LUNES 14 DE AGOSTO DE 2000

Ť Documenta un libro ataques al género femenino


Buscan frenar violaciones a los derechos de las mujeres

Ť Mutilaciones, secuestros y confinamientos, entre las agresiones

Yanireth Israde Ť María Celsa, de Brasil, decidió terminar su relación amorosa; el novio, dolido, le prendió fuego en el cuerpo. Ella tenía 24 años; no murió, pero jamás pudo recuperar su anterior apariencia, a pesar de las 38 cirugías practicadas. El hombre que intentó asesinarla sigue libre: la justicia lo absolvió.

Ourda, una niña argelina, salía de su escuela secundaria cuando un varón se le acercó para pedirle información para localizar una clínica. Era una trampa. La secuestró para llevarla a la guarida de un grupo islámico armado. Todos los días era violada, al igual que muchas menores robadas para servir a la tropa.

Daphne, de Estados Unidos, fue llevada a un hospital siquiátrico por una depresión derivada de ser considerada "demasiado masculina". Sus padres la internaron y allí intentaron convertirla en una "mujer normal", de pestañas rizadas y ropa femenina provocativa. Daphne es lesbiana, y como los doctores no lograron "curarla", fue sometida a largos periodos de confinamiento, excesivas dosis de medicamentos y castigos.

Casos hay más, muchos más. Los nombres varían, las nacionalidades también (Corea, Palestina, Irlanda, Polonia, México, Sudán, Ruanda, Bangladesh, Perú), pero lo cierto e irrefutable es que todas son mujeres.

Les mutilan sus genitales en la India o en Africa --porque se piensa que disminuyen el deseo sexual y eso hará que sean más fieles-- o son golpeadas en sus hogares, violadas en las calles; son objeto de tráfico, obligadas a ejercer la prostitución, maltratadas en los hospitales, explotadas laboralmente, perseguidas por su activismo político o abusadas por ser indígenas. En resumen: son víctimas de violación a sus derechos humanos.

El libro Los derechos de las mujeres son derechos humanos. Crónica de una movilización mundial, que hicieron posible Charlotte Bunch, Claudia Hinojosa y Niamh Reilly, documenta la violación a las garantías de las mujeres --los casos presentados se expusieron en tribunales internacionales.

El volumen ofrece una memoria de la Campaña Mundial por los Derechos Humanos de las Mujeres, movimiento impulsado por el Center for Women's Global Leadership, de Estados Unidos.

Parece fácil hablar de los derechos humanos de las mujeres, apunta en el texto Alda Facio, directora del Instituto Latinoamericano de Naciones Unidas para la Prevención del Delito. Sin embargo, advierte, "en lo concreto nos podemos dar cuenta de que la humanidad de las mujeres no es algo que todavía forme parte de la conciencia colectiva".

Las editoras y activistas señalan que los conceptos tradicionales de derechos humanos y sus prácticas correspondientes "contienen prejuicios de género y excluyen un vasto espectro de las violaciones que experimentan las mujeres".

Hasta hace poco, ejemplifican, la violencia doméstica no era reconocida como una violación a los derechos humanos "y mucho menos como un asunto que requiriera la atención de la comunidad internacional".

Entender esto en lo concreto, escribe Facio, es entender que no puede haber paz en el país si no hay paz en las familias; que no puede haber igualdad entre las razas si no hay igualdad entre hombres y mujeres; que no puede haber independencia entre los pueblos si no la hay para el género femenino.

Es decir, "no sólo los derechos de las mujeres son derechos humanos, sino que sin los derechos de las mujeres no hay derechos humanos".

El libro, publicado por Edamex y traducido por Claudia Hinojosa --también autora de uno de los textos incluidos--, será presentado el martes 15 en el Centro Cultural San Angel, con los comentarios de Marieclaire Acosta, Charlotte Bunch, Roxanna Carrillo, Luis de la Barreda Solórzano, Claudia Hinojosa y Sara Lovera. Moderará Patricia Mercado.

Asimismo, se contará con la participación especial de Jesusa Rodríguez y Liliana Felipe; Carlos Pascual y Pedro Kóminik; Leopold Kern y Herbert Wolfgan.