La Jornada Semanal, 20 de agosto del 2000 

Sólo para sorjuanistas

Linda Egan

 

Sara Poot Herrera,
Los guardaditos de Sor Juana,
UNAM, Textos de Difusión Cultural,
México, 1999.
 

En Los guardaditos de Sor Juana, Sara Poot Herrera indaga en novedosas investigaciones acerca de la más destacada figura del México colonial. Su libro reúne trece ensayos en torno a una serie de cartas y ensayos que la investigadora caracteriza como "guardaditos" o escritos que la monja barroca no soltó para la circulación pública. Estas cartas y poesías, algunas todavía no atribuibles incontestablemente a Sor Juana, no salieron en las diversas ediciones de su obra que se hicieron antes y poco después de la muerte de la monja. En el caso de Los guardaditos de la profesora Poot Herrera, los textos individualmente representan capítulos de un drama sociopolítico y literario que, al publicarse en su mayoría entre 1995 y 1999, contribuyeron al desarrollo de tópicos críticos que iban surgiendo alrededor de nuevos hallazgos en el campo sorjuanino. El conjunto de estos artículos, ahora en forma de libro, deja ver con mayor claridad aún y una perspectiva global, la red de relaciones entre documentos y personajes que la investigadora destaca. Poot Herrera nos permite entrever causas y efectos que antes parecían más enigmáticos.

En primera instancia estos ensayos enumeran, describen, fechan y, con abundancia y precisión filológicas, glosan cinco descubrimientos que ahora amplían la obra de Sor Juana y los estudios sobre ella: un soneto desconocido hasta 1964; unos Enigmas escritos para monjas en Portugal, publicados en 1968; la llamada Carta de Monterrey con la que, en 1682, Sor Juana despidió a su confesor (hallada en 1980); un final a la comedia La segunda Celestina, atribuido a Sor Juana, hallado en 1990; una Carta de Serafina de Cristo, posiblemente de Sor Juana, descubierta en 1960 y hecha pública en 1995, y otra versión de una Protesta de la fe que la monja parece haber redactado en 1694. Esta Protesta se dio a conocer en 1997.

Gran parte del valor de estos nuevos textos está en su relación con el grueso de los escritos siempre conocidos de Sor Juana; el juego entre lo público y lo privado es el eje organizativo de Los guardaditos. Al explicar selección y ordenamiento de los ensayos, la introducción tal vez sea la mejor reseña de este volumen. En ella, y manifestando su interés por la historia novohispana y la biografía de Sor Juana, dice Poot Herrera que quiso hacer hincapié en los hallazgos recientes y, al mismo tiempo, considerar "cómo había vivido Sor Juana en el convento; o sea, ver sobre todo esa parte de clausura, de intimidad, respecto a la escritora y su creación". Inevitablemente, ver lo privado involucra lo público y oficial, que conlleva la amenaza y la realización de actos de censura. En los textos que siguen, la investigadora entrega lo que ha prometido: una visión de la escritora y su entorno que, mediante un detallismo intenso, revela la vocación de una arqueóloga de la literatura que del verso y la prosa obtiene evidencias que afinan la imagen borrosa de la monja, una visión opacada por los signos de interrogación que todavía penden sobre los estudios sorjuaninos.

Los primeros seis ensayos y el penúltimo están directamente relacionados con las cuestiones de autoría inherentes a los escritos antes desconocidos y los que la crítica ha producido a partir de su descubrimiento. La mayor parte de lo que dice Poot Herrera al respecto se dedica a un examen minucioso de la Carta de Serafina de Cristo y las circunstancias de su producción; el erudito Elías Trabulse ha afirmado en diversos documentos que la carta es un borrón satírico de la famosa autodefensa que Sor Juana iba a redactar un mes después, en 1691: la Respuesta a Sor Filotea de la Cruz (es decir, al obispo de Puebla). Sin entrar en el detallismo requerido para aseverar teorías verosímiles al respecto, cabe notar que la postura de Poot Herrera se muestra prudentemente flexible, vacilando entre autocuestionarse o aceptar la afirmación de Trabulse acerca de la autoría del texto; para la fecha de Los guardaditos, la investigadora deja entreabierta esa puerta, satisfecha por la velocidad con que la existencia del texto, escrito por quien fuera, aumenta el tableau dramático que rodeaba la publicación, meses atrás, de una controvertida carta de Sor Juana (la llamada Atenagórica, sobre cuestiones teológicas) y que colocó a la monja en el eje de un huracán de censuras y ?ahora lo sabemos gracias a la Serafina? de elogios también. Desde la perspectiva que tenemos hoy sobre aquel episodio podemos ver que, al perder la batalla por su derecho a expresarse públicamente sobre cuestiones teológicas, Sor Juana no fue a su destino sola: también terminó castigado un sacerdote que, dentro del propio convento de la monja, se había arriesgado a alabar a Sor Juana, precisamente por su agudeza teofilosófica y retórica.

A este nuevo enfoque de debate crítico, la profesora Poot Herrera contribuye con importantes facetas. Aparte de resumir y ordenar datos dispersos, compara la Serafina con escritos conocidos de la monja y revela, persuasivamente, el interés particular de Sor Juana en los tópicos espirituales que más se vinculan al nombre de Serafina, lo cual fortalecería la teoría de Trabulse. A final de cuentas, sin embargo, la importancia fundamental del debate sobre autoría de la Serafina "es que demuestra que el campo sorjuanino sigue vivo, en pie y encaminado hacia nuevos hallazgos y diversidad de visión sobre obra y vida de la monja".

Prueba magistral de la fuerza imperecedera de los estudios sorjuaninos es, en particular, el segundo ensayo de Los guardaditos, "Sor Juana y su mundo, tres siglos después" (primero publicado como introducción al volumen epónimo, editado por la misma Poot Herrera en 1995). El texto es un ejemplo inmejorable de la erudición, del espíritu filológico y de la voz personal de Sara Poot Herrera. En "Sor Juana y su mundo" se propone ver la situación de Sor Juana respecto a su clausura y la censura ejercida contra la monja y su obra.

Otros dos ensayos y gran parte del último (el cual se puede leer a manera de conclusión del volumen) se dedican a la enumeración, descripción y glosa de muchos romances, una de las formas poéticas predilectas de Sor Juana. Otro aspecto de la labor filológica y biográfica de Poot Herrera es que estas lecturas cubren más de tres décadas de escritura e identifican datos que suelen considerarse autobiográficos. En la serie de artículos, la investigadora destaca los múltiples usos del romance, forma de versificación casi conversacional con un fuerte aspecto epistolar y una "presencia femenina" que se vincula a la veneración sorjuanina de la Virgen María y la amistad de la monja con virreinas y otras mujeres nobles, tanto en la Nueva España como en España y Portugal . Acertadamente, Poot Herrera observa que los romances de Sor Juana "son literal y metafóricamente archivos del tiempo" marcado por la monja desde su celda y, además, que "las anáforas de algunos romances, y sus estribillos son testimonios, repeticiones de la vida cotidiana". De hecho, los romances son "parte fundamental de la obra sorjuanina en los que se leen las circunstancias, los diálogos de la época, su cruce intertextual y contextual".

En todos los ensayos de este volumen se fabrican discursos paralelos ?biográfico, autobiográfico y bibliográfico? entre matorrales de datos: nombres, siempre completos, reiterados; fechas precisas, completas y ordenadas cronológicamente (hazaña que por sí sola expone una mina de oro en el campo no solamente sorjuanino sino también novohispano); lugares, geográficamente situados en relación con otros sitios notables en el escenario novohispano; páginas y procedencia de manuscritos examinados y citados; datos bibliográficos exhaustivos y reiterados; enumeraciones continuas y precisas; series que incluyen toda posible permutación, e insistentes genealogías. La erudición de Los guardaditos y la voluntad detallista de su autora no dejan dato sin documentar. Editora y colaboradora de varias antologías de ensayos críticos sobre Sor Juana, Sara Poot Herrera funciona aquí como única autora, cuya mano en la tarea de redactar se manifiesta de la primera a la última página. Los guardaditos, como todas las colecciones que Poot ha traído a la luz, combina la disciplina técnica con la inclusividad filológica. La limpieza textual abre campo para el lector que quiera atravesar esta geografía semántica.

Como si se diera cuenta de que tanto academicismo obliga a conceder un descanso, Poot Herrera nos regala juegos de palabras y otras frases felices. Para citar algunas, dice la profesora que Sor Juana "se supo la mejor de todos y supo que todos supieron que era la mejor" y, respecto a la Carta al padre Núñez con la que Sor Juana despide a su confesor, que la quería muerta al mundo, dice Poot Herrera: "pero Sor Juana estaba y era muy viva". Luego, respecto al texto privilegiado del segundo volumen de sus obras, dice también Poot Herrera que la controvertida Carta Atenagórica, la que da fin a la aventura escritural de la monja, "es corona de un libro y corona de espinas para su autora".

Con razón se podría caracterizar la erudición de Sara Poot Herrera como un tipo único de lectura narrativizada, como una glosa fascinante de erudición ajena. Más que nada, podemos contar con que esta académica ha leído todo material disponible sobre el tema y que es capaz de ordenar infinitos detalles para destacar tensiones, tendencias y otras consecuencias antes no vislumbradas. En un sentido concreto, la autora narra una bibliografía que termina siendo elegante y a veces juguetonamente anotada. Para citar una instancia particularmente dramática, habría que ver su ensayo "La segunda Celestina: ¿de Salazar y Torres y Sor Juana?". Al reunir datos de todas las publicaciones existentes sobre el hallazgo del susodicho drama, Poot Herrera nos ofrece la bibliografía más inteligentemente anotada que se imagine o desee. Para decirlo de otra manera, el texto sobre La segunda Celestina es en sí una reseña crítica y provocadora, un "repaso de trabajos" que pone a nuestra disposición una cantidad de lecturas precisamente calibrada.

En su conjunto, los textos que componen Los guardaditos de Sor Juana teatralizan la propia erudición y, al animar así los hechos enterrados en bibliotecas, incorporan a una Sor Juana a la que podemos ver actuar, más brillante que nunca, como estrella de un drama trascendental, algo así como la figura exageradamente grande de la Marina representada en los Lienzos de Tlaxcala como la fuerza reinante del conflicto entre poderes europeos y americanos. Habiendo sacado de los pliegues de su hábito los "guardaditos" que atesoraba la monja, Poot Herrera magnifica la importancia del rol de aquélla en la vida novohispana. No es ya simplemente la heroína desde siempre reconocida de las letras barrocas, ni sólo la víctima feminista de la misoginia, sino también jugadora hábil y osada en las partidas socioculturales de su momento, contiendas cuyas reglas ella se atrevía a cuestionar, aun a sabiendas de que las consecuencias podrían ser fatales.

En uno de sus observadores más perspicaces ?es decir, en Sara Poot Herrera?, vemos a una cabalista que invoca los mágicos poderes de cifras y hechos para sacar vida a los muertos. Los lectores de Poot Herrera deben ser tan pacientes con su erudición como a su vez Sor Juana lo tenía que ser con los conspiradores que maniobraban su destino. Pero si nosotros, lectores tanto de Poot Herrera como de Sor Juana, nos valemos de tal paciencia, seremos premiados con una visión que otras obras no nos dan de la erudita inmortal del México virreinal, genio y heroína popular que sigue declamando en el teatro de nuestra imaginación.


NOVELA

Honor mediterráneo

Cristo Jesús Pérez Sosa

Mario Puzo,
Omertà,
Ediciones B,
Barcelona, 2000.
 

Una bala atravesó la garganta y otra la frente de Raymonde Aprile, el Don más poderoso de la mafia en Nueva York. Todo fue instantáneo y preciso, no cabía duda: era un trabajo hecho por profesionales. Nadie más que Astorre pudo percatarse que los dos tiradores eran zurdos, ágiles como jugadores de basquetbol; ahora su protector de toda la vida yacía con el cráneo destrozado, pero Astorre no tuvo miedo: diez años de instrucción en su querida Sicilia le habían enseñado que su destino era ése: la lucha contra los enemigos del Don Aprile.

¿Quién había tenido la audacia y el valor de maquinar el asesinato siendo Aprile poseedor de amigos y medios tan poderosos? ¿Por qué, si ya tenía dos años retirado de los negocios ilícitos, dedicado por entero a sus bancos? La búsqueda de estas respuestas van echando a andar el engranaje de la obra póstuma de Mario Puzo, una novela donde predomina lo exquisito, el buen vestir, el buen comer, el disfrute de la vida. Subyace en la narración una profunda nostalgia por Italia, por su música, por los toneles de aceitunas, por el sensible corazón de los mediterráneos.

Puzo elabora una historia de grandes escenarios: la nba, el mundo financiero, el sistema de justicia estadunidense, el sistema de inteligencia, la producción televisiva y la gente del espectáculo, y sobre todo y en primer plano, las motivaciones y maquinaciones de la mafia.

Es notable que el lector se sobrecoja ante la muerte del Don, un asesino sin piedad que desprecia la compasión humana por pretenciosa e hipócrita. Para él, la clemencia sólo puede provenir de Cristo, y es jactancioso que un hombre pueda perdonar a otro; ante un hombre así, sin embargo, el lector se interesa y conmueve.

Omertà es un código de silencio siciliano, es un asunto de honor, así que cuando el archienemigo de Aprile, Timmona Portella, lo rompe, rompe también un instrumento de protección de la mafia. Los favorecidos resultan ser los miembros del fbi, a quienes Puzo desenmascara como buscadores falaces de la justicia, corruptos, asesinos, en nada diferentes a los delincuentes italianos.

El límite entre lo justo y lo injusto es irrelevante en Omertà. Los personajes que salen avante son aquellos que han hecho " lo correcto". Y como el asesinato soporta esta historia del autor de El padrino, no se deja de lado la discusión acerca de la pena de muerte. Sus personajes discuten acerca de este tema: los mafiosos deciden sobre la vida de alguien motivados por una vendetta o traición a nombre propio, mientras que el sistema de justicia lo hace en nombre de la sociedad y de las leyes.

Omertà es una novela de emociones y sobresaltos, que mantiene la intriga hasta el final. Como sucede también fuera de una obra de ficción como ésta, la ambición no es exclusiva de nadie: millones de dólares mueven a los personajes, pero los protagonistas tienen valores más sublimes, tales como la familia y el honor.

Después de un paseo por el crimen y la sangre, Puzo nos pone a descansar a la orilla del Mediterráneo, en medio de un campo de flores, con queso y fruta, y un tonel desbordante de aceitunas.


NOVELA

A merced de los mastines

Juan A. Masoliver Ródenas
Luis Goytisolo,
Escalera hacia el cielo,
Espasa,
Madrid, 1999.
 

Escalera hacia el cielo es, por muchas razones, una de las novelas más completas e interesantes de Luis Goytisolo. Hay un regreso a dos de las virtudes más notables de un libro para mí canónico si los hay, Las afueras: una estructura muy controlada y a la vez totalmente abierta, que en Las afueras borra la división entre novela y cuento y que aquí deja, de forma muy explícita, un final abierto: "Pues déjalo abierto" son las últimas palabras del libro. De muchos personajes no sabemos el desarrollo final de sus respectivas historias. Y, por supuesto, las escaleras apuntan hacia el cielo, pero el cielo y el Cielo son inalcanzables. También como en Las afueras hay una genuina simpatía hacia los humillados, hacia las víctimas de los mastines, que una veces aceptan fatalmente su destino, como el señor Ginés, oportuna y arriesgada vuelta de tuerca en el desarrollo narrativo, el anónimo loco de los almacenes Al Monte, o la pobre quiosquera con sus "ojos arrasados", una "expresión dolorida de íntimo sufrimiento". Gente humillada que subraya la división de clases (en una sociedad como la actual, en apariencia tan distinta a la de la época represiva en que fue escrita Las afueras), expresada a través de uno de los símbolos centrales de la novela, el excremento, aquí las cagadas de tres corpulentos mastines, "sustancialmente distintas de las cagarrinas renegridas y difíciles de los perros pobres. Qué peligro".

Mastines que nos llevan a otro sector de la sociedad: el de la nueva burguesía ?madrileña y catalana? retratada de forma despiadada precisamente porque el narrador, siempre invisible, extrema su objetividad hasta el punto de que ningún personaje, tal vez con la excepción del escritor Martín Solé, es totalmente negativo. Nos encontramos, pues, con personajes muy parecidos a los de Antagonía, pero aquí en una sociedad muy distinta, en la que ellos son sus ya maduros protagonistas.

Como ocurre en las novelas de Vargas Llosa, la estructura juega un papel decisivo en la dinámica del relato. Pero aquí se va más lejos: la complejidad contrapuntística (de una novela, por otro lado, de una impactante claridad y con una trama muy atractiva) no desplaza centros sino que destaca la presencia de distintos centros relacionados entre sí, como lo están los destinos de los personajes. El punto de arranque es un malentendido: Beatriz Llorach organiza una fiesta para celebrar el éxito de su programa televisivo "Escaleras arriba". Entre los invitados están Patrick Izaguirre, español de origen siberiano que ha vivido en Moscú y en París, ciudades en las que ha dejado una historia de rupturas amorosas, y Javier Lozano, atractivo joven publicista que acaba de ser abandonado por su compañera María José, también ella, como Patrick, con una dolorosa historia de fracasos amorosos.

Beatriz, una mujer extraordinariamente libidinosa ("le gusta que la enculen, por ejemplo. En eso sí que es como las grandes estrellas de la pantalla. Y muy española, claro"), se siente atraída por Patrick, que trabaja en Al Monte, pero que está exponiendo en una galería sus brillantes fotografías de tetas y de pollas. Por un malentendido, el esposo de Beatriz, Estanislao, celestino de su mujer de la que está profundamente enamorado como ella lo está de él, cree que quien se ha acostado con ella hasta agotarla de placer ha sido Javier, quien, por ambición, se prestará al juego de Estanislao, que le propone un especie de ménage à trois. Nunca sabremos con quién se ha acostado Beatriz.

La fuerte carga sexual del libro nos remite a los últimas novelas de Luis Goytisolo, que culminan en Placer licuante. Pero aquí, más que nunca, hay una fuerte identificación entre sexo y poder, las dos fuerzas inseparables que condicionan la conducta de los distintos personajes, con la excepción de Patrick y María José, los protagonistas de un desenlace feliz propiciado por unas vidas sin prejuicios pero limpias y desinteresadas. Se puede añadir al abogado Sanromá, quién vive melancólicamente el final de una época y cree que la salud y el dinero no son lo más importante. Precisamente todo lo contrario de lo que creen Beatriz y Estanislao, para quienes la fiesta sirve también para facilitar el éxito personal, Javier, quien en su ciega ambición es capaz de encular a Estanislao, o la activa Paula, que sólo concibe una vida dedicada al trabajo y, los fines de semana, al sexo, lo que explica sus teorías sobre la energía y su obsesión por la salud, y que esté dispuesta a cargarse a todas las que muestren verdadera ambición: "Nada de jovencitas calculadoras que acabarán yéndose a por ella." Un temor que comparte Martín Tomás, el vulgar jefe de Patrick, dispuesto a "hacer méritos sin piedad y sin escrúpulos" en su trabajo. Más penoso resulta el novelista Martín Solé, obsesionado por seducir a María José para acabar medio borracho tirándose patéticos pedos.

Todos los personajes (y esta es la eficaz objetividad que he mencionado antes) son, asimismo, seres débiles, víctimas de sus pasiones. Todos necesitan un abogado, todos necesitan a sus madres, en casi todos hay una obsesión excrementicia, se buscan atemorizados en el espejo, carecen de verdaderos amigos e ignoran que son profundamente infelices. Y de esta infelicidad el cronista no va a ser el ridiculizado Martín Solé (sátira tan injusta como brillante y necesaria, en nuestra complacida y cobarde sociedad literaria: la víctima, o una de ellas, es un conocido escritor barcelonés), sino el más oculto de todos ellos pero fácilmente visible por su personalísima concepción de la novela. He aquí una novela moderna que recupera la necesidad de contar, intrigar, provocar y entretener al lector.

Nacido en Barcelona en 1935, hermano del poeta José Agustín y del también novelista Juan, Luis Goytisolo rompe, con Las afueras (1962), con los simplistas esquemas del realismo social. Antagonía es su proyecto más ambicioso. Ha obtenido entre otros el premio de la Crítica y el Nacional. Es miembro de la Real Academia Española desde 1994. En este contundente y feliz retrato de la nueva burguesía española se funden los tres aspectos más notables de su obra narrativa: el objetivo, el veladamente autobiográfico y el marcadamente autobiográfico, así como el mundo realista de sus primeras novelas y la fuerte carga sexual y erótica de las más recientes.


FICHERO

Los libros que llegan a nuestra redacción
 

Economía

• Aldeas de desarrollo. Una agenda para el siglo XXI, Enrique Calderón Alzati, Col. Tiempo de México, Editorial, Océano, México, 2000, 194 pp.

Ensayo

• La lección de este siglo, Karl Popper, traducción de Emilia Ghelfi, Col. El ojo infalible, Editorial Océano, México, 2000, 132 pp.

Ensayo (sociológico)

• Esta noche no, querida. Cuando los hombres buscan su masculinidad verdadera, Sergio Sinay, Col. Para estar bien, Editorial Océano, México, 2000, 143 pp.

• La civilización de los padres y otros ensayos, Norbert Elias, Col. Vitral, Grupo Editorial Norma, Bogotá, Colombia, 1998, 534 pp.

Ensayo político

• La economía presidencial, Gabriel Zaid, Col. Con una cierta mirada, Editorial Océano, México, 2000, 211 pp.

• ¡Todos somos Marcos! Dos siglos de luchas populares en México, Marco Antonio Anaya Pérez y Refugio Bautista Zane (coordinadores), Universidad Autónoma de Chapingo, México, 2000, 321 pp.

Filosofía

• Un funesto deseo de luz, Alberto Constante, Editorial Nueva Imagen, México, 2000, 222 pp.

Historia

• El espionaje en México en el siglo xx, Harry Thayer Mahoney y Marjorie Locke Mahoney, Editorial Promexa‚ México, 2000, 263 pp.

Narrativa

• Cuentos en transición e ilustraciones hechos por niños de la calle, Sabrina Meder (compiladora), La Vocación de las Vocales/Conaculta/fonca, México, 2000, sin folios.

• El caso sirio, Carlos Enrigue, Editorial Ágata, México, 2000, 110 pp.

• Tajos, Rafael Courtoisie, Col. Nueva biblioteca 47, La lengua de trapo, Editorial Océano, Madrid, España, 2000, 222 pp.

Psicología

• El asistente interior. Los mecanismos de la autocuración psicológica, Norberto Levy, Col. Para estar bien, Editorial Océano, México, 2000, 178 pp.

Revista

• Salud Pública de México, núm. 2, marzo-abril 2000, vol. 42, textos de José Antonio Izazola Licea, Adolfo Gabriel Hernández Garduño y Leticia de la Rosa Ruíz, Sergio López Moreno, entre otros, Instituto Nacional de Salud Pública, México, 170 pp.