LUNES 14 DE AGOSTO DE 2000

Ť Sugiere triplicar presupuesto para los programas


Indispensable, mantener apoyos a productores: Romárico Arroyo

Ť Hubo épocas de muchos recursos al campo, pero nadie se enteró, dice

Rosa Elvira Vargas y Angélica Enciso Ť Romárico Arroyo Marroquín, secretario de Agricultura, lo dice sin rodeos: ''llámenlos como quieran, pero es indispensable mantener los apoyos del gobierno a los productores'' y deben ofrecerse por igual a los tres millones que siembran para autoconsumo y padecen una situación de severo retraso, como a aquellos 300 mil considerados ''exitosos'' por su creciente incorporación a los mercados interno y externo.

En México no existe un prototipo de productor porque además hay muchos tipos de agricultura. Aclara entonces que cualquier política pública tiene que buscar que la gente esté mejor, y así, ''tanto por razones de competencia como de mejoramiento de las condiciones de vida en el campo, la decisión tomada en este sexenio fue la de subsidiar la productividad''.

''Sería deseable que los programas de desarrollo rural tuvieran el doble o triple de presupuesto'', porque las necesidades de la población rural son muy grandes. Esa inversión, añade, debe acompañarse de políticas que eleven realmente la producción, pues hubo épocas en las que una gran cantidad del PIB se destinaba al campo, ''pero la población no se enteró ni el rezago tampoco''.

Romárico Arroyo ofrece a La Jornada una entrevista en la que aborda la condición actual del agro mexicano, a punto de concluir la administración zedillista, así como los retos de aquel ante la apertura casi total del sector en el 2003 para los signantes del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

La decisión fue subsidiar la productividad

-ƑCómo se orientaron las políticas hacia el campo en este sexenio?

-Al llegar nos encontramos condiciones de contexto, de marco de referencia distintas a las de otras épocas: transformaciones en materia agraria, cambios al 27 constitucional y nuevas bases de organización. Esto implicó un cambio profundo en el papel del Estado en el sector agropecuario.

''Así, de las épocas en que el gobierno producía todo: semillas, tractores, fertilizantes, agroquímicos, asistencia técnica, compra de las cosechas, venta de los productos, en fin un gran intervencionismo, se pasó a un ajuste en la política estatal, originada tanto por la necesidad de ajustar las finanzas públicas, como por los cambios en materia comercial.

''Los acuerdos comerciales suscritos por México, sobre todo el TLCAN, abrieron un panorama completamente nuevo. Hay que decir que los tratados no nos impiden canalizar subsidios al campo, pero establecen una congruencia para no distorsionar las decisiones de inversión de los productores y que éstas no representen prácticas inaceptables. Esto es, los incentivos tienen que estar desconectados de la producción y sí vinculados a la competitividad.

-ƑCon esas políticas, cómo quedarán los productores de granos, incluidos los de autoconsumo?

-No podemos hablar de un prototipo de agricultor mexicano. El sector lo conforman desde aquellos, la mayoría, que no está en el mercado, con parcelas muy pequeñas -65 por ciento de los 3 millones de beneficiarios de Procampo tiene menos de cinco hectáreas-, y cuya economía familiar en gran parte ya no depende de esta actividad. De hecho, para ellos el campo representa en promedio sólo 25 por ciento de su ingreso pues están en la ''pluriactividad'' o emigraron.

''Al mismo tiempo tenemos productores muy competitivos, 10 o 12 por ciento del total, con excedentes para el mercado, ubicados sobre todo en el noreste, Tamaulipas, el Bajío, el estado de México y Chiapas. Estos aún tienen desventajas que hay que ayudarles a compensar. Debe admitirse que al campesino que no está en el mercado, que es de autoconsumo, los tratados comerciales no le afectan, mientras que para los otros esos instrumentos se traducen en retos y oportunidades''.

-ƑCuál es entonces el balance sexenal para un agro tan heterogéneo en productividad e ingreso?

-El campo se queda con una serie de instrumentos que por primera vez apoyan la inversión productiva de los particulares. A través de la Alianza para el Campo se subsidia la inversión de capital y de modernización y mejoramiento de la unidad familiar, de la parcela, del rancho, de la granja. Eso no lo teníamos, y era importante hacerlo porque si estamos sometiendo al agricultor a una gran competencia interna y externa, es necesario mejorar la productividad para que la agricultura forme parte

de una mejor economía regional y base de una mejor condición de vida.

''A final de cuentas, cualquier política pública busca que la gente esté mejor. Así, tanto por razones de competencia como de mejoramiento en la condición de vida, la decisión fue subsidiar la productividad.

''En materia comercial se instrumentaron otras medidas para dar mejores condiciones a los mercados. Por ello se decidió desaparecer los precios oficiales, porque son una determinación administrativa y no una señal de mercado, y se les asoció con los precios internacionales de referencia''.

-ƑCómo se logró esa modificación de precios?

-Bueno, discutir si todo lo resuelve o no el mercado es improcedente en un sector donde la comercialización ha estado siempre muy intervenida y los precios distorsionados y condicionados. El criterio fue no permitir que los productores se quedaran sólo con el ingreso de las cotizaciones internacionales e intervenir estatalmente con instrumentos de apoyo, sin restarles competitividad y al mismo tiempo estimulando las cadenas productivas.

-El mexicano es un campo muy polarizado. Hay 300 mil grandes productores y millones que siembran para autoconsumo ƑCuál fue entonces la mejoría?

-Pongamos las cosas en contexto. En México, los granos representan 30 millones de toneladas y la producción agrícola en conjunto suma 165 millones de toneladas. Ante ello, no es posible juzgar al sector sólo por la producción de granos. Los grandes productores vinculados a los mercados están en hortalizas, en frutales, y en el sector pecuario, los avicultores y porcicultores están muy adelantados.

-Pero el pequeño productor no tuvo avances...

-Actualmente a gran parte de productores y pobladores del sector rural, lo que ocurra en la agricultura y la ganadería les afecta marginalmente. La solución de fondo para ellos está en el crecimiento de la economía y en la diversificación del empleo.

''En el país, 27 por ciento de la población es rural, y de ésta 70 por ciento está muy vinculada a las actividades del campo. šEn ningún lado del mundo se puede sostener eso! Estados Unidos tiene 24 por ciento de su población en el agro y sólo 3 por ciento vive de él''.

La producción crece más rápido que la población

-ƑEn este sexenio cómo se orientaron los subsidios al campo?

-A través de cuatro rubros: el Procampo, que de apoyar originalmente la transición hacia los mercados ha pasado a financiar la inversión productiva; la Alianza para el Campo, que subsidia la inversión de los particulares; otro más es el que tiene que ver con el auxilio ante riesgos climatológicos y de mercado; y el último es el de empleo temporal.

-ƑCon todo ello, cómo encontrará el campo la próxima administración?

-Nos propusimos que la producción creciera, y hoy lo hace más rápido que la población, lo que es fundamental en términos de seguridad alimentaria. Además, el sector no se está contrayendo, lo que representa más oportunidades de empleo y de elevación del ingreso. Además, las exportaciones han crecido más rápido en valor que las importaciones.

-ƑY cuál es el balance en desarrollo rural?

-Este es el punto más sentido y vinculado a la responsabilidad fundamental de bienestar. Este gobierno dio tratamiento diferenciado y mayores recursos a las familias que viven con mayor rezago, atraso tecnológico y sin vinculación a los mercados. Se impulsó además el cambio estructural para erradicar prácticas que si bien en el pasado fueron sostenibles, como la tumba, roza y quema, hoy ya no lo son porque la propiedad agraria se redujo.

-ƑRecomendaría entonces mantener la Alianza para el Campo, el Procampo y los demás programas?

-Me parece indispensable. Llámenle como quieran a los programas, pero hay que dar apoyos al productor. De lo contrario se estaría siendo incongruente con la política de apertura. No puede decirle al agricultor: 'ya te abrí y ahí te entiendes'. Además, sería inconsecuente en lo social si sólo le dice 'tienes que volverte productivo, a ver cómo le haces'.

''El Estado tiene que acudir en apoyo de la gente en esas condiciones creadas, que son prometedoras para el futuro, y ayudarle a romper el círculo vicioso: no soy productivo porque no tengo dinero para invertir y no tengo dinero para invertir porque no soy productivo. Esas son tareas que les tocan a los gobiernos.

"Hay un calendario fatal, el 2003, cuando prácticamente no quedarán productos protegidos; desaparecen cupos y tarifas, con excepción del azúcar, leche, papa y maíz. En lo demás haga de cuenta que no hay rayita.

''Y aunque hoy los mercados funcionan mucho mejor, obviamente en algunos productos, los agricultores no elevarán su producción, pero lo importante es ver el conjunto del sector, si tienen mejores opciones, y como primer punto apoyarlos en inversión productiva.

"Resulta también fundamental que la economía siga creciendo y que al ofrecer más empleo, las unidades productivas puedan recomponerse, que de parcelas de dos hectáreas en promedio, pase a ocho, luego 12 y 16. Este proceso tiene que darse, pero hay que estar seguros de que sea para bien y no nada más decir 'tú ya no cabes'''.

-ƑCuál es el reto en desarrollo rural?

-Sería deseable que tuvieran el doble o triple del presupuesto, a pesar de ser los que más han crecido. Las necesidades de la población rural son muy grandes, el asunto no queda sólo en el presupuesto, sino en cómo se instrumentan los programas. Ha habido etapas donde se gastaba una gran cantidad del PIB, pero la población no se enteró ni el rezago tampoco.