LUNES 11 DE SEPTIEMBRE DE 2000

Ť Alianza por el Campo, con déficit; Procampo bajó su cuota inicial


Sin cumplirse, las metas fijadas en el agro durante este sexenio

Ť El incremento de la producción por encima del índice demográfico, el logro del gobierno zedillista

Angélica Enciso L. Ť Al término del sexenio, los programas agropecuarios que contaron con una inversión total de 132 mil millones de pesos -cinco veces el presupuesto de la Secretaría de Agricultura de este año- no cumplieron con las metas que se fijaron.

Alianza para el Campo, programa eje de la política agropecuaria del gobierno zedillista, surgió hace cinco años con los objetivos de elevar el ingreso neto de los productores, alcanzar una balanza comercial superavitaria y lograr la suficiencia alimentaria en productos básicos. Al final del sexenio, la balanza todavía es deficitaria, el ingreso cayó en 70 por ciento y se importa la tercera parte del consumo nacional de básicos.

A través de Apoyos y Servicios a la Comercialización Agropecuaria (Aserca) se manejaron los subsidios para la venta de granos, con el establecimiento de un precio de referencia para los productores y subastas. Las grandes comercializadoras fueron las que obtuvieron el apoyo económico en la compra de las cosechas, aunque hubo organizaciones de productores que buscaron participar en este proceso, sin lograrlo, por lo que agricultores afirman que el organismo manejó en forma discrecional los recursos.

El Programa de Apoyos Directos al Campo (Procampo), que subsidia el ingreso y el cual originalmente sería de una cuota de cien dólares por hectárea para los agricultores, bajó hasta los 60 dólares, y en la actualidad está en 78 dólares -708 pesos- por hectárea.

Mejorías para el campo

El 31 de octubre de 1995, el presidente Ernesto Zedillo y el gabinete que atendía el sector agropecuario dieron a conocer el programa de Alianza para el Campo, el cual quedó bajo la coordinación de la Sagar. En ese entonces, se determinó que las aportaciones económicas provendrían de los gobiernos federal y estatal, y un porcentaje variable, de los productores.

Sus objetivos centrales, además de los arriba referidos, fueron reducir las disparidades regionales en la productividad, el empleo y el ingreso; coadyuvar en el combate a la pobreza rural, en la preservación de los recursos naturales y propiciar una distribución de los espacios menos dispares de la población e incrementar la producción agropecuaria a una tasa superior a la del crecimiento demográfico.

De todos esos aspectos, sólo el último se ha cumplido. El titular de la dependencia, Romárico Arroyo, repite constantemente en sus discursos y entrevistas que la producción agropecuaria creció por encima del índice demográfico, que fue de 6.8 por ciento. Los básicos, que fue el rubro de menor crecimiento, según la dependencia, lo hizo en 9.3 por ciento. Asimismo, ha admitido que el ingreso de los productores, demanda reiterada, no se elevó.

Pero incluso, sin haber llegado a sus objetivos, el campo registró mejorías con Alianza, señalaron en una evaluación del programa Manuel Gómez Cruz y Rita Rinderman, de la Universidad Autónoma de Chapingo. Efectivamente, indicaron, ha crecido la producción y alrededor de 4 millones de productores participaron en las distintas acciones que comprende.

Indicaron que en promedio 3.4 por ciento del ingreso de las familias que se dedican a la actividad agropecuaria proviene de la Alianza y 8 por ciento de Procampo. Destacan que la mayor parte de sus percepciones se originan de remesas de migrantes, trabajo asalariado o del comercio.

Este año Alianza para el Campo contó con presupuesto de 3 mil 602 millones de pesos, lo cual representó un incremento de 8.9 por ciento respecto a 1999 y básicamente se orientó a los productores de bajos recursos, con mil 516 millones de pesos, mientras que a los agricultores medianos les correspondieron mil 428 millones de pesos.

Uno de los rubros que se impulsó en los últimos años fue el tecnológico. En la mecanización, los recursos que se invirtieron en todo este periodo fueron 5 mil 775 millones de pesos, con lo que se adquirieron 22 mil 900 tractores y se repararon 23 mil 600; a ferti-irrigación se orientaron 5 mil 500 millones de pesos para modernizar la infraestructura de las tierras de riego, reportó un análisis de las Sagar sobre estas acciones.

A los agricultores de menor desarrollo se les apoyó con la compra de secadores café, desgranadoras, despulpadores, motobombas, aspersores de mochila, tostadores y otros utensilios.

Apoyos al ingreso

El decreto que dio origen al Procampo estableció una aportación de cien dólares por hectárea. Hace seis años, cuando se puso en marcha este programa, el equivalente a esa cantidad eran 330 pesos. Al paso de los años el monto bajó y ahora representa 81 por ciento de la cifra original, 778 pesos.

Las demandas de los productores sobre Procampo son que se deben otorgar los cien dólares por hectárea -950 pesos-, que sea más rápida la entrega de los recursos, ya que se da una vez que los agricultores sembraron, así como que se canalicen, previo al comienzo de los ciclos productivos.

La propuesta ha sido que las aportaciones económicas se den en forma automática para las superficies menores a diez hectáreas, ya que con la entrega oportuna de Procampo, esos recursos podrán funcionar como apoyo financiero productivo, con lo que se podría reducir el abuso de distribuidores de insumos y de la banca privada, que han hecho de la sesión de derechos un negocio, señalaron en un análisis la Asociación Mexicana de Uniones de Crédito del Sector Social (AMUCSS), la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras (ANEC), la Coordinadora Nacional de Organizaciones Cafetaleras (CNOC) y la Red Mocaf.

Comercialización, problema

sin solución

Aserca, que se encarga de manejar los recursos para la comercialización de maíz, trigo, sorgo y arroz, se basó en el mecanismo de subastas para la entrega de los subsidios. Este proceso consiste en que las cosechas se concursan y el organismo determina las empresas que las adquirirán.

En el caso del maíz se fijó un precio de referencia de mil 350 pesos, las compañías aportan el equivalente al precio internacional -950 pesos- y Aserca los otros 400 pesos.

Entre 1995 y 1999, la Sagar reportó que Aserca dispuso de 6 mil 440 millones de pesos para la venta de 27 millones de toneladas de arroz, trigo, sorgo y maíz. Este año se destinaron 3 mil 500 millones de pesos para la venta de 2.7 millones de toneladas de trigo, 1.3 millones de toneladas de sorgo, 4 millones de toneladas de maíz y 308 mil toneladas de arroz.

Agrupaciones integradas a la ANEC reportaron que el manejo del dinero ha sido discrecional, ya que las organizaciones quedaron fuera de los apoyos y éstos se orientaron básicamente para empresas como Cargill o Maseca. Tan sólo en Sinaloa obtuvieron 500 millones de pesos en subsidios en la adquisición de parte de la cosecha de maíz de otoño-invierno.

Este año, de acuerdo con la ANEC, el organismo desconcentrado de Sagar subsidió productos no considerados en el programa, como el azúcar. Destinó 50 millones de pesos para la compra de 200 mil toneladas. También, en la compra de maíz, dio prioridad a Sinaloa, al que orientó 35 por ciento del presupuesto asignado e incluyó 400 mil toneladas de maíz adicionales a las estipuladas originalmente.

Además de los recursos erogados hasta el momento por Aserca, se encontró que al maíz de Sinaloa -cosecha de 2.2 millones de toneladas- se dio un apoyo adicional de 90 pesos al precio fijado de mil 350 pesos por tonelada. Esa cantidad originalmente se había señalado que la aportaría el gobierno de Sinaloa, pero en los hechos la puso Aserca, informó ANEC.

Propuestas de Fox

Las propuestas que ha presentado el equipo de transición de Vicente Fox sobre los programas se refieren a que se deben refocalizar los subsidios al agro, establecer un sistema de comercialización que elimine el intermediarismo y hacer más transparente el manejo de los recursos.

Con relación a Alianza para el Campo y Procampo, Javier Usabiaga, responsable del equipo de transición en el sector agropecuario, estimó que Procampo deberá restructurarse y ser más útil al agricultor.

En general, la política de subsidios, "debe llevar nombre y apellido", ser focalizada y anunciarse con tiempo, a fin de que el agricultor planee su actividad y se fije, antes de sembrar, parámetros de rendimiento y rentabilidad. Se deben buscar, abundó, esquemas de manejo de riesgos que cubran todos los aspectos, tanto el climatológico como el de mercado.

Alianza para el Campo

 

Objetivos Resultados a seis años

 

1. Elevar el ingreso de los productores. 1. Cayó en 70 por ciento.

2. Incrementar la producción agropecuaria. 2. La producción sí aumentó por encima del crecimiento

a una tasa superior a la del crecimiento demográfico. demográfico, con un promedio de 6.8 por ciento.

3. Alcanzar una balanza comercial superavitaria. 3. Fue negativa en promedio en mil millones de dólares

4. Lograr la suficiencia alimentaria en productos básicos. 4. De un consumo nacional de 45 millones toneladas, se

importan 15 millones de toneladas.

5. Reducir las disparidades regionales en la productividad, 5. Se profundizaron las diferencias entre las regiones

el empleo y el ingreso. productoras.

6. Coadyuvar en el combate a la pobreza rural, 6. El número de pobres se elevó de 40 a 46 millones.

en la preservación de los recursos naturales y propiciar. En el medio rural habitan 27 millones de personas y

una distribución de espacios menos dispersa de la población. y 85 por ciento padece desnutrición.

 

Fuentes: Sagar y ANEC.