos más: The battle rages on (1993) y Come hell or high water, concierto este último que recoge la despedida definitiva de Blackmore (quien refundó Rainbow al año siguiente y graba Stranger in us all en 1995, con el sencillo Hunting humans) y el fin de la mítica alineación.

Joe Satriani, guitarrista estadunidense que visitó México en días pasados, se unió al grupo provisionalmente, pero el 23 de noviembre de 1994, primera presentación formal de Deep Purple en nuestro país, ya la lira estaba en manos de Steve Morse, ex integrante de Kansas, quien fue felicitado efusivamente por Gillan al final de ese concierto en el Palacio de los Deportes. Cuando el quinteto (Mark VI) regresó al Distrito Federal, el 4 de febrero de 1998, esta vez al insuficiente Auditorio Nacional, ya Morse había participado en su primer álbum con la banda, Purpendicular (1995), y estaba en elaboración el siguiente, Abandon (1998), ambos a años luz de la calidad de cualquiera de los discos engendrados por la Mark II.

En esta tercera presentación en México el grupo promueve su nuevo álbum en el que se acompaña de orquesta e invita a Ronnie James Dio, un notable vocalista, la voz más poderosa del metal, quien de suyo tiene un largo historial que dejó huella en Black Sabbath (como sustituto de Gillan, quien a su vez había relevado a Ozzie Osbourne) y Rainbow (el grupo de Blackmore de fines de los 70 e inicio de los 80, no el actual que ha hecho gira en Sudamérica) antes de lanzarse como solista con dos producciones básicas, Holy diver (1983) y The last in line (1984), entre cuatro o cinco discos más de menor trascendencia. Así regresa a México, este jueves 14 en el Auditorio Nacional, un clásico profundo de matiz púrpura pesado-pesado. Y todo indica que la gira cierra ese gran ciclo inaugurado, con orquesta filarmónica, hace más de tres décadas.

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